— HABÍA UNA VEZ LII—
— Dizzy ha terminado, su obra de arte —Dizzy exclamó en tercera persona e hizo girar la silla en la que me encontraba, parando directamente en el espejo frente a mí.
Debía admitir que tenía tiempo que no veía un espejo tan... Completo.
Pero... Dejando de lado el espejo, yo lucía totalmente...
— ¿qué tal? ¿Meido? —parpadee unas cuantas veces y desvíe mi mirada, sonriendo a medias, mire a Dizzy y con una sonrisa cómplice asentí.
— no estoy para nada horrorosa, ni causó temor, es más bien.. ¿Ternura? —
— si te ves muy bien —se puso tras de mí y dirigió mi cabeza hacia adelante, mirando otra vez el espejo.
Solté una risa y tape mis labios rápidamente.
— ¡Hey! No dañes mi labial, es muy difícil de conseguir —rodee los ojos y quite la mano levantándome de la silla.
— ¿y tú Dizzy? —
— ¡oh! Las estilistas podemos estar listas incluso en cinco minutos, mi vestido de chica de las flores está listo, solo tengo que bañarme y ponerlo, retocar y pasar un peine por mi cabeza —
— de verdad, desearía ayudarte pero... —
— no eres buena en esto —ella me conocía tan bien que tiraba lo que tenía para decir antes que yo— lo sé y no te preocupes, estaré bien —
Sonreí complacida de escuchar eso y asentí.
Pero, pronto la calma fue sustituida por unos leves golpes en la puerta.
— ¿Meido? —la voz de Evie se alzó en la habitación, fruncí levemente mi ceño.
— ¿qué ocurre Evie? —me preocupaba el hecho de que no estuviera con Mal justo a una hora de su boda.
— Mal, necesita tener una charla contigo —desvío la mirada y entrecerró sus ojos y asintió— muy sentimental —
— ¿por qué no hablas tú con ella?, se conocen desde pequeñas, apenas estoy aprendiendo esto de ser... —
— Meido —me interrumpió.
— ¿Que? —
— Mal te necesita —
Respire hondo y toque dos veces la puerta, tratando de convencerme que sería una charla emotiva y no una en la que terminaría hiriendola.
— ¿Mal? —
Trague fuerte y cerré mis ojos. Bien. Al estilo Auradon.
— se que estas adentro... Me pregunto ¿qué pasó?... Tú eres lo que tengo, solo, escúchame, ya no sé qué hacer... ¿Y si hablamos un momento? —ella tardó un tiempo en abrir la puerta, respire hondo cuando lo hizo y fruncí levemente mi ceño.
— yo necesito... —
— ¿me dejarás pasar? —ella asintió y abrió la puerta, sus manos temblaban y su vestidos esponjoso no hacía más que darle trabajo para caminar, cerré la puerta tras de mí y caminé detrás de ella, tratando de no ensuciarla.
— No se lo que me pasa, siento un ataque de pánico, que se apodera de mi corazón —sentada en su cama, trataba de consolarse a sí misma mirando al suelo, tal vez encontrando la respuesta ahí.
— Bueno... Mal.... No soy una experta en cosas de "bodas", pero diría que tal vez te estás arrepintiendo de... —se levantó de golpe y frunció su ceño, sus ojos irradiaban verde fosforescente.
— amo a Ben, lo amo con todo mi corazón —cerré mis ojos y gruñí, era demasiado tonta para esto.
— tal vez... —
— me siento fuera de lugar Meido.. ¿No has sentido que de pronto quieres tirar todo y largarte? —
— gritarle a las personas y que te teman... Si —lo sentía todo el tiempo, pero, jamás me atreví a decírselo, el simple hecho de que ella pensara que no estaba a la altura de Auradon.
— Si —respondió simplemente, sus ojos estaban cristalizados.
— no quiero cambiar, no quiero ser una princesa primorosa o una reina de alta clase —tocó su frente con su mano y empezó a caminar de un lado a otro en la habitación, dando la suerte de que era grande y espaciosa, respiraba hondo cada vez que paraba en un lugar, como si fuera de verdad importante.
— no tienes que cambiar —
— debo ser un ejemplo para Auradon... Y no puedo darles un ejemplo, si soy gritona, si soy maleducada o si estoy furiosa, ese no es el concepto que esperan de la futura reina —
— ni tampoco de una princesa... —musité pensando en mi.
— no quieren que la reina sea aquella que de manzanas envenenadas o que haga hechizos cuantas veces quiera, no, quieren a una reina que los entienda, que sea humilde, que de órdenes a sus súbditos por el bien de la nación —
— pero también quiere a una reina que de un cambio —paró de golpe y me miró de reojo.
Tenía que pensar como Ben, tenía que pensar positivamente sobre Mal.
— quieren a una reina que no siga las reglas, que sepa dar órdenes y entienda lo que es pobreza, Mal, tú mejor que nadie sabes lo que es vivir en la Isla, quieren nuevas propuestas, Auradon necesita cambiar, ya sea para bien o para mal, Auradon necesita avanzar, actualizarse y que mejor motor que la Reina Mal, proveniente de la Isla de los perdidos, la que sabe mejor que nadie lo que es sufrir hambre, puedes cambiar el mundo, darle... Darle a los niños de la Isla, un mejor mundo, porque ahora para ti nada será imposible, el pueblo te apoyará, porque saben cómo eres, saben... Que la Reina Mal no es aquella que tiene caprichos y se compra joyas bonitas, no, la Reina Mal es aquella que da una orden por el bien de algo o por un objetivo en sí, no sólo por hacerlo al azar, eso es lo que piensan —
Eso es lo que pienso yo de ti...
Mal frunció sus labios y bajó su mirada, sonrío un poco y negó con la cabeza— tal vez tengas razón —musitó, me miró desde una parte baja y asintió— amo a Ben y además se lo que tengo que hacer, tal vez no seré una reina como las anteriores, pero puedo aprender —
— ¿Mal qué es lo que quieres? —
— quiero a Ben, quiero un futuro prometedor, quiero que los niños de la Isla de los Perdidos vengan aquí y tengan un mejor estudio o al menos tengan un estudio, quiero que las personas de Auradon sepan divertirse, sepan vivir la vida como lo hacemos en la Isla, pero sin maldad —
— y entonces ¿qué esperas? —cuestione con una ceja alzada.
— tienes razón... Gracias, Meido —
Mi mirada bajó y asentí levemente, sentía una punzada en mi corazón cada que escuchaba esa palabra, no estaba acostumbrada a ello.
Para nada.
— Meido... —una vez más Mal llamo a mi persona.
— ¿ahora que ocurre? —
— no había encontrado a alguien que llevara los anillos, es decir, estaba Evie, pero ella me entregara —se sorbo la nariz y sonrió— ¿me harías el honor de llevarlos tú? —parpadee unas cuantas veces y asentí frenéticamente.
— está bien... —musité casi en shock.
Llevaría anillos en la boda de Mal..... Quién lo diría.
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Descendientes: Unidas Otra Vez [En Edición]
FanfictionMeido ha estado encerrada durante siete años en una caja fría -pensado su madre que así la haría recapacitar- Desgraciadamente eso no esta en los planes de ella, Meido es liberada y ahora planea destruir todo lo que su hermana ha logrado, así finalm...