Descendientes: Unidas Otra Vez [En Edición]

💜✨ Descendientes - Maléfica

HABÍA UNA VEZ XIII

Las frases "emotivas" de Dizzy eran algo cuestionables.

"No te caigas con mis botas de lujo" "no ensucies el vestido"

Cosas así, respire hondo y camine a paso seguro con mi bolso en mis hombros, atravesando las puertas de los dormitorios, vi a una chica salir de la suya y sonreír, por un instante asentí ante su manera de saludar y siguió adelante.

— sigue así Meido —sonreí orgullosa de mi posición, cerré mis ojos por un momento para tranquilizar mi ser y recordar no ser mala.

— ¡CON PERMISO! —pare de golpe al ver como una fila de vestidos atravesaban delante mío, fruncí mi ceño al ver tantos vestidos guindados, lo cierto era que estaban muy bien hechos.

— ¿qué rayos? —

—ese vocabulario aquí no se utiliza— fue entonces cuando un chico con lentes.... Eh... Como era ¿Doug? Tapaba mi boca como una especie de regaño.

Respire hondo y asentí.

— Lo siento Meido, te hemos tomado de sorpresa, pero, dime ¿no te gustan mis vestidos? —por un instante asenti algo fuera de lugar— y el tuyo, es una obra de arte ¿dónde lo conseguiste? —

— tal vez una pequeña fanática tuya llamada Dizzy, no se piénsalo —río de oreja a oreja juntados sus manos realmente orgullosa.

— ¿tiene un gran potencial cierto? —asentí sonriendo de lado.

Dizzy era la hija de Griselda, nieta de la madrastra malvada, fábrica incansable de Evie, con tan solo verla sus ojos se iluminaban.

— si, puede ser... — musité pensativa— ¿por qué tantos vestidos? —

— ¡oh! La fiesta de esta noche, Audrey festejará su cumpleaños y ha invitado a toda la preparatoria, es de más decir que es una fiesta de gala, pienso que Dizzy ya debe tener algo para ti —

— Dizzy es muy hábil seguro me meterá en el armario mágico —comente con ironía.

— ¿ya has estado dentro? —por un momento Evie se quedó en shock.

— el vestido de Bienvenida, fue obra de Dizzy, uno de sus diseños lo metió en el armario y ¡bididi badidi Bu! Mi vestido hecho —

— ¡es una gran chica! —sabía a la perfección que Evie la quería como a una hermana aún sabiendo que la madrastra y la Reina Malvada en la Isla eran enemigas, pues, peleaban por ver quién era la más hermosa— creo que es hora de seguir, los vestidos no se entregarán solos — musito y con una leve reverencia se fue.

Eso fue extraño, por un instante fruncí el ceño y digerí lo que ella acababa de hacer.

Intenté olvidar lo que hizo con una bocanada de aire y una sonrisa a medias.

Pero paré en seco al sentir que me llamaban, de pronto todo se volvió oscuro y sentí pesado el aire por un instante sentí que estaba en un ensueño.

Meido... Es mamá, Meido, sigue mi voz y hallarás tu camino, Meido.

Era como un trance, de pronto sentía que todo daba vueltas y que desaparecía, todo, excepto el cuarto de Evie.

Gire la perilla y abrí la puerta con delicadeza, vi una caja de plástico que contenía una lagartija morada y vi unos cuernos Enorme que miraban con ensueño la lagartija, vi una persona en sentido contrario a el mío y sentí como mi respiración se entrecortaba.

La puerta se cerró de golpe y su mano se extendió dando una vuelta y tomando su enorme bastón.

— ¿extrañas a mamá? —quede con la boca abierta y las palabras en el aire.

— Mamá... —mi voz sonaba temblorosa, mis párpados pesaban y por un instante trague fuerte y fruncí el ceño.

— ¡Ay! No te quedes ahí saluda a mamá, nena, viniste en un buen momento tengo un plan, para deshacernos de... —

— ¿por qué? —por un instante se cayó y frunció su ceño.

— ¿Por qué qué o qué? —

Parpadee unas cuantas veces y alardee con mis manos caminando de un lado a otro— ¿ por qué me quieres confundir, por qué justo cuando tengo una lucha en mi interior quieres venir y arruinarlo todo? —

Por un momento río hasta más no poder y negó con la cabeza.

— que chistosa, nena, no vengo a confundirte, créeme, ahora, sé que eres más inteligente que Mal, de hecho sé que eres la indicada para esta misión, Mal nació de mi, por eso tiene sentimientos de confusión, tú, en cambio, te cree, estas hecha, por suerte tú no tienes corazón —fruncí mi ceño y negué con la cabeza.

— yo tengo... —

— ¡No! Te cree con mi magia, ¿por qué crees que aún no has caído a los tontos pies de ese Rey? —

Baje la cabeza y traté de digerir lo que dijo.

Al principio siempre creí que fui una creación de Maléfica, pero jamás había pensado que no era... Sangre de su sangre.

— Ahora, seguro ya fuiste a por él libro de encantamientos y espejo mágico ¿cierto? —

La miré con frialdad y fruncí mi ceño— ¿de qué hablas?, ¿como..? —

— cariño — arregló su bata y se sentó en la cama—¿ cuando crees que me puedas traer la varita? —

Cerré mis ojos y suspire— dentro de tres días, se hará una coronación —

— esta gente y su coronaciones... —

— Mal será coronada Reina de Auradon, solo entonces tendré a mi disposición la varita —me crucé de brazos y bufé.

— ¿Mal? ¡ay mi nena! Bueno que mal será encerrada junto con los demás cuando yo gobierne Auradon —

— Mamá —parecía metida en su burbuja sonriendo imaginando a lo lejos.

— ¿Que? —

— nosotras, recuerda que las dos gobernaremos Auradon —

— si,si, nosotras, yo es lo mismo no importa... Ahora, vete y cierra la puerta —se levantó y se giró mirando hacia la caja de plástico, retrocedí lentamente mirando a Maléfica tranquila y pacífica.

Gire la perilla y salí de ahí, aún todo se veía oscuro, la puerta hizo un crujido avisando que ya se había cerrado, soltó la perilla y respire hondo cerrando mis ojos.

Entonces sucedió rápido, volví a escuchar las voces, de las personas pasar, los tacones altos de Evie y el chirrido de aquel armario andante, los pasos apresurados de Doug y las risas de las personas de Auradon.

No sabía exactamente lo que había sucedido, de pronto todo volvió a la normalidad, había sido como un sueño.

¿Acaso había sido una pesadilla? O ¿fue real?

Gire la perilla y descubrir que estaba trancada. Fruncí el ceño y mire desorientas hacia el más allá.

Seguro debió haber sido por qué no había dormido bien.