The summer without you|Daniel Seavey T2

Capítulo 12

"I'm not falling in love with her"-"No estoy enamorado de ella"

Narras tú

—Está bien, saltaré después de ti—dije viendo sus ojos azules iluminados por el sol.

—¿Lo prometes?—preguntó tomando la soga.

Me reí asintiendo.

—Lo prometo—respondí y entonces Daniel se impulsó con la soga y voló hasta la mitad del lago, al soltarse dio dos giros en el aire antes de caer al agua y salpicar a toda su familia y a la de Angelina. Todos aplaudieron a Daniel, incluyéndome.

Él siempre ha sido bueno en todo lo que hace.

Ya había pasado una semana y cada día era más difícil ocultarlo. Amaba a Daniel, y dolía admitirlo. Él me había lastimado, me había dejado. Pero aún después de todo eso, yo seguía amándolo como el primer día que lo vi.

—Creo que es tu turno—dijo Peter dándome la soga.

—No, no quiero que sea mi turno. Ve tú primero. Tengo miedo, Pet—le confesé a mi hermano.

—No tengas miedo, boba—dijo poniendo en mis manos la soga—Es muy fácil, te sujetas de la soga, pones los pies en este nudo de aquí abajo—explicó sujetándome para que no me cayera mientras ponía los pies en el nudo—Muy bien, ahora...—lo interrumpí.

—No puedo hacerlo—hablé buscando tocar el suelo con mis pies descalzos.

—Suéltate cuando yo te diga ¿Entendido?—dijo mi hermano lanzándome con mucha fuerza.

—¡PETER!—grité sujetándome muy fuerte de la soga y mirando hacia abajo.

—¡Esa es mi chica!—exclamó Daniel sonriendo desde el lago.

—¡SUÉLTATE AHORA!—gritó Peter a lo lejos.

Cerré los ojos y le hice caso. Me solté y la sensación en el estómago era horrible, tomé mucho aire y caí al agua. Me sumergí un poco y luego nadé a la superficie.

—Pensé por un momento que no ibas a saltar—dijo Daniel nadando hacia mí.

—No iba a saltar, Peter me empujó—conté y él se rió peinando su cabello mojado hacia atrás.

—No recordaba que fueras tan miedosa—comentó burlón y yo le lancé agua.

—No soy miedosa, es que mira...—señalé la colina de donde Peter estaba por lanzarse—Es muy alto.

—Miedosa, miedosa, miedosa. Eres una miedosa—cantó Daniel como un niño irritante y empezamos una guerra de agua.

—Qué infantil eres—decía yo sin parar de arrojarle agua.

—¿Yo? Tú eres la infantil—replicó lanzándome mucha más agua.

Nos reíamos a carcajadas, y amaba, sólo reír como si no hubiéramos derramado lágrimas.

Narra Daniel

—¿Una carrera a casa?—preguntó Angelina levantando las cejas divertidas.

—Está bien, pero no llores cuando pierdas—dije competitivo.

—Tú eres quien va a llorar—habló ____(Tn) sonriendo de esa forma tan adorable y malvada a la vez.

No alcanzaba a comprender como había sido capaz de soportar toda esta semana sin besarla. La amaba, pero sabía que la razón por la que todo se había acabado era por mí estúpido miedo a perderla con el tiempo, con la distancia. Aunque de igual modo la perdí, pero por idiota.