Capítulo 27

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¡NO A LOS LECTORES FANTASMAS!

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LEO:

Habían pasado varios minutos y ambos estábamos callados, ella tenia un libro entre sus narices y me ignoraba. Yo la observaba disimuladamente.

-¿Por qué no me lo dijiste? -cuestione molesto

-No lo creí necesario -respondió sin apartar la vista de su lectura.

-Creí que confiabas en mi...

-Confió Leo, pero ¿Qué hubiese cambiado si yo te decía que era doctora? - preguntó mirándome divertida 

-Muchas cosas...

-Dime una.

-Ahora no estoy para pensar - respondi evadiendola.

-Descansa un poco -pidió.

-No quiero volver a dormir - confesé.

-Otra cosa no puedes hacer- opinó.

-Te puedo decir mil cosas que podría hacer en esta cama -le guiñe un ojo-Contigo...

-No creo que vaya a pasar.

-Pruebame -dije en un tono seductor.

Pero no le pareció gracioso ni mucho menos sensual.

-20 mililitros de Succinato de doxilaminab-dijo pinchando el suero con una jeringa.

-¿Para qué es eso? -inquiri asustado.

-Para que te duermas...

-No resistes mis encantos Ale, si no tuvieras el poder de dormirme estarías tirada arriba mio...

Segundos después caí adormecido.

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ALE:

Después de tanto oírlo hablar estupideces decidí dormirlo, no era necesario pero si conveniente, algunos pacientes deliran cuando despiertan de un coma farmacológico y Leo no era la excepción. Volví a mi libro, intentaba concentrarme y entender la trama de la historia pero me era imposible, no dejaba de ver a Leo dormitar; Lo había extrañado tanto que necesitaba de su cercanía, me recoste en el sillón al otro lado de la habitación y me dispuse a dormir. Algunos ruidos me molestaban pero necesitaba descansar un poco, debía forzar a mi cuerpo para caminar o hacer algo debido al agotamiento.

Desperté cuando el sol ya casi asomaba por los ventanales y me alegre de haber dormido bastante, salí por un café y vi a los padres de Leo llegando a la sala de recuperación.

-Ale, Buenos días -saludo la señora Strauss.

-Buenos días -respondí animada- Leo despertó anoche y se encuentra muy bien. ¿Les gustaría verlo?

LA ESTRATEGIA |COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora