Capitulo Dieciocho.

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Sara.

¿Porque no me sorprende esto?
Desperté de nuevo sola en la cama.

Eso te pasa por calentona, mira que ayer no debió pasar eso.

<<Lo dice quien gritaba que si en más de 10 idiomas.>>

Como sea, hoy te has dado cuenta que realmente no cambió nada, sigue siendo el mismo Sara.

Escuche ruidos en la cocina.

<<Es el.>>

Me puse rápidamente una playera de el y unos short para salir a la cocina.

—Buenos días mamá ¿Café?—Ahora me crees.

Buenos días cariño ¿Tu padre?

—Llamada de New York lo sacó en segundos de casa, no irá conmigo a detención. ¿Puedes ir tu?

—Claro cariño ¿A que hora?

—A las 3.

—Nos vemos aya.—Hay algo raro aquí, regrese a la cocina y solo esta ella aun en pijama y desayunando sola.—¿No falta aquí un rubio de ojos verdes?

—Ayer se regresó a casa de los Steven, jugarían videojuegos toda la noche.

—Oh ¿irá con nosotras a detención?

—Si, nos ve aya.

—Bien, saldré.

Arianna.

<<Si madre, me encantaría acompañarte a donde quiera que vallas.>>

Vamos Ari, seguro no hará nada divertido, además será mejor salir solas.

<<Entre más pasa el tiempo más me arrepiento de esta idea, mis padres se soportan menos que antes.>>

Eso no es asunto tuyo.

Tomé mi plato de cereal y me derreti en el sofá viendo televisión.

—Nos vemos en la escuela, no llegues tarde pequeña rebelde.—Ni siquiera se como va vestida, se que a donde quiera que valla estará mejor sola que acompañada de su hija.

La mañana se fue volando, mire el reloj y son las 2:50 y mamá no responde el teléfono.

—Llamala de nuevo.—El ogro del director no me valdrá este fin de semana si uno de mis padres o tutores no me acompaña.

—Ya lo hice 1000 veces, se lo dije esta mañana, se lo dije antes de que se fuera y se lo recordé hace una hora. Lo mejor es que nos vallamos, no va a llegar.—Subi a la camioneta y espera ahí a que las tres en punto llegarán, llame a papá para ver si ya había vuelto pero no. Directo a buzón.

—Quita esa cara, seguro se le presentó algo.

—¿Como que? ¿Compras de emergencia? Solo vámonos.—Kendall encendió la camioneta y se puso en marcha.

Lo mejor sería desaparecer, te apuesto a que no se darían cuenta en horas.

<<O hasta el día siguiente.>> <<Hay días en que me siento un estorbo para ellos, sin mi ya estarían divorciados.>>

Arianna hay que huir, esta noche. Tomamos el dinero ahorrado, ropa y desaparecemos unos días. Nadie notará la diferencia.
Arianna soy yo o ese letrero decía interestatal.

—Kendall mi casa es al otro lado de la ciudad.

—Ya lo se, pero no vamos a tu casa.—Lo miro confundía, lo único que hizo fue regalarme una sonrisa, tenderme unos lentes negros y regresar la vista al frente.

—¿A donde vamos?—Tomó mi mano para entrelazarla con la suya y besarla.

—Tu solo disfruta.—Me señaló una camioneta de color blanco donde van Liam y Madisson. Tomé mi teléfono para mensajera a mis padres pero el me lo quito.—Es momento de que les muevas el mundo un poco a tus padres, desde que te conozco sospeche que eras una persona muy solitaria, al llegar aquí lo compróbe y hable con tu abuela. Fue de ella la idea de hecho.—¿La abuela?—Si, aunque me veas así.—

¿El regreso del demonio Collins? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora