— HABÍA UNA VEZ XXV—— Le dije alteza, era una embustera, se quería robar el libro de encantamientos —solo era capaz de escuchar las acusaciones del guardia Frank hacia mi, mientras me limitaba a mirar al suelo con cierto nerviosismo.
— Meido... ¿Me puedes explicar qué pasó? —
Intenté hablar pero parecía que estaba a punto de... Llorar— ya te lo explico el, soy una embustera —respiro hondo y cerré mis ojos.
— Meido... Es que no puede ser... Confié en ti, sabias que tenias mi apoyo, aun así hiciste de las tuyas, pensé... —
— pensaste que había cambiado... si lo sé, yo también creo que cambie, Ben si tan solo me das otra... —
— le prometí a los ciudadanos de Auradon hacer justicia, Meido, ya no hay vuelta atrás, perdiste la oportunidad —
— Ben... De verdad, yo.... Creo que hice mal —
— ¿crees? No eso no vale Meido, no vale un creo, pensaste que podrías usarme cuantas veces te diera la gana —estaba furioso, sus paso era fuertes y resonaban por todo el piso— Mal tenía razón, debí haberte mandado a la Isla cuanto antes —
— Ben, he cambiado, eso te lo prometo —
— no prometas algo que no sabes —
— Ben, te hubiera hechizado hace tiempo sino hubiese cambiado en cambio estoy aquí tratando de pedirte que me escuches y que aceptes mi explicación —
— ¡¿Aceptar?! ¿después de tantas veces? —sonrió incrédulo y se cruzó de brazos.
— ¡ese es el problema! —exclamé ya harta, sentía añicos mi pecho pero, mantenía aún voluntad y la usaría— soy una chica de la isla, Mal fue hecha para Auradon al igual que Evie, yo solo fui hecha para maldades, sabía que tarde o temprano terminaría en algún embrollo, Ben, no me eches la culpa a mí de lo que podrías haber prevenido —
— ¿acaso me hechas la culpa a mi? —frunció su ceño con furia y dirigió su dedo hacia él.
— No... Pero Ben, ambos sabemos que esto no iba a funcionar —
— pues... Bien tienes razón, no funciona, perdón por hacer perder tu tiempo y destruir tus planes de gobernar Auradon —musitó.
— Ben, no son mis planes —
— ¿dónde está la joven Su Majestad? —entonces Ben se alejó, con sus manos metidas en los bolsillos y una mirada de reproche, indicó con un dedo mi presencia y de inmediato sentí como una esposas se apoderaban de mis manos.
— ¡Ben! Debes escucharme aunque sea por última vez —
— Meido ¡basta! —
— ¡Ben! Están en peligro... —
— no ya no más —
— Ben debes protegerte ella vendrá a por ti , Mamá volverá —
— Llevensela... —musitó rascándose la nuca.
Resultaba que en Auradon existía un pequeño recinto donde se suponía que estaba custodiada, aunque en realidad era así, un pequeño cuarto con una mesa y una silla, las paredes totalmente blanca y una puerta transparente, custodiada por un gigantón que se limitaba mirarme con desaprobación.
Caminaba de un lugar a otro, tratando de aclarar mis ideas y no sabía el por qué no me había transformado, es decir, mi magia se había apaciguado y aunque intentase molestarme lo único que salían de mi eran quejidos, era un hecho me había puesto débil.
Los pasos de unos tacones se hicieron presente por un momento desee en lo más interior de mi que no fuera Mal, quien estuviera a punto de atravesar esa puerta, pero, mis plegarias fallaron, con su rostro de enojo y su mirada totalmente verde de la ira, se cruzó de brazos frente a mí.
— se que cometí un error —musité con desdén.
— Meido... Acabas de poner en alto el nombre de la Isla como las peores personas —
— pero ¿no lo somos?¿ Acaso no somos malos? —
Bufo y asintió — la Isla es mala, nosotros los que estamos por un futuro mejor, somos buenos, o eso creo, ya no se, ahora las personas empiezan a dudar de nosotros, de que si somos confiables o no, esto es tu culpa, Meido ¿que esperabas de todo esto? —
— Al principio, si quería... Ser mala, pero Mal ahora no sé qué quiero, por un lado está el hecho de ser princesa y eso... Mal eso me pone de puntas, seguir órdenes, siempre con una sonrisa, ser amable, no nací para ello y por otro está, que puedo ser Mala, acabar con Auradon si quiero, pero, dentro de mí hay una parte buena y esa es la única razón por la cual no eh destruido nada —
— destruiste la preparatoria —
— ¡no lo hice yo! Fue mama, Mal ella escapó —
— tú la sacaste —
— ¡no lo hice! ¿Ok? Bien... Tenía un plan, ella me chantajeaba, ella logró apoderarse de mi mente y enviarme mensajes pero la ignoraba —
— Espera... Meido ¿de qué hablas? —frunció su ceño y se acercó amenazante.
Cerré mis ojos y respire hondo— Maléfica, ella está mejor que nunca y ahora está suelta, solo ustedes pueden detenerla, quiere la varita y estará en tu boda hará lo imposible para quitarte lo que te pertenece, quiere apoderarse de Auradon —
— ¿por qué no te creo? —cuestionó con una ceja alzada.
Bufé y me aleje— piensa lo que quieras, cuando esto termine regresaré, después de que la barrera sea destruida —
— Te enviarán a casa, a la isla, no sabes cuánto daño has hecho... —desvío su mirada y salió de la habitación, dejándome sin tregua alguna, dejándome sola en este recinto.
Gruñí con fuerza y sin querer caí en el suelo y mi magia se esparció por el salón tirando todo a su paso.
Había traicionado toda clase de confianza, había dejado atrás lo bueno por lo malo y hasta ahora me venía a dar cuenta, había tenido la oportunidad de conocer personas nuevas y lo hice, Andy, Allice, Peyton y Tristán, eran personas realmente excepcionales.... Había tenido la confianza del Rey de Auradon, había aprendido a ser paciente y divertirme, me había metido al agua y había disfrutado, había entendido la amistad y lo que significaba, a guardar lo momentos y apreciarlos, ahora venía a dar cuenta que todo lo había tenido perfecto, pero, era tan ciega que no lo veía.
La luz del sol irradiando en mi rostro me provocó un enojo terrible, levante la cabeza de la mesa y con un estirón ya estaba levantada, gire mi cabeza hacia la puerta y solo hay encontré a Tristán con una mirada de tristeza y desaprobación, la puerta se abrió y este dudó en entrar.
— cuidaos, puedo ser muy peligrosa —
— no juegues ahora, Meido —con sus manos metidas en los bolsillos, tomó impulso y se adentra en la celda.
— creo que esta es la despedida —
— en realidad falta el juicio frente a todo Auradon —
— ¿juicio? No hay nada que discutir soy culpable —
— que rápido te rindes Meido... Pero deben saber la razón de tu expulsión, debes saber tema bien que han aplazado la boda de Mal para la tarde, ya que dentro de unas dos horas será tu juicio —
— me siento fatal —
— deberías —desvíe mi mirada y la alcé entonces volví a sentir animales voladores revoloteando en mi interior... Como... Como... Mariposas— ¿sabes? Empezaba a sentir cosas por ti, cosas que no sentí por nadie más —
— ¿Pena? —alce una ceja y me crucé de brazos.
— Encanto, empezaste a encantarme, aunque no estoy segura si era encanto natural o un hechizo, pero, llegaste gustarme —
¿Tristán acaso se había declarado?
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Descendientes: Unidas Otra Vez [En Edición]
FanficMeido ha estado encerrada durante siete años en una caja fría -pensado su madre que así la haría recapacitar- Desgraciadamente eso no esta en los planes de ella, Meido es liberada y ahora planea destruir todo lo que su hermana ha logrado, así finalm...