Descendientes - ¿Y ahora qué?

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— HABÍA UNA VEZ XLI—





Y desapareció, como el agua que se va por el retrete, como si algo la hubiera absorbido por completo.

Ella desapareció, finalmente..

— no está... —Oí como alguien detrás mío pronto decía.

No estaba nunca más.

Me giré algo en shock por lo que había sucedido, me giré hacia los demás intentado encontrar respuestas a lo siguiente:


¿por qué cuando ella había desaparecido aún así me sentía atada a algo?

¿Por qué sentía esta fuerte depresión dentro mío?

¿Cómo había sucedido ello?

¿Ahora qué sería de mí?

¿Cómo regresaría el hada madrina?


Sin duda ella era la única que podía darme explicaciones.

Pero no estaba y estaba casi segura de que no volvería.

— ¿Meido? —fue entonces cuando una voz de incógnito apareció en mi cabeza, fruncí levemente mi ceño y dirijo la mirada hacia Ben— ¿estás bien? —

Fruncí mis labios y lo mire con enojo— no, no lo estoy, me siento... Me siento perdida, aún siento la necesidad de hacer cosas malas, aún me siento vacía, me siento como si todo esto fuera algo tan simple y sin sentido — parpadee una cuantas veces y sentí como mi respiración se entrecortaba del enojo que tenía dentro mío.

— Bien... —se limitó a decir.

— ¡¿Bien?! —exclamé con desespero— estoy siendo sincera y dices ¡¿bien?! —está furiosa.

— escucha, no puedo obligarte a hacer algo, no puedo obligarte a sentir algo, solo puedo aconsejarte —

— al final todo es igual, me siento confundida me siento fuera de lugar, hay algo dentro de mí que no he podido explicar —

— Eh... Meido, lo que sientes es una revolución de emociones, tal vez te confundan, pero, solo tienes que escuchar a la verdadera razón —

— miles de ellas me dicen que soy mala, que debo usar este poder para cobrar a quienes me hicieron sufrir —musité.

— estoy seguro de que no eres malvada... —musitó con convicción— tal vez solo sea un sentimiento pasajero... Porque aunque no lo creas me enseñaste algo muy valioso Meido —

— ¿De qué hablas? —gemí frunciendo mi ceño.

— pues... —tomo sus manos unas con otras y caminó despacio hacia mi.

Y en un reflejo, tome el bastón con ambas manos y lo dirijo hacia su dirección— no te acerques... —

Mal también tuvo el impulso de proteger a Ben, pero se detuvo de inmediato.

— Meido... De alguna manera, me enseñaste a ser una persona más responsable, ahora, me doy cuenta que realmente nosotros los de Auradon tenemos una gran venda en los ojos, no vimos desde hace tiempo lo que estaba sucediendo en esa región, porque de alguna manera la isla es parte de Auradon, la isla es parte incondicional de nosotros —

— eso no explica nada... —musité con recelo.

— me enseñaste a ver lo que de verdad importa, me quitaste una venda de los ojos Meido —

— además... —y entonces fue cuando el ingrato de Ryan habló— me enseñaste el verdadero amor... —

Fruncí mi ceño y gruñí con desprecio— ¡¿de qué rayos hablas?! Te dije lo que sentía y simplemente me vendiste ante Mal, me las jugué por ti Ryan aún así, fuiste un desgraciado —

— me arrepintió de lo que hice, pero luego de ello, nunca más pude dormir bien, me sentía vacío y cuando escuche lo que te hicieron, de verdad Meido lo siento tanto —

— típico de un hijo de La Reina de Corazones —musité con desprecio.

— no importa lo que digas, me enseñaste a ver lo que en realidad es y la cruel realidad por eso te debo mucho Meido, desde entonces no soy el mismo, y ahora se que es lo mejor para mí y no estar en un tonto grupo, por que al final tenías razón, solo se aprovechaban de mi... De mi, la tenían conmigo, pero, me resistía, fui un tonto —y su mirada cayó al suelo como un miserable rastrero.

— gracias por decirlo Ryan, de verdad gracias por compartir eso con nosotros... —dirigió brevemente su mirada hacia Ryan, para luego entonar su ojos esmeralda en mi— ¿lo ves? tanto a él como a mí nos has enseñado mucho —

— eso no es... —

— me enseñaste a amar de verdad, me enseñaste a ser sincero y no fingir ser algo que no quiero, me enseñaste a ser valiente, pero, cuando te detuvieron me sentí tan miserable, porque fui un tonto en confiar en ti, ahora sabía que no podía confiar en nadie, sin antes conocer, sentí tanto odio hacia mi, aún más de lo que antes tenía, pero cuando te fuiste, sentí un gran vacío, quise ir a la carcel tratar de entender el por qué, entender por qué lo hiciste, pero, cuando te vi, cuando te vi, vi de verdad la realidad y era que no te podía dejar ir, eras una chica diferente a las que hubo en este lugar— sus pasos se acercaron más a mi— Auradon jamas conoció a una chica como tú —

Sentí un leve brinco en mi interior algo que me alertó, entonces ahora, la varita no iba dirigida hacia Ben ahora era hacia Tristan— Aléjate, tú también —musité con recelo.

— no tienes porqué sentirte así, somos tus amigos —fue Ben ahora el que insistía en algo que sinceramente no sentía, en lo cual no me sentía cómoda.

— Ben, como, no, no entiendes... Yo —tomé un respiro y cerré mis ojos, bajando el bastón, sintiéndome extrañamente débil.

— ¿Meido? —sentí la leve y tenue voz de Mal.

— aléjate, podría hacerte daño y no quiero, pero, algo en mi... —respire hondo tratando de recobrar el aliento que extrañamente se me estaba yendo— algo en mi, es demasiado malvado y no lo podré, no lo podré resistir, necesito alejarme —y cuando pude abrí mis ojos y fruncí severamente mi ceño— me haré daño si sigo aquí, mi vida pertenece a la Isla, lo escuchaste de Uma, siempre lo escucharas, soy de la Isla no pertenezco aquí, si me quedo moriré, moriré o no faltará mucho para que haga una travesura y Ben me termine expulsando nuevamente, no soy de aquí, no pertenezco a este lugar... —

— y ¿quien dice que debes nacer aquí para ser de este lugar?, Meido , nada sucede dos veces del mismo modo —fue Jay quien se atrevió a hablar, de manera directa— escucha, somos malvados —

Desde la cuna pronunciaron todos— ¿no crees que a veces queremos ser malvados?, pero debemos detenernos y hemos aprendido mucho, más de lo que esperábamos... —bajo su mirada y parpadeó unas cuantas veces— solo eso.. —

Y eso era lo genial de Jay, él era sinceramente sincero.

Descendientes: Unidas Otra Vez  [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora