Capitulo Dieciséis.

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—Alumnos por favor vacíen sus bolsillo y mochilas sobre las mesas frente a ustedes.

—Yo iba al baño.

—En un momento señorita, tome asiento y haga lo que le pido.

—Pero ya no aguanto.

—Será rápido a menos que tenga algo que esconder.—Volvi al pupitre y saque todo de mi mochila. Las notas siguen en mi pantalón. El director y dos hombres más pasaron por los lugares y revisaron cada mochila y cada pupitre.

—No hay nada.

—¿Perdón director pero que busca?—Preguntó Owen.

—Se han robado las respuestas de los exámenes de mi oficina, las cámaras grabaron a una sombra que entro por la noche hasta mi oficina y lo uni o que falta es lo ya mencionado.—Byron sabe donde están las cámaras, el pasillo cinco llega perfectamente hasta la dirección y en el no hay cámaras. ¿Porque arriesgarse a que lo descubran?

—Las tenemos.—Uno de los hombres mostró una carpeta con las hojas de la mochila de un chico.—Son las respuestas de los exámenes, pero son copias, no son las originales.—Ya no entiendo nada.

—¿De donde las saco señor Densen?—El director está furioso.—Lo trataremos en mi oficina, ahora salga de aquí.—Antes de retirarse se giro a verme para después guiñarme un ojo y sonreír. Es un maldito descarado.

—¿Si señorita Henderson?

—Ya puedo ir al baño.—Debo deshacerme de esto de inmediato.

—Ya puede ir.—Al llagar al baño no es el mejor lugar para hacer esto, esta lleno.

—Por aquí Arianna.—Owen llegó detrás de mi y me metió al de hombres. Debo reconocer que esta desértico.—¿Que escondes rubia artificial?

—Mira quien lo dice, rubio natural.

—Yo si lo acepto, soy teñido ¿Y que?—Nada se puede hacer con el metro sexual de mi primo.—Ahora dime ¿Que escondes?

—Nada.

—Arianna no sabes mentir.—No se si pueda confiar en el, pero no me queda de otra. El sabe perfectamente que odio los baños públicos.—Pierdes tiempo, alguien podría llegar y no sería muy grato.—Creo que la vida me puso en el género equivocado. Los hombres son más sencillos. —Sigo esperando.

—Esta bien, debo eliminar cierta información que nadie debe de ver.—Sus ojos se abrieron como platos al escucharme.

—Tu robaste las.—Tape su boca antes de que diga algo.—Arianna.—Apenas y lo entendí. Quito mis manos con un manazo.—¿Porque lo harías si eres muy buena en la escuela?—Piensa Arianna piensa, Joder cuando necesito mi cerebro se va de vacaciones.—Puedo hecha un vistazo.

—No, ya me ha metido en muchos problemas, ¿tienes un encendedor? Por dios, ni siquiera fumas.—Gran pregunta Arianna.—¿Como puedes traer uno? Sabes que olvidalo. Cuida la puerta.—Entre a uno de los cubículos y queme las hojas, me percate de que nada quedara completo, lo tire por el inodoro y baje la palanca. Sin rastros.

La Campana sonó y porfin puedo salir se esta carcel, Owen no dejo de verme con cara de. “que escondido te lo tenias primita.” Las demás clases fueron algo estresantes y más si lo único en lo que piensas es en los labios de Byron sobre los tuyos. Aún no se me olvida lo que esa chica dijo, Byron no es de una chica. Además solo fue para salvar nuestro tracero, no es que lo haya hecho por que lo deseara.

—¿Y que tal besa?

—¿Que yo no lo bese?—Me gire a una chica que esta junto a mi.—Ay disculpa. ¿Que decías?

—¿Que si esta libre este sitio?—Señaló la silla vacía junto a mi.

—Si, lo siento.—Quite mi mochila.

—En verdad no hay alumnos normales en esta escuela.—Al parecer es nueva, no la había visto.—Digo, todos están metidos en sus estúpidos teléfonos viendo una broma.

—¿Que?

—Si, hablan de una estúpida competencia de bromas.—Tome mi teléfono y entre, la broma la hizo Ross a Ben y se que esta fue su venganza por lo que cree que hizo. Bien hecho Arianna.

Mentir no es bueno rubia artificial.

<<Ahora si apareces nena. Mejor vete antes de que desquite mi furia contigo.>>

Ya casate, o mejor le diré a Byron que te de otro beso. Eso te puso de buenas.

<<Hija de perra>>

Que boquita Arianna.

La clase terminó y mi sufrimiento igual, la chica a un lado de mi no deja de hablar. Tomé mi mochila y cuaderno para abandonar a prisa el aula.

—¡Arianna!—Ay dios, ahora quien es. Me gire y esta una chica identica a la del salón. Jamás le dije mi nombre.—¿Tu eres Arianna?—Voy a morir.

—Si.—Dije tímida. Me tomo del brazo y metió a un aula sola.—¿Que te sucede? Eso dolió.

—Y a mi no me importa, ¿Dime quien te crees?—Esta furiosa y ni siquiera se el porque.—Responde la pura pregunta.—¿Quien te crees para decir que fuiste tu quien robo las respuestas?—Oh eso.

—Ella no fue.—Genial, tenía que llegar Byron.—Mirala, es toda una muñequita.

—¿Disculpa?—Eso si me ofendió.

—Ya se que no fue ella, porque fui yo.—¿Que?—Ademas Byron, tu estuviste ahí esa noche. ¿Lo olvidas?—Mas confundida no puedo estar.—Olvidas lo bien que la pasamos.—Sentí como si algo hubiera entrado en mi sistema y hubiera bajando un interruptor que provoca el dolor más fuerte en mi interior.

—Ella no dijo nada Mónica, dejala tranquila.

—Perdón, no sabía que era tu novia.—Esta molesta.

—No lo soy.

—Aún.—Camino para ponerse detrás de mi y colocar su mano sobre mi cadera.—Te informo que Arianna no es de las chicas que se abren de piernas frente al primer delincuente juvenil que se les presente.—Y eso si lo entendi.—Tu y yo solo somos cómplices en las fechorías que hacemos, solo eso.

—Pues cómplice ahora tenemos una testigo, es mejor que sepas como mantenerla callada.—Se fue. De inmediato quite su brazo de mi.

—¿Que te pasa ahora?

—Que no soy una de tus chicas Byron, no puedes besarme y meterte con otra a la hora que se te.—Me acaba de callar.

Arianna te hemos perdido.

¿El regreso del demonio Collins? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora