— HABÍA UNA VEZ XXVII—— Meido, no estoy jugando quiero mi libro ahora —era demandante la voz del pequeño camarón.
Chasquee la lengua y posee mi punto de vista en otra que de verdad valiera la pena— se esfumó, se fue, ya no está —
— ¡Eres una..! —sus maldiciones o adefesios no se pudieron terminar por qué la voz de su madre hizo temblar media Isla con su voz.
— ¡UMA! —sí, lo cierto era que estaba llena de ira.
Uma gruñó una vez más y apretó sus nudillos mirándome con desprecio— esto no ha terminado —
— Mamá te mandó a casa... —musité con ironía, arrugando brevemente mi nariz y cruzando mis brazos.
Uma desapareció entre la muchedumbre de la cual ahora yo parecía un espectáculo.
Tomé una piedra y la tiré sin pensarlo.
Pero inertemente mi mente hizo un pequeño viaje y me guió a unos ojos tormentosos... Tristán.. ¿Realmente me había enamorado de él?
Ahora me sentía un verdadero adefesio, me sentía inútil, había dejado la buena vida en Auradon para caer en las tontas decisiones del bien y el mal y conmigo había arrastrado a Dizzy quien solo quería una vida plena llena de moda, había arrastrado a la pequeña Dizzy soñadora.
¿En esto me había convertido Maléfica?
Mire entre las nubes que habían, rodeando la isla, el castillo de Auradon se alzaba y todo parecía realmente mágico. Y también sabía que Maléfica se hallaba en algún lugar. Había recordado vagamente cuando me escabullí en la noche para poder ir por aquel libro de encantamientos de Maléfica. Recordé cuando Ben me dio la oportunidad de ser una persona de bien siguiendo a mi corazón y las palabras emotivas de Mal, diciendo lo mucho que me quería.
— Mírate tú, mírame a mí, no sé quién soy Madre... Está bien, está mal, ser una ladrona en la noche, ¿Madre?, dímelo tú... Siempre dijiste ser malvada y ya... Que una pizca de ello todo puede cambiar, fui cruel he hice lo que pensó mi mente creo y ahora verás como quede yo... Deseo escuchar a mi corazón, deseo sentir la magia del amor, Irónico que diga que creo en el amor, pero, ahora no sé quién soy, millones de pensamientos rodean mi mente, pero mi corazón grita algo que no entiendo —y mis pensamientos se fueron en el viento que aquel día acechaba, suspire vagamente y camine hacia las escaleras subiendo perezosamente.
Dizzy yacía en el sillón desplegable mirando el cuaderno de bocetos de Evie, suspire pesadamente y me tire al lado de ella.
— ¿cuéntame qué ha sucedido? —rápidamente tomó cartas en el asunto y me interrogó ansiosa.
— solo ha sido una leve discusión con Uma, es todo Dizzy —desvíe mi mirada ahora hacia la ventana que mantenía abierta hacia el castillo.
— pensé que habían discutido por algo más fuerte —negué con la cabeza y me levante, ignorándola por completo y mirando la claridad de Auradon a través de esta niebla infinita, inertemente me apoye a la ventana y por un momento me imagine en el campus de Auradon, con Tristán a mi lado.
— Millones de pensamientos invaden mi mente de manera fugaz, desearía saber, qué camino escoger... —bufé y gruñí con desesperación ahogándome en mi infinita amargura.
— Meido... Sabe que puedes confiar en mí... —Dizzy parecía siempre ser el pequeño rayo de luz que acariciaba mi alma.
Asentí ante su presencia agradeciéndole de forma indirecta.
— ¿puedo probar un vestido contigo? —mire de reojo a Dizzy con algo de odio, pero, no podía negarme a sus ojos de cachorro y su sonrisa de niña bien portada.
— solo será uno Dizzy —indique con mi dedo índice a lo cual ella felizmente asintió jalandome y atrayendo hacia un tanque posicionado sobre el mi cuerpo.
El rato se pasó en "espalda recta" "izquierda" "derecha" "giro" "sostén la respiración" "mentón arriba", sabía que Dizzy se dedicaba tanto a su cosas, que no me atrevía a gritarle y decirle que me dejara en paz, cuando su abuela era una mala mujer que solo hacía tirones y ella tenía que recogerlo.
No me atreví a dejar sus sueños a un lado, aún sabiendo que no estaría en Auradon, simplemente me deje llevar por sus percepciones y la forma en que iba dejando aquel vestido que Evie había dejado, el vestido de la Reina Bella yacía sobre un estante, no mal puesto, ni arrugado, solo tendido donde la suciedad no era una opción.
Finalmente terminó y con una sonrisa unió sus manos y gritó de emoción— ¿que tal me veo? —cuestione manteniendo mi emoción al límite, pues, cabía decir que no estaba tan emocionada pero debía hacerlo así para poder que Dizzy no se sintiera herida.
— como una princesa —chasqueo su lengua y corrió hacia la mesita, baje del estante con el vestido y camine con las muchas capas que le había proporcionado aunque solo se tratase de un vestido vuelo, de color blanco angelical, están de más decir que no era mi color.
Fue entonces cuando Dizzy me agarró desprevenida y posicionó una tiara en mi cabeza— Dizzy —reí nerviosa y quise sacarme la tiara pero ella me apuntó con su dedo índice como advertencia— esto es muy lindo pero... — me empujó prácticamente a el espejo y me hizo mirarme, abrí mis ojos de sorpresa y quede impregnada en ese momento, ella había puesto su cabeza a lado de mi brazo.
— ¿como te ves? —
La tiara era perfecta, el estilo del vestido era magnífico, sus detalles eran increíbles— estoy nada mal... —
— te ves preciosa —
— puede ser... —musité casi embobada conmigo misma.
Fue entonces cuando todo radicalmente cambió, las paredes se estremecieron, parecía ser un terremoto, tome a Dizzy como reflejo y la llevó escaleras abajo sin antes tomar mi chaqueta por cualquier precaución, todos los villanos estaban acorralados en un solo lugar, al frente un rayo de luz se vio, irrumpió en la barrera y destruyó aquello como simple cristal.
— La barrera se rompió —
— no puede ser... —musité horrorizada, pronto las personas empezaron ha alterarse, algunos reían, otros lloraban de la alegría... Entonces me di cuenta, que después de tantos años, las personas de este lugar querían salir, a mi izquierda una mujer abrazaba a sus hijos y reían de la alegría.
¿A esto se refería Ben con que no somos tan Diferentes?
Lo cierto es que así era, aun así teníamos sentimientos, sentimientos ocultos podría ser, pero, los teníamos, aferre mi agarre al hombro de Dizzy y fruncí mis labios.
— ¿Meido? ¿Que va a pasar? —
— me temo que... Ahora la isla irá a Auradon y Maléfica reinará —suspire pesadamente y a mi mente instantáneamente apareció La Preparatoria Auradon y Dizzy en ella.
Quería un buen futuro para Dizzy, pero, con Maléfica como reina eso no se podría.
— Dizzy, debo irme, ¿puedes cuidarte sola? —ella asintió insegura y sonrío tímidamente.
Corrí escaleras arriba para buscar algo que me ayudara— ¡Meido! —la emocionada voz de Dizzy me hizo parar.
— ¿qué sucede? —cuestione con el ceño fruncido, mi apuro era incomprensible.
— ¿Salvarás a Auradon? —sonrío cómplice.
Fue entonces cuando mi mirada volvió a posarse en Auradon.
Me di cuenta que... Que, quería salvar a Auradon, quería salvar a quienes en él habitan.
— Por supuesto —musité sonriendo de lado.
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Descendientes: Unidas Otra Vez [En Edición]
FanfictionMeido ha estado encerrada durante siete años en una caja fría -pensado su madre que así la haría recapacitar- Desgraciadamente eso no esta en los planes de ella, Meido es liberada y ahora planea destruir todo lo que su hermana ha logrado, así finalm...