-Grandote, bebé- llamó Josh al ver que se estaba tardando mucho en el baño.
-Salgo ahora- escuchó como la llave de la ducha se cerraba.
Estaba nervioso, jamás había hablado de eso con nadie. Y es que para él los niños eran sinónimo de problemas y responsabilidades extremas. Pero cuando vivió todo el proceso con su mejor amiga algo había cambiado. Quizás no era un cambio extremo de querer hijos de ayer para hoy pero quizás en un futuro contemplaría la posibilidad. Además jamás le preguntó a Francesco si él quería ser papá, aunque en su situación era adoptando o por inseminación artificial, nada de embarazo y mucho menos en hombres.
-¿Que pasó bebé?- preguntó Francesco mientras buscaba un pantalón de chandal en la gaveta que estaba justo al lado del lado de la cama de Josh.
Dejó caer la toalla dejando que su novio disfrutara de su desnudes en todo su esplendor. A lo que recibió fue una tímida mirada, una sonrisa y una lamida de labios. Lo que quería, una nochecita apasionada.
-Antes una pregunta seria- dijo Josh muy serio que hasta hizo al italiano fruncir el ceño.
-¿Que pasó?-
-¿Tú...quieres ser papá algún día?- preguntó Josh mirando sus manos -¿tú...tú quieres tener un hijo sangre de tu sangre?-
-No se trata de lo que yo quiera. Sé que los niños no son santo de tu devoción y que son molestos.- dijo Francesco sentándose en su lado de la cama -Además tú haz sacrificado mucho por mi...-
-¿Entonces sí?- preguntó Josh viéndole directo a los ojos.
El resoplido que soltó Francesco le dio a entender muchas cosas a Josh. Francesco no quería, él anhelaba tener un hijo, un hijo propio. Y se sintió mal porque él había troncado ese deseo. Siendo que él odiaba, por así decirlo, a los niños y porque él mismo no podía darle un hijo propio.
-Sí, lo he anhelado desde hace mucho. Antes de que llegaras a mi vida- suspiró derrotado.
Ahora veía la culpabilidad en los ojos de su mate. Ahora el mismo se sentía culpable por hacer sentir mal a su chiquillo. Se acercó a Josh y lo tomó de la mandíbula y alzo su rostro y lo observó detalladamente.
-No quería hacerte sentir mal- susurró Francesco antes de besar el puchero que estaba a punto de salir.
-Pero sabes que no puedo cumplirte ese deseo- dijo Josh con una mezcla de sentimientos. Enojo y tristeza.
-Lo sé y aún así no te cambiaría por nada- dijo el italiano sonriéndole un poco.
-Pero...-
-Pero nada, Josh. Ya te dije que no te cambiaría por algo como eso-
Josh suspiró derrotado, quería llorar, quería desahogarse. Se sentía frustrado y acorralado. Parte de la felicidad de su novio la componía un hijo. Quizás podía pagarle a una mujer para que llevara a su hijo, claro eso en un futuro.
-¿Y porque estás ganas de hablar del tema?- preguntó el rubio.
-No sé, el embarazo de Altair y el nacimiento de Matías ha sido revelador, creo- dijo volviendo a jugar con sus manos.
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Tú eres mi mate「 Heart of Wolves II 」
WilkołakiJosh, en un viaje, para acompañar a su mejor amiga, Altair, conoce a Francesco, un italiano con un secreto interesante. Historia entrelazada con Tú, mi alfa. #218 en Hombre Lobo 6/9/17 #156 en Hombre Lobo 14/9/17 #95 en Hombre Lobo 18/10/17 #78 en H...