29. Dejar de sentir

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Aquella sensación que sentía en el pecho era distinta. Algo malo estaba pasando. Se sentó y acarició su pecho, dolía y sentía a su lobo desquiciado y completamente furioso. Francesco vio su reloj y frunció el ceño, se suponía que Josh hubiese llegado hace como diez minutos. Tomó su celular y le escribió un mensaje a su novio pero no hubo respuesta. Algo que lo hizo gruñir muy profundo.

-Por favor que no le haya pasado nada- suplicó y lo llamó.

-¡¿Josh?!- casi gritó al escuchar la voz de su mate.

-Francesco...- habló Josh casi monótono y el rubio frunció el ceño. Su chiquillo, cuándo único lo llamaba por su nombre completo era cuándo estaba enojado con él y en ese momento él estaba seguro que no lo estaba -Voy a comprar mantequilla de maní y voy para casa-

Y en ese momento Francesco confirmó que Josh estaba en peligro. Josh era alérgico al maní y Francesco había captado la indirecta. No estaba bien pero ¿donde estaría?

-¿Donde estás? ¿Que te pasa?- preguntó en alerta Francesco

-N-No lo sé- se quebró al ver la navaja cortar un poco su muñeca.

Y de pronto la llamada finalizó. Así de la nada, sin escuchar donde estaba sin saber si estaba con alguien. Caminó de un lado a otro como lobo enjaulado y dio un golpe fuerte en el escritorio. Dejó todo lo que estaba haciendo y tomó su celular y se fue. Tenía que buscar a su mate y defenderlo hasta la muerte.

-¿Donde estás?- gimió angustioso al mirar a ambos lados en una intersección.

No había pedido ninguna ayuda a la manada y ahora la necesitaba. En ese momento él no tenía la cabeza fría como para pensar en el siguiente paso. Y eso era justo lo que necesitaba, más de una cabeza para que pensara que movimientos hacer. Él estaba muy ofuscado en encontrar a Josh que ni sabía a donde ir. Un lobo que podía olfatear hasta encontrar a su pareja.

Vio como un auto desconocido, para él o por lo menos eso pensaba, se estacionaba detrás de su auto. Y vio bajar a Marcelo junto con Alessandro y Altair y frunció el ceño. ¿Tan perdido estaba que no había reconocido el auto de Marcelo? Definitivamente necesitaba ayuda.

-¿Porque saliste así?- preguntó Marcelo y sintió como su pecho se desgarraba.

Se convirtió en lobo y miró asustado y también furioso a los de su manada. La noche estaba muy nublada, en cualquier momento caería un diluvio.

-Conviértete en humano- pidió Marcelo y lo que recibió fue un gruñido -No te haremos nada. Al contrario te ayudáremos.- añadió viendo al lobo.

El beta caminó de un lado al otro inquieto y de a ratos soltaba un quejido o gruñía. Marcelo sabía como se sentía, sin salida...sin salvación. Estaba asustado y por eso no permitía convertirse en humano.

-¿Josh?- preguntó Altair y una especie de lloriqueó salió del lobo -¿Está en peligro?- preguntó y vio en los ojos del lobo la angustia e impotencia que sentía el lobo.

-Lo buscáremos- dijo Alessandro positivamente

Alessandro y Marcelo se convirtieron en lobo y Altair se subió a la camioneta de su novio, los seguiría lo más cerca que pudiese. Comenzaron a correr y se dirigieron al sur, precisamente la carretera que va a la ciudad, una completamente desolada.

Minutos después Francesco estaba más intranquilo de lo que ya estaba. Miraba a todos lados deseperado, ese era su inconfundible esencia. Pero no lo veía, no veía a su mate. No veía a su chiquillo el cual lo recibía siempre con una grata sonrisa cada vez que llegaba del trabajo. No veía sus ojitos viéndole con amor por ningún lado.

Tú eres mi mate「 Heart of Wolves II 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora