Capitulo Veintiuno

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Llego la tan esperada hora de estudio y esa si la comparto con Byron.

—Vamos Ari, la hora de estudio es libre. No toman asistencia y no hay profesores vigilando.—Byron insiste a que falte para ir con el al gimnasio a verlo como las novias de los demás jugadores.

—Byron tengo que arreglar pendientes de humanidades, no lo pude hacer en el descanso.

—Arianna, todas las chicas de los jugadores estarán ahí, quiero que mi novia también valla.

—La próxima, lo prometo.—Se que esta molesto.

—Bien, vamos a la bibleoteca.—¿Que? ¡Piensa faltar a su entrenamiento! Al llegar ubique a mis compañeros y tomamos aciento. Lanzo su mochila al suelo y se dejó caer en la silla junto a mi para mirar su teléfono.

—Hasta que apareces, tenemos mucho que planear.—Soy la única chica en el equipo y eso no le gusto a Byron. La hora se fue lenta, investigue todo lo que pude para poder representar a una abogada competente en un juicio.

—Bien. ¿Cual será el delito?—Preguntó uno de los compañeros.—¿Ari?—Todo lo he decidido yo, uno de ellos no deja de verme y de chocar sus pies con los míos.

—Quizás asesinato, me han matado del aburrimiento lo que va de hora.—Odio que Byron sea así.

—¿Como puedes salir con un idiota como el?—Byron se levantó furioso queriendo golpear al chico.—Todo un cabernicola.—Se está pasando de listo, pero Byron ya está en la cuerda floja, apenas y su padre lo dejó volver al equipo al ver que paso algebra. Si se pelea lo vuelve a sacar.

—Suficiente, porque no mejor el delito es acosada por un demente, porque hay que ser un demente para buscar pleito con alguien que fácil te parte la cara.—Byron tomo mi mochila y la de el para levantarse molesto.—Terminamos esta en línea.—Tome mi cuaderno y salí de ahí. Byron esta furioso.

—Último proyecto que haces con ese imbécil ¿De acuerdo?—Tengo que admitir que se ve tierno celoso.—Me acerque a él para besarlo y así bajarle un poco el coraje.

—¡Separados!—Llego Ross. —Aún no me acostumbro a esto y no lo haré. Solo deja que el tío Gael se entere y estas muerto idiota.—Por suerte el timbre sono y no siguió esto. Tomé a Byron de la mano y lo llevé lejos de todos.

—Sin duda yo a tu lado terminaré loco, muerto o en prisión.—Lo miro extraño.—Loco, por cada estúpido momento que me pones celoso, muerto por tu padre y en prisión por cada estúpido que se atreva a coquetearte y ese vestidito mi amor no ayuda.—Es extraño que me diga mi amor, pero es lindo. Recuerdo cuando papá llamaba así a mamá.

¿El regreso del demonio Collins? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora