Capítulo 4.

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Me sentaron al lado de dos guardias y vi como las chicas tenían que posar para Luke, Los cuerpos de las chicas eran fantásticos, de eso no cabía duda ¡El mío es una vergüenza comparado con el de ellas! Sin embargo a Luke parecía no inmutarle absolutamente nada. Era como un pequeño ángel a quién le habían quitado toda la energía, un hombre sin alma y sin luz. Me dolió pensar todo lo que tuvo que pasar para terminar así.

—Clary—llamó Rodrigo. —es tu turno.

Vi como Clary se quitaba la ropa y quedaba en un bikini, se ponía como si fuera a tomar sol y le sonreía a la cámara. Yo no sería capaz de hacer eso, no soy capaz. El solo imaginarme haciendo aquello logró que me llenara de ansiedad. Sentí que me faltaba el aire, que el espacio de hacía más pequeño y amenazaba con aplastarme. Comencé a entrar en pánico, me levanté intentando salir, pero los guardias me detuvieron al instante.

—Déjenme salir...—susurré con un hilo de voz, pero solo me sujetaron con más fuerza. —¡NO QUIERO VER ESTO, DEJENME SALIR!—comencé a gritar

—Niña...—dijo el guardia, pero de un tirón estaba tirada en el piso.

—¡JAMÁS SE INTERRUMPE LA SESIÓN!—gritó Rodrigo mirándome desde arriba.

Lo observé con odio, me arrastré hasta la esquina de la habitación y me puse en bolita. Me cuesta ser capaz de ver a las chicas exhibirse así como si fuera lo más normal. No soy capaz de imaginarme a mi haciendo lo mismo. El mundo se había vuelto loco, esto era simplemente enfermizo.

Luego llegó el turno de Halley que se puso unas pantaletas y se quitó el sostén, se acostó mirando el techo y se tapó sus pechos. Miró a la cámara pero no sonrío y Luke tomó la foto. Se veía concentrado en lo que hacía, sus dedos eran largos al igual que su cabello que estaba en punta. Su expresión no cambiaba, solo fruncía el ceño y tomaba la foto.

Luego de varias horas de tortura para mi salud mental, nos dieron un 'descanso'. Seguía en la esquina, mordiendo mis uñas nerviosamente cuando divisé que Luke se acercaba a mi.

—¿Tengo algo en la cara que me miras tanto?—se agachó para quedar a mi altura.

—No...

—¿Entonces?—dijo arrogante.

—Oye, no lo estoy pasando bien. ¿Cuál es la idea de decirme esas cosas?

Rodó los ojos. —Mañana será peor. 

Y tuvo razón, porque por la noche no pude dormir absolutamente nada. Me desvelé pensando y analizando absolutamente todo, lamentándome y preguntándome si es que las cosas hubieran sido diferentes si no saliera de fiesta, o si con solo salir de noche me podían haber encontrado. A las 8 de la mañana Federic abrió la estúpida puerta y nos despertó a todas con una hermosa frase: "No sabía que las perras eran tan flojas". Como amaría tomar su cabeza y estrujarla como un paño mojado, luego cortarlo, pisarlo y quemarlo.

—Luke tenía razón, hoy es peor que ayer—le dije a la nada.

—Así que pensando en el fotógrafo ¿eh?—dijo Halley en tono de broma.

—¿De qué hablas?

—Admítelo Bella, Luke es muy atractivo y tú lo sabes.

—Es un egocéntrico—respondí asqueada.

—Al menos no negaste que era guapo—rió Clary.

"No se puede negar lo innegable" pensé.

—¿Cómo pueden estar tan felices...estando en este infierno?

—Tenemos que adaptarnos, o sería aún más insufrible. Con el tiempo, uno comienza a acostumbrarse a los malos días y lo único que hacemos es olvidar—respondió Melisa.

—Bella te daré un consejo—dijo Grace. —Lo que jamás debe perderse es la esperanza ¿entiendes? Ahora no le encontrarás mucho sentido, pero en unas semanas prométeme que lo recordarás.

—Lo prometo.

Nos turnamos para el baño, nos maquillamos y vestimos presentables. Hoy teníamos 'reunión' según me dijeron las chicas. Rodrigo llegó a abrir la puerta y nos sacó de la gran habitación, pero mientras todas miraban concentradas su camino yo buscaba maneras de escapar. No había ventanas, pero había demasiados pasillos llenos de puertas de corredera o de fierro. Me será imposible escapar pero 'lo que jamás debe perderse es la esperanza' ¿no?

Cuando llegamos, por fin note como era el bar, una colorida pista de baile, mesas circulares de colores metálicos y obviamente donde servían las bebidas.

—Para la que no entiende el concepto de mesera, solo toman el pedido y le llevan al cliente lo que necesita ¿ok?—asentimos. —Ahora, las otras chicas que yo elija son las que tendrán que guiar al cliente con la prostituta al cuarto y llevarle todo lo necesario.

Rogué, recé y cruce mis dedos para que no me eligieran en eso, sino como mesera.

—La lista la entrego por la noche.- escuchamos que venía alguien, voltee y era Iván.

—¿Dónde está Hemmings?

—En su bendito cuarto—dijo Rodrigo.

—Bien, porque tengo un trabajo para él—me miro fijamente, y lo primero que paso por mi mente fue: Ha llegado mi fin.

We just gotta get out. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora