Antepenúltimo/Capítulo 48

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"I don't deserve it"-"No lo merezco"

Narras tú

—¿A esto llamas un "par de horas"?—pregunté siguiendo a Daniel hacia la correa giratoria dónde saldría su equipaje.

—Creí que el vuelo express sería más rápido—se excusó tomando su bolso de espalda de la cosa giratoria.

—Fueron 3 horas, Daniel—dije viendo sus ojos azules—Y ni siquiera sé dónde estamos—añadí viendo a todos lados.

—Amor—Daniel me tomó de las mejillas para que le prestara toda mi atención—¿Te había dicho que amo cuando estás locamente impaciente?—preguntó sonriendo tan malditamente hermoso.

Sólo pude sonreír un poco e inclinarme a besarlo. Llevaba todo el viaje a (quién sabe dónde demonios estemos) siendo la chica insoportable, preguntando y mirando a todos lados...como una niña desesperada por llegar a Disneyland, y Daniel no ayudó en absoluto, sólo me tapaba los oídos y cantaba cada vez que iban a decir el destino del viaje.

—No puedo esperar para saber cuál es la sorpresa—murmuré abrazándolo.

Amaba oír los latidos de su corazón combinados el leve sonido de su respiración.

—Calma, mi pequeña saltamontes—Daniel besó mi frente—Salgamos de aquí, siento que en cualquier momento la estúpida dirá dónde estamos—se quejó mirando las bocinas en el techo del aeropuerto.

Me reí. Tomé sus manos y las puse en mis orejas, él sólo sonrió antes de besar mi frente.

—¡Ahora ya vayámonos de aquí!—dije seriamente.

—¡No mje grantsks!—habló Daniel pero no escuché nada.

—¿Qué dijiste?—pregunté quitando una de sus manos de mi oreja.

—Te pedí que no me gritaras—respondió tierno y entonces me sonrojé.

—Perdón...

—No tienes que...—la odiosa voz del aeropuerto comenzó a hablar. Daniel de inmediato cubrió mis oídos—Eso estuvo cerca—leí sus labios y solté una pequeña risita.

(...)

—¿Ya vamos a llegar?—le pregunté al taxista.

—Estamos cerca—fue su respuesta por sexta vez.

—Dijo eso cuando estábamos saliendo del aeropuerto, hace 10 kilómetros—hablé irritada.

—Disculpe a mi novia, señor. No ha comido nada en todo el día—Daniel me excusó tomándome de los hombros y obligándome a sentarme tranquila.

—No se preocupe, el hambre nos altera a todos—dijo el taxista mirándonos por el retrovisor.

—¿Por qué dijiste eso? No tengo hambre—Daniel levantó las cejas expectante—Bueno, tal vez un poco—confesé finalmente.

—Te conozco—dijo rodeándome con el brazo.

—Me conoces más de lo que deberías—susurré recostando mi cabeza en su pecho.

The summer without you|Daniel Seavey T2Where stories live. Discover now