53. ¿Adopción?

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-Baba, quiero un hemanito...- dijo Zoé como si ella le pidiera un sencillo regalo de navidad a Santa.

Josh miró a Francesco quién sonreía como un tonto y luego miró a su hija. ¿Cómo decirle que no? ¿Cómo decirle que ese milagro no ocurriría dos veces? aunque ellos no estaban seguros. La tomó en brazos y la sentó en sus piernas. Él se dio cuenta de que Zoé veía cuan feliz estaba Matías y por eso ella deseaba tanto teneril
un hermanito.

-Mi amor, no podemos darte un hermanito...- comenzó a hablar Josh y vio la tristeza en sus ojitos y eso le partió el alma. Él no quería ver como su hija se ponía triste.

-¿Poque?- preguntó con ojitos de borreguito apaleado.

-Simplemente no podemos Zoé. Tu fuiste un milagro. Para que tengas otro hermanito debemos ir por él.-

-¿A donde baba?- preguntó la niña esperanzada -vamos ahora...-

-Tenemos que ir a un sitio donde muchos niños no tienen papás ni mamás y así podremos escoger a un hermanito o hermanita lo que tú quieras. Pero eso lleva mucho tiempo...-

-Yo lo quiero ahora- dijo y Josh miró a Francesco buscando ayuda para explicarle a su hija.

Francesco besó las mejillas de Zoé con cariño. Él entendía a su hija, él quería ver a Josh nuevamente embarazado. Pero como esperarlo si las probabilidades eran mínimas. Aún así consoló a su hija.

-Zoé, no es cuando tú digas. El adoptar a un niño es un proceso bastante extenso. Y si quieres un hermanito o hermanita tienes que ser paciente- dijo y ella asintió no con mucha felicidad.

Josh la abrazó fuertemente y quizo eliminar aquella tristeza del rostro de su niña. Sabía que si en sus manos estaba darle un hermanito a Zoé lo haría con mucho gusto. Y no es porque Zoé era una engreída y que todo lo que pidiera se le daría sino era porque en su corazón moría por volver a sentir nuevamente esa sensación. Sentir como una personita crecía en su barriguita.

-Zoé vamos a jugar...- dijo Matías con una sonrisota en sus labios.

Al instante ella se removía en lo brazos de su baba quién veía a Matías fijamente. Tenía que aceptar que su niña ya había encontrado a su mate. Tenía que hacerse a la idea de que Matías defendería a Zoé hasta la muerte, justo como Francesco haría con él. Y eso lo había confirmado desde el primer momento en que Zoé fue secuestrada. En el primer momento que ellos se vieron fue uno muy hermoso. Ambos corrieron el uno hacia el otro con una inmensa alegría. Mientras lloraban abrazados bajo las tiernas miradas de sus padres. Desde ese momento se habían vuelto mucho más inseparables de lo que ya eran.

-Baba, suéltame. Quiero ir con Matías- se quejó y Josh negó. Su comportamiento era estúpido, tenía que dejar a su niña que vaya con su mate.

-Tío, la protegeré...- dijo Matías con toda la sinceridad del mundo viéndole a los ojos.

-Ay de ti si no lo haces- advirtió con una sonrisa y soltó a su hija.

-¡¿Y él beso, princesa?!- gritó el italiano cuando vio correr a su hija. Sonrió cuando la vio girarse con carita apenada caminando hacia ellos.

***

-¡¿Son tres?!- preguntó sorprendido Josh a Altair. Ella asintió con una sonrisa.

-¿Ya puedo montar un equipo?- Altair rió.

-Ya sé. Equipo oficial del viñedo Il Luna Piena.- dijo con voz de comentarista de deportes -Con tanto niño que hay, hasta dos pueden ser.-

Tú eres mi mate「 Heart of Wolves II 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora