capitulo 43

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LUKE

-Esta rica el agua ¿verdad preciosa?.- le dije a Maider con toda mi guasa mientras ella me miraba mojada como un pollito desde el agua.

-Jajaja ¿te crees muy gracioso? Porque a mí no me hace ni santa gracia.- me miraba con su sonrisa irónica, seguramente planeando su venganza.- Ai luke ai luke, que me he clavado algo en el pie, que me duele mucho joder.- pensaba que era broma hasta que vi su cara de dolor me tire sin pensarlo al agua no me quite ni los zapatos y llegue hasta ella en un plis plas.

-¿estás bien Maider? Ven que te ayudo a salir del agua.- no levantaba la cabeza, me preocupe mas.- eyy que ya estoy aquí.- me acerque a ella y le levante la cara para mirarle a los ojos, cuando una sonrisa vengativa salió de su boca.

-Que mono eres cuando te preocupas, guapo.- yo la miraba petrificado, esa bruja me la había jugado, y encima va la tía y me da un beso que hizo que me temblaran las rodillas.

-Eres muy mala eh, aunque yo te he tirado primero me lo merecía pero por favor.- le cogí la cara para que me mirara a los ojos, no me des otro susto así, ¿de acuerdo?.- me miro con una cara de ternura que quita el hipo a cualquiera.

-Al final vas a acabar enamorándote de mi luke, y no te voy a negar que me encantaría que pasara.-esa aclaración me asusto, soy así que le vamos a hacer pero no hice ningún gesto que me delatara.

-A lo mejor la que acaba enamorándose de mi eres tú, que he saltado como si fueras una princesa en apuros a rescatarte cuando en verdad eres una bruja de ojos verdes que me vuelve loco.

-Que adulador estas hoy, me vas a mal acostumbrar.- y ya no aguante mas y la bese, me daba igual estar vestido en un lago rodeado de mis compañeros de universidad, me daba exactamente igual, solo quería besarla.- para el carro nene, que no te controlas.- me dio un corto beso en los labios y nos fuimos a cambiarnos a las tiendas de campaña.

Llegamos a la tienda como si nos estuviera persiguiendo el mismísimo dragón de la bella durmiente, en realidad no sé por qué corríamos, o si lo sabia pero la excitación de correr a lo desconocido nos encantaba a los dos. Nos metimos en la tienda que pocas horas antes habían construido las chicas y una vez dentro y cerrados solo pudimos mirarnos con indecisión. Estaba claro que esto no tenía nada que ver con el tema del sexo, Maider y yo éramos una pareja sexual impresionante, sino que, por simple intuición la pequeña conversación del lago nos expuso a los dos. ¿Y si de verdad acabábamos enamorándonos? ¿Y si no salía bien? Maider y yo éramos como dos imanes, dos polos opuestos que en realidad tienen tanto en común que no pueden repelerse pero son totalmente contrarios.

- Estas asustado, te lo noto en la cara.- me dijo Maider al fin después de lo que pareció una autentica eternidad.

-Estoy asustado, no te voy a decir que no, pero tú también.- le dije muy seguro de mi mismo, esperaba que ella también estaría igual de inquieta que yo.

-Estoy asustada.- dijo con severidad.- ¿Qué quieres hacer al respecto? Mira luke, si te ha molestado el tonto comentario de antes de que te enamorarías de mi ya sé que no eres de esos, lo sé desde que te conozco no hace falta que te agobies ni mucho menos, se lo que hay.- lo mire confuso, sabia como era eso estaba claro, pero también estaba claro que yo con ella era totalmente distinto a como había sido antes con todas las mujeres, que tenía que hacer, ¿compararla? No podía compararla era imposible comparar a esa rubia preciosa que me miraba con ojos suplicantes, ojos de miedo, ¿a qué? Ni idea, pero tenía miedo.

-¿ a qué tienes miedo Maider?.- para que me iba a quedar con la duda, tonterías, las cosas claras nos van mejor.

-¿de verdad quieres saberlo?.- le temblaba la voz.

Cuando cambio mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora