N/A: este capítulo es cortisimo pero no se preocupen que omma les hará un especial en estos días, por mientras si gustan pueden pasarse por "drunk" que igual es yoonkook y la estaré actualizando rapidito porque es parte de un concurso. Sin más, a leer💖:
Yoongi
La sed de sangre es algo incontrolable. Al principio, intentas amainarla bebiendo todo tipo de cosas, y cuando te da el primer ataque de sed, te vuelves loco, es una sensación horrorosa, porque nunca había sentido nada igual. Cuando a mi me dio el primer ataque, en un primer momento no sabía qué hacer, pero luego casualmente, probé un poco de sangre que había en el suelo, y de repente mi sed desapareció y yo me sentí como en la gloria. Pero...un momento.....¡ aquello era sangre! Yo no bebía sangre, claro que no, pero al parecer, aquella sustancia roja contrarestaba inmediatamente mi sed, asi que, si no quería enloquecer, tendría que beber sangre.
Mi primera experiencia con la sangre no fue ni es algo bonito de recordar (no cuando mate a varias personas para poder saciarme por completo).
Cabe decir que pensar en mis espantosas experiencias no ayudaba en nada a calmarme con respecto a Jungkook.
No sabía como iba a reccionar, que iba hacer o si acaso sería capaz de reconocernos.
Lo peor era que no podía hacer nada aparte de sumergirme más en mis pensamientos mientras miraba a Jungkook detenidamente.
***
Jungkook
Desde que había reaccionado ante la transformación de Yoongi. Namjoon decidió en que era buena idea irnos a casa y así hicimos. Al llegar todos estaban callados y Yoongi no paraba de verme fijamente como esperando que de mi cara salieran gusanos.
-¿Que pasa?- pregunté como por quinta vez tocando mi cara.
Éste volvió a negar.
Luego se puso de pie y camino hasta la puerta para perderse en ella.
Claramente Yoongi estaba nervioso y no era para más, yo también lo estaba.
Según Namjoon los efectos de mi transformación iban a comenzar a hacerse notar en unas cuantas horas, pero ya habían pasado dos... ¿Cuanto más tendría que esperar? Esto ya me estaba comenzando a inquietar.
¿O tal vez yo ya tenía los poderes en mí y simplemente no me daba cuenta de ello?
¿Debería de probar? Nada perdía intentándolo. ¿Verdad?
Asi que eso hice.
Primero que nada intente poder hacerme invisible. Corrí hacía el espejo más cercano y ahí me plante frente a el. Relajé mi cuerpo y aprente los ojos con fuerza así como Yoongi hacía cuando desaparecía. Pero nada.
Tal vez lo mío no era desaparecer después de todo.
Luego intenté con velocidad. Corrí de un extremo del cuarto al otro pero mi velocidad era normal, nada fuera de lo común.
Suspiré.
¿Con que más debería de probar? ¿Volar? Me puse a pensar unos segundos mientras llevaba una mano a mi boca... ¿Los vampiros volaban?
Diez minutos después de pensarmelo muy bien yo me encontraba de pie sobre la cama... ( Si, así es, iba intentar volar desde la altura de la cama).
Tomé impulso retrocendiendo un poco y luego salté.
Justo en esos mismos instantes Yoongi estaba entrando de nuevo a la habitación y se quedó en shock ante lo que había pasado.
Y pues... Para los que creyeron que había logrado volar... Pues la respuesta era no.
Mi cara había terminado en el frío suelo del cuarto de Yoongi quien ahora se estaba tocando el estómago mientras se ahogaba de la risa por mis "ocurrencias".
Luego se acercó y me ayudó a levantarme.
Me revisó de pies a cabeza, acto que cabe decir me hizo sentir dragones en el estómago. (Sí, dragones. Porque las mariposas eran para las chicas fresas y yo era todo un macho).
Se sentó junto a mi en la cama y murmuró:
-Para empezar Jungkook- dijo Yoongi limpiandose varias lágrimas de los ojos causadas por reírse tanto.- Uno de los primero efectos que notarás y notaremos será que te dará hambre y no sabemos como vas a reaccionar ante eso.
-¿Hambre?- pregunté con un puchero- Pero si ya tengo hambre.
-Es una hambre diferente.
-¿Diferente como?
-Lo sabrás cuando ocurra, por mientras iré a traerte algo de fruta- iba a levantarse para irse cuando volvió a hablar- No más experimentos ni de andarse tirando de los balcones ¿Entendido?
Lo fulmine con la mirada mientras llevaba una de mis manos a la cara. Aún me dolía el golpe.
Para mí sorpresa Yoongi hizo algo que me sorprendió.
Me apartó la mano de mi mejilla y me besó en donde dolía. Luego buscó mis labios y me plantó un suave beso en ellos.
Quise llorar cuando se separo murmurando que iría por mi fruta. ¡¿Quién tenía hambre?! ¡¿Quién quería fruta?! ¡Yo solo quería que él volviera hacer lo que estaba haciendo!
Pero se había ido y ahora yo me encontraba debajo de las sabanas mientras me ladeaba de un lado a otro como una colegiala a sus quince años con las hormonas revueltas.
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