Capitulo 33.

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Mis ojos se aguaron y me sentí vulnerable, débil, sin propósitos. Me refiero, ¿De qué vale salir de aquí si mi familia es feliz sin mí? Yo era solo un problema para ellos, como también lo soy para Luke. Noelia se retiró de la habitación con una sonrisa de satisfacción en la cara.

-Chicas,-habló Luke con tristeza en su voz- Noelia lo hace para que perdamos la meta de salir pero tenemos que hacerlo.

-¡No Luke!-dijo Halley llorando desconsoladamente- ¿Es qué no lo ves? Nuestras familias no nos extrañan, no nos necesitan, ellos no quieren de vuelta a una chica rebelde que sólo da problemas.

Un nudo se formo en mi garganta, dolía como agujas contra la piel. No iba a llorar, no esta vez. Me prometí que enfrentaría los problemas y si; tal vez nuestras familias no nos extrañan pero eso no significa que estar encerrado aquí sea mejor.

-Halley, no llores-dijo Calum-Me duele mucho verte llorar.

-Chicos-hable con voz temblorosa,- no podemos quedarnos aquí, hay que salir.

-¿Para qué? Para ver la felicidad que irradian nuestras familias por los poros mientras nosotros estamos encerrados en esta mierda.

-¡Halley concéntrate! Esto es todo una trampa-le dije sin poder aguantar las lagrimas cayendo por mis mejillas- Ella solo quiere hacer que pierdas la esperanza. Y si, tal vez no nos extrañan pero dime, ¿Es mejor quedarnos acá y sufrir todos sus maltratos? ¡Mira donde estamos metidos Halley!

-Bella tiene razón-dijo Calum.

Entonces nadie más volvió a hablar y sin siquiera decirlo, todos estaban de acuerdo con el silencio. Cerré mis ojos y esperé a que Federic llegara, pero no lo hizo y cada segundo era una eternidad tanto para mi cuerpo como para mi vejiga.

-Yo…lamento la tardanza.-escuche una voz conocida pero no tuve animo de abrir mis ojos-Chicos, despierten.

Federic.

-¿Federic?-dijo Calum algo adormilado.

-No, tu abuela. Claro que soy Federic imbécil.

-Eso fue cruel.

Suspire e intente hacer el bailecito de aguantar las ganas pero estoy sentada así que no puedo bailar pero comencé a mover mis piernas de un lado al otro, arriba hasta abajo y así hasta que Federic se dignara a llevarme al baño.

-Chicos por favor no intenten escapar, les voy a soltar las manos y confiaré en que harán lo que les digo.

-¿Por qué estás haciendo esto Federic?-le pregunté extrañada.

-¿Por qué no hacerlo?

Su silencio significaba que no quería seguir hablando del tema así que cerré mi boca y esperé que me desposara. La primera fue Halley que parecía estar a punto de hacerse ahí mismo, apenas él la soltó ella corrió desesperadamente hacia el baño. Ella salió con cierto relajo en su cuerpo, fue directo hacia Federic y cuando él iba a esposarla Halley corrió hacia la puerta pero no llegó muy lejos.

-No me lo hagas más difícil, yo ni siquiera debería estarlos ayudando-le dijo Federic tomándola del brazo.

-Lo siento, es sólo que es una tortura estar metida aquí dentro. Ni siquiera siento mis muñecas-habló Halley en tono bajo. Obviamente arrepentida de lo que acaba de hacer.

Federic volvió a esposarla y luego camino hacia mí. Se acerco para poder quitarme las esposas, podía sentir su perfume, también note sus largas pestañas y sus mejillas rosadas, su cabello levemente despeinado y sus manos totalmente heladas.

-Listo-tomó mi mano y me ayudo a pararme. Solté un leve gemido de dolor, hasta que estuve de pie. Corrí hasta el baño y finalmente pude hacer pipi. Fue estúpidamente relajante al no sentir esa presión sobre mi cuerpo pero al mismo tiempo fue preocupante saber cuánto tiempo tardarían en sacarnos de aquí.

We just gotta get out. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora