The summer without you|Daniel Seavey T2

Capítulo 19

"Those blue eyes"-"Esos ojos azules"

Narra Daniel

—Póntela y no discutas—le dije dándole mi chaqueta.

—Pero Daniel...—la miré levantando las cejas.

—¿Qué acabo de decir?—pregunté mientras pasábamos por debajo de un tronco casi caído.

—Que no discutiríamos por esto—murmuró tomándose de mi brazo—Pero es que tú debes tener frío—insistió.

—No te preocupes ya estamos por llegar—le informé viendo la cinta roja que había atado a los árboles para guiarme.

—Creo que desde hoy comenzaré a odiar las sorpresas.

—¿Qué? ¿Por qué?—le pregunté a __(Tn) preocupado.

—No me gusta no saber qué va a pasar. No lo soporto, Daniel—respondió riendo un poco.

Yo me reí un poco y tomé su mano. Entrelacé nuestros dedos y besé el dorso de su mano.

—Bueno, te diré que va a pasar ahora—comencé a decir cuando me di cuenta que ya habíamos llegado.

—¿Y bien, qué va a pasar según tú?—preguntó ___(Tn) poniendo sus manos sobre sus caderas.

Me puse frente a ella para que no viera la tienda de acampar a sus espaldas.

—Te llevaré de vuelta a Minnesota, al campamento Wonkee y acamparemos de nuevo en el bosque. Te diré todas las cosas que nunca dije, y te pediré una segunda oportunidad—le dije y entonces la tomé de los hombros y la giré para que viera la tienda de acampar y las linternas en el césped.

—¡Oh Dios mío! Daniel, esto es una locura—exclamó __(Tn) tapándose la boca con sus manos.

—Es la misma tienda de acampar, las mismas linternas y el mismo colchón inflable—le dije al oído antes de correr y encender la fogata que ya tenía armada.

___(Tn) se rió con ese brillo soñador en los ojos. Estaba tan feliz, de tenerla conmigo, de tener de nuevo la oportunidad de hacerla reír.

—Esto es un sueño—dijo ___(Tn) acercándose a la fogata cerca de la tienda.

—No lo es, amor—la tomé de las mejillas—Entra a la tienda, hay ropa seca y...algo que te gustará—besé su frente.

—¿No crees que esto es demasiado?—preguntó con los ojos cristalinos.

—No, si se trata de ti—murmuré sonriéndole.

—Basta—susurró sonriendo tan hermosa.

Entonces se fue a la tienda. Y aunque se lo hubiera negado, ella tenía razón esto era como un sueño. Fui al otro lado de la tienda donde tenía la cava con la champaña y las sodas de uva que había comprado. De pronto, me di cuenta que la luz de la fogata del otro lado de la tienda hacían que se viera la sombra de ____(Tn) de este lado. Suspiré como idiota al verla quitarse la chaqueta de mi smoking primero. Luego empezó a desabotonarse el vestido, los recuerdos se reproducían en mi mente con cada botón. Las noches que pasamos en esta misma tienda de campar, la noche de noche buena, las noches en Los Ángeles. Todo se aglomeraba en mi mente, dejó caer el vestido y su delicada figura hizo mis manos picar. Quería entrar a la tienda, y mandar al diablo la ropa seca. Pero no lo hice.

Recorrí con mis ojos su pequeña cintura, luego sus disimuladas caderas. Deseaba tocarla como antes. Se inclinó para tomar la ropa seca y dejé de respirar unos segundos. Cerré la cava y me giré dándole la espalda, si seguía viéndola arruinaría todo.

Me froté los ojos. Era increíble la forma en la que ella seguía haciéndome sentir.

Narras tú

Terminé de ponerme la pijama que Daniel había traído para mí, un pantalón de algodón holgado de rayas y un suéter suyo. Sentía mi cuerpo tan extraño, eran tantas emociones en menos de un hora, todo estaba atascado en mi estómago y mi pecho. Quería gritar, correr o reír hasta llorar.

Me senté en el colchón, y sólo podía recordar las noches que dormimos y no dormimos aquí. Las risas y las largas conversaciones, todo estaba aquí dentro. Era la tienda de acampar con miles de recuerdos.

Quería llorar, todo era tan perfecto e irreal. Me acosté y entonces sentí un balón frío en mi cuello. ¿Qué demonios? Lo tomé y supe que era una sandía. Pero esta se abrió en la mitad, ¡Dios, Daniel va a matarme! Entonces vi que  no tenía nada por dentro, con la poca luz vi un papel algo húmedo en el interior y lo tomé. Y fue cuando una sonrisa estúpida se formó en mi cara.

La nota decía:

"¿Lo intentamos de nuevo?
—Daniel"

Mordí mi labio inferior para no gritar. Todo pasó ante mis ojos, nuestro verano, el baile de invierno, nuestros días en L.A e incluso los días malos después de eso. Y a pesar de las noches de llanto, y los meses de soledad. Yo siempre preferiré un día con Daniel antes que un año sin él. Así que, corrí fuera de la tienda. El frío de la noche me arropó. Daniel estaba junto a la fogata con las manos en los bolsillos de su pantalón. Se veía tan hermoso con esa camisa de vestir blanca y con el corbatín aún puesto. Aún no sé había dado cuenta de que estaba mirándolo.

—¡Sí!—exclamé casi corriendo hasta él.

—¿Si qué?—preguntó Daniel sonriendo confundido.

Lo abracé, mis ojos soltaron un par de lágrimas, besé su cuello y me alejé para verlo.

—Si quiero—susurré sonriéndole.

—¿Intentarlo de nuevo?—preguntó viéndome con esos ojos azules de la forma más hermosa.

Asentí con la cabeza.

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