Capítulo 15

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LEO:

¿Cuánto tiempo había pasado desde que nos quedamos observando hacia la nada?
Me puse recto y Ale se alejo de mi hombro.

- Esta noche no es para estar deprimidos, vamos a divertirnos... -dije tomando su mano

- ¿Te sientes mejor? - pregunto

Gire y la mire, un cabello se había soltado de su peinado, lo tome y acomode tras su oreja nuevamente.

- Nena, soy Leo Strauss. Yo nací para esto - aquello provoco que ella sonriera.

- Vamos y comamos algo, muero de hambre -respondió.

Una vez adentro las cosas mejoraron, pude sentir como las personas me observaban de forma tan diferente, la mayoría debía saber que estaba sin empleo. No dejaría que esta noche se estropeara.

- ¿Volviste de llorar las penas?

El idiota seguía aquí y solo quería molestarme.

¿En qué momento deje que me humillaran de esta forma?

Respire profundamente para responder pero para mi sorpresa una dulce voz femenina salio a defenderme.

- ¿Y tú quien rayos te crees? -Ale estaba mas que molesta.

- ¿Disculpa?

- Te disculpo, pero eres un maldito engreído que vuela alto como si fuera que será joven por siempre.

El idiota reía y Ale no lo tomaba en chiste.

- Eres igual que tu novio, ambos se creen la gran cosa.

- Eres tú quien se cree la gran cosa, según la biométria de la amplitud de tu boca, la anchura de tu nariz, la distancia entre boca y nariz, y la latitud entre la comisura de los ojos, estas envejeciendo, rondas los 30 años o un poco mas si no me equivoco. La cirugía que te hiciste en la nariz, barbilla y frente no ayuda en lo absoluto. Dentro de poco estarás acabado.

El rostro pálido del hombre no podía creer lo que había escuchado, nadie sabía que él estaba operado.
Ale tomo su copa y bebió un trago de vino, yo aún continuaba con la boca abierta impresionado por escucharla hablar tan técnicamente.
El idiota se levantó y se marcho sin decir mas.

- ¿Cómo supiste eso?- pregunte.

- Biología y genética. No es la gran cosa.

- Eres una caja de sorpresas.

Sus ojos verdes me dirigieron una tierna mirada de gratitud.

Disfrutamos la noche, era divertido cuando ella estaba en confianza, bebimos sin embriagarnos, debíamos volver a casa como fuera y ebrios no lo lograríamos.

- ¿Me concedes esta baile?- inquiri.

¿por qué con ella parecía ser otro?

Tomó mi mano y la ayude a ponerse de pie, nos dirigimos a la pista con alguna que otra mirada molesta observándola.

La tome de la cintura, ella coloco su mano tiernamente sobre mi hombro, al tomar su otra mano sentí como sus dedos se aferraban a mi agarre, y me gusto sentir ese gesto.

LA ESTRATEGIA |COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora