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 HABÍA UNA VEZ V

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 HABÍA UNA VEZ V

Las fiestas en Auradon eran o solían ser familiares, sin contar tanto color entre todos ellos, la familia de Aurora mantenía su lugar como los más elegantes, entre ellos logre encontrar a Audrey quien al parecer sintió mi presencia, cruzó la mirada conmigo y trago fuerte girando bruscamente hacia otro lado.

Sonreí de lado ante su forma de ser, la familia de... Mulán era la más respetada, pero también parecían ser los más valientes, la familia de Cenicienta, todos felices y contentos, sin mencionar que entre uno de ellos parecía haber un altivo, rubio, de ojos encantadoramente azules y una sonrisa que ¿cómo decirlo? ¿Derretía a las chicas?

Las trompetas sonaron y entre los grandes pilares que sostenían un pequeño techo de ahí descendieron tres figuras, a lo que yo reconocí de inmediato, la figura derecha era descrita como la madre de Ben, Bella, mantenía su sonrisa y su buen humor, a la izquierda el Rey Bestia, con su increíble torso fuerte y peludo, que gracioso y el centro, Ben, Rey Ben, la costumbre de la familia Bestia era vestirse de Amarillo y Azul, pero esta vez, la diferente fue la reina Bella, vistiendo un hermoso vestido turquesa cayendo como cascada en la parte trasera.

— ¡Sean Bienvenidos a este día tan especial! — fue Ben quien empezó con el discurso seguido del Rey Bestia.

— Queremos agradecerles por su hermosa visita a Auradon, los que viven en el país de nunca jamás y nuestros amigos de China —sonrió en dirección a la familia de Mulán quienes con orgullo saludaron a la familia anfitriona.

— Me da un enorme placer verlos a todos y a nuestros nuevos estudiantes en la Academia Auradon —

— Pero no sólo nosotros, tenemos unas palabras, la princesa Mal también tiene algo que decir —fue entonces cuando la trompetas volvieron a sonar y de aquel techo emergió Mal, con un vestido Morado y retazos azules bajo la falda, parecía toda una princesa a decir verdad, con su corona y todo, después de todo era algo que ella nunca buscó pero terminó teniéndolo.

— ¡Hola a todos!—....— Ben — musitó cerca.

— te ves preciosa —

Rodeé los ojos y me crucé de brazos.

— pero no sólo yo tengo algo que decir, también mis amigos, Evie, Jay, Carlos y Dizzy, todos nosotros nos sentimos de verdad muy honrados de estar con ustedes en este lugar —

Todos parecían salidos de un catálogo de elegancia, excepto Jay, quien siempre portaba una chaqueta de cuero.

— Bueno no demos más sermones y empecemos este hermoso momento de Bienvenida —los reyes se fueron dejando solo a Los chicos hay— del país de las maravillas, recibimos con un fuerte aplauso a la princesa Andy, hija del sombrerero loco —los aplausos se oyeron y apareció de la nada una chica de increíbles cabello rojizo y un vestido algo estrambótico.

Todos y cada uno de los chicos la abrazaron.

— Bien... Del país de las maravillas llega la princesa Allice hija de la señorita Alicia —los aplausos sonaron cada vez más fuertes y con una sonrisa apareció Allice.

— de El país de nunca jamás, llega por primera vez un hijo de Peter Pan, y él es Peyton —los aplausos se oyeron incesantemente y un chico de cabello castaño y ojos azules salió.

— Bienvenido —debía decir que lo coqueto jamás se le quitaba a Evie.

— De la isla de los perdidos, hoy tenemos a alguien muy diferentes a nosotros, ella no pensaba jamás estar aquí, pero, creo que ahora sí, por favor con un fuerte aplauso recibimos a Meido —y por primera vez en mucho tiempo se paralizó mi cuerpo entero, todos esperaban a que pasase adelante, pero, yo solo retrocedía.

— no creas que escaparas Meido —un susurro detrás mío me hizo voltearme y darme cuenta que Carlos sin previo aviso me tomó de la cintura y me empujó directo al frente junto a los nuevos.

— ¿Meido sería mucho pedir decirnos de quién eres hija? Será un placer escucharlo —algo en ese tipo raramente me agradaba, suspire pesadamente y me acerqué a Ben con una sonrisa de lado algo incómoda.

— vengo de la isla de los perdidos, allá las cosas son muy diferentes, recuerdo que allá no importaba si eras nuevo, bueno jamás tuvimos a alguien nuevo —unas risas al fondo se escucharon, lo que me hizo soltar un suspiro— no importaba si eras un niño pequeño e indefenso, allá las cosas eran rudas y tenias que apegarse a sobrevivir como el más malo de todos, sino, no eras nadie, por eso Mal y yo siempre tuvimos esa racha de ser las más malas de todas, mi madre es Maléfica, tal vez ahora está convertida en una lagartija o en un calabozo, pero, lo cierto es que ella es lo único que Mal y yo conocimos —los aplausos se escucharon aunque algunos se veían desconcertados y otros heridos, podía sentirlo.

— Wao —Ben se acercó y posó sus manos sobre las mías— eso debió ser muy difícil Meido, todo este tiempo —

Bufé y sonreí de lado— todo este tiempo me la pase en una caja de frío, mamá me castigo por siete años en ella, no viví tanto tiempo en la isla de los perdidos —

— eso explica lo fría que estas —río sin ganas y acaricio mis manos— es bueno conocer a la familia de Mal, había conocido a su madre, pero, creo que la conversación en ese momento no era adecuada—por un instante pude ver algo de ternura en él y reí, solté una pequeña risa que hizo que este riera también.

— Ben debes seguir con la presentación aún te falta uno —detrás de mí se oyó un susurro por lo que inertemente solté las manos de Ben y desvíe mi mirada.

— Por supuesto... Y por último del país de las maravillas el príncipe Tristán, hijo de la Reina Blanca —los aplausos se oyeron e inertemente mi cabeza dio un giro chocando con unos ojos tormentosos vestido de blanco, mis ojos se salieron de órbita y mi mirada solo se postró en él.

— Tristán es un placer tenerte aquí, por primera vez vemos al hijo de la Reina Blanca ¡señores! — nuevamente los aplausos se oyeron y fueron demasiado incesantes.

Aquel chico sin duda era algo peculiar, causaba algo en mi muy diferente, parecía acelerar mi corazón como si yo tuviese miedo, me daba un mini-ataque cardiaco.

Descendientes: Unidas Otra Vez  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora