Capitulo Treinta Y Uno.

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La sombra paso a la luz y dejó ver a un hombre elegante ya mayor, camina apoyado en un bastón que sujeta su muñeca.

—Yo soy tu verdadero abuelo mueñequita.

—¿Erick?—Mi madre me mostró una foto de el y por mucho que hayan envejecido no cambian un rostro tanto. Lleva una ligera barba color blanca a juego con su cabello, lleva uniforme blanco militar perfectamente listo y limpio, debajo de su brazo izquierdo lleva su gorra la cual sujeta como su mayor tesoro.

—¿Me conoces? Creí que Sara jamás.

—¿Me hablaría de ti?—El asiento.—Lo hizo apenas unos días atrás.—Me siento incomoda, hizo cosas malas muy malas a mi abuela y a mi madre.—Me contó todo.

—¡PUES MIENTE!—Di unos pasos atrás al escuchar como me grito.—Perdon, Arianna siempre hay dos versiones de la historia, querida.

—¿Como sabes quien soy?

—Siempre he estado a tu lado querida, pero tu no puedes verme.

—¿Porque ahora? ¿Porque no antes?—Estoy muy confundida.—Llamare a mi madre.

—No lo hagas hermosa.—¿Byron? Detrás de mi salió el para quitarme el teléfono inmediatente.—Tu madre y tu abuelo no tienen la mejor relación por ahora. El solo quiere pasar una noche contigo. Con su nieta.—Ok, estoy demasiado confundida, mi cabeza da mil vueltas a todo.

—Esto es increíble, esto es demasiado para mi.—Intente salir pero dos hombres me impidieron la salida del lugar.

—Yo puedo explicarlo Arianna.—Byron se acerco a mi para tomar mi mano y llevarme hasta la pista de nuevo donde ya el hombre está.—Solo escuchalo, solo eso te pido.—Dejo un beso en mi frente.—Jamas permitiría que te pasara algo malo.—El se fue con los demás hombres y dejaron a solas. Quiero huir, no me da confianza ese señor y menos ahora que lo tengo frente a mi.

—¿Me concede esta pieza?—Le di mi mano para bailar, la música comenzó suave y nosotros a movernos.
Realmente es muy distinto a las fotos, aunque ya de cercas tiene los mismos rasgos que la tía Dandane, incluso tiene los ojos de mi madre y por ende los míos.—Eres idéntica a tu madre.—Intento bromear.—Pero tienes el carácter de tu padre. Bondadoso.

—¿Porque volviste?—Me hizo girar en mi misma al compás de la música para bailar más rápido.

—Por ti, se que estas pasando por momentos muy dificiles.—¿Como sabe eso?—Pero no hablemos de eso, mejor cuéntame como es ese novio tuyo. ¿Te trata bien?

—Es increíble.—Descubrir lo que siento por Byron es difícil. Es como si un huracan pasara por mis entrañas y los removerá todo, cada que lo veo siento una energía que me embriaga más que el alcohol, tengo esa necesidad de probar sus labios y no dejar los jamás.

—Bueno, ese brillo en tus ojos me responde la pregunta. ¿Sabias que tus padres se enamoraron a esta edad?

—Si, cuando ambos estudiaron en Collins. Al igual que Byron y yo.

—¿No crees que sea coincidencia? Usted son el uno para el otro, lo tengo muy seguro.—Poco a poco la tensión se fue, mi cuerpo se mueve solo al ritmo de la música.—Seguro que tus padres lo han de adorar.—La sonrisa que llevaba desapareció por si sola. Tan solo pensar que ellos no aprueban mi relación.

—No, ellos no quieren que salga con el por ser hijastro de Scott.

—Bueno, que mal que tus padres no acepten eso.

—Si, vivo con mis abuelos debido a que tenemos muchos roces por todo. No me gusta verlos pelear tanto por cualquier cosa.—Por instinto deje de bailar, me separe de él al recordar que mis padres están a punto de separarse. —Papá volverá a New York y mamá a sus giras mundiales.

¿El regreso del demonio Collins? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora