Capítulo 7

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"It was real"-"Eso fue real"

Narra Daniel

—Estás muy callado últimamente—comentó Tyler sentándose a mi lado en la parte delantera del yate.

—No es cierto—negué mirando el mar.

—Soy tú hermano mayor, te conozco desde siempre—me rodeó los hombros con su brazo—Puedes decirme cualquier cosa, Daniel—me dijo amistoso. 

—No es nada. Sólo me gusta estar de vuelta, tranquilo, sin gente por todos lados. Es un sentimiento que extrañaba—le dije a mi hermano. 

—Estás mintiendo—acusó Tyler.

—¿Por qué te mentiría?—le pregunté sin mirarlo. 

No quería perderme el atardecer. 

—Porque no quieres hablar de Bailey—contestó Tyler con un tono raro, lo miré negando con la cabeza.

—No sabes nada, hermano. Pero, ciertamente no quiero hablar de Bailey, no tengo nada que decir de ella...—Tyler me interrumpió.

—¿No? Yo creí que eran novios y...—mi madre lo interrumpió.

—¡TYLER, VEN UN MOMENTO!—gritó mamá desde el interior del yate.

—Ya regreso—murmuró Ty antes de irse. 

Me quedé perdido de nuevo en el horizonte, donde el sol comenzaba a ocultarse. El atardecer siempre me recordaba a ___(Tn). Así la recordaba, como un atardecer. Un atardecer de verano. Quizá la recordaba por cada atardecer que habíamos pasado juntos, por cada pequeño detalle de su rostro que había descubierto bajo la luz del atardecer, por cada segundo que su risa acompañó las tardes de aquel verano.

Ella estaría aquí conmigo de no ser por mi estupidez. Lo habríamos tenido todo. Y ahora, por mi culpa, ya no tenía nada.

Cerré los ojos sintiendo el viento en mi cara, imaginándola a mi lado, imaginando su cabello al viento, imaginándola conmigo aquí en Vancouver.

Narras tú

—Es que no puedo creer lo tonta que fui. Era obvio que vendríamos a Vancouver—hablé molesta viendo el atardecer por la ventana del taxi mientras pasábamos por un muelle, había barcos, yates y botes por doquier. Era hermoso no podía negarlo pero sólo podía pensar en una cosa. 

Daniel.

—Llevas todo el viaje quejándote, ___(Tn). Por mi puedes devolverte ahora mismo—dijo Peter odioso desde el asiento del copiloto.

—Peeter—alargó Angelina—No le prestes atención, linda...—la interrumpí.

—No, Peter tiene razón. Tengo que devolverme ahora mismo—le dije sin quitar mi vista del mar. 

—¿Lo dices por Daniel, cierto?—preguntó la morena sonriendo sin mostrar los dientes.

—¿Cómo lo supiste?—le respondí con una pregunta. 

—No necesito ser bruja para saber que aún lo quieres. Pero, calma, nuestras familias viven en vecindarios separados, sí está con su familia nunca podrán verse, y además mañana nos iremos a la casa de campo de mis padres a pasar gran parte del verano allí. No tienes nada de que preocuparte, ____(Tn)—me tomó la mano—Relájate y disfruta de Vancouver. Es una ciudad increíblemente hermosa y tengo la corazonada de que este será el mejor verano de nuestras vidas—habló con un tono de voz chillón. 

Quise corregirla y decirle que ya había tenido el mejor verano de mi vida, pero preferí callar y asentir. Estuve mirando la ciudad todo el camino a la casa de Angelina, y en cada tienda, en cada acera, en cada lugar podía imaginar a Daniel. Escuchaba su voz en mi oído, susurrando, como aquella noche en la tienda de acampar, cuando me contó sobre el muelle y sobre las veces que iba con su familia en un yate rentado por toda la costa, de los paseos en bicicleta por el centro de la ciudad, y de los atardeceres desde el techo de su casa. Prometió algún día traerme aquí. Me dolía el pecho con sólo recordar sus labios prometiéndolo.

The summer without you|Daniel Seavey T2Where stories live. Discover now