The summer without you|Daniel Seavey T2

Último/capítulo 50 - Parte 2/2

"First date"-"Primera cita"

Narra Daniel

Iba conduciendo por la ciudad, iba a llevarla a un lugar especial. Giré en una calle y me detuve con el semáforo en rojo. ____(Tn) y yo intercambiamos miradas. Ella levantó las cejas de esa forma curiosa que me encanta.

—¿Por qué me miras así?—preguntó sonriendo.

—¿Así cómo?—cuestioné mirando al frente un segundo.

—No sé, de una forma...—soltó una pequeña risita—Daniel, basta—dijo sonrojándose porque estaba mirándola fijamente de nuevo.

—¿Qué pasa? No estoy haciendo nada—me excusé riéndome un poco.

¿Cómo podía seguir viéndose como aquella noche hace tres años? ¿Cómo podía incluso verse aún más hermosa que hace dos horas?

—Oh vamos, ya deja de hacer eso—insistió tapándose el rostro con las manos.

Estallé en risas y le tomé las manos.

—¿Es en serio, amor?—pregunté quitándole las manos de la cara—¿Desde cuándo no puedo mirar lo hermosa que eres?—cuestioné mirándola a los ojos.

Los sueños aún seguían dentro de sus preciosos ojos cafés.

—Desde que...—el claxon de un auto nos alarmó.

Rápidamente retome el camino, y también esperaba retomar el tema de igual forma pero mi ____(Tn) encendió la radio. Fue cuando me di cuenta que algo la tenía pensativa y no quería hablar de eso. Estaba claro ahora, se sentía presionada a hablar con mi mirada sobre ella, entonces no dije más nada. Así que mientras ella cantaba y bailaba, yo le daba vueltas al asunto, pero cada vez que su voz irrumpía en el auto no podía pensar en nada más. Volvía a tener 18 años y ella 15, volvía a sentirme irresponsablemente feliz.

—¡LLEGAMOS!—canté aparcando en el estacionamiento completamente desierto.

Narras tú

—¿Y qué haremos en un parqueadero vacío?—cuestioné bajando del auto.

—Realmente te traje a ValleyFair—dijo y me quedé estática al ver el gran letrero del parque de diversiones—Pensé en recrear nuestra primera cita pero...—Daniel no tuvo que hablar más ambos vimos el letrero y las cadenas en la entrada, lo habían cerrado por remodelaciones.

—Es hermoso que me hayas traído hasta aquí—le dije rodeando su cuello con mis brazos—Ha sido el mejor cumpleaños, amor—me puse de puntillas y besé sus labios cortamente—Gracias—susurré viendo cómo sus ojos azules brillaban con la noche.

—No—titubeo Daniel tomándome de la cintura.

—¿No qué?

—No es justo que esto esté cerrado—habló acercándose a la entrada—Debe haber alguna forma de entrar—dijo comenzando a trepar el portón.

—Daniel, esto es una locura—exclamé siguiéndolo entre risas.

—Shhh, no te rías—susurró ya en la cima del portón—Alguien podría escucharnos—añadió antes de saltar y caer de cuclillas en el suelo.