Capítulo 5.

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Después de la reunión nos pusieron trocitos de queque sobre la mesa y un vaso con café como desayuno. Me senté en la orilla de la mesa pues no tenía ganas de conversar con absolutamente nadie.

-Oye- escuché a mi lado, mire de reojo y Luke estaba ahí.

-¿Qué acaso tengo algo en mi cara que me hablas?-le dije sarcástica.

-Ja, que graciosa-se acerco más a mí. -Escucha, Iván tiene una tarea para ambos, así que necesito que vengas.

-No pienso sacarme esas fotos-contesté cortante.

-Mejor, así la gente no se trauma-respondió, mientras mi mandíbula se tensaba.

-¿Te hace gracia jugar con las inseguridades de la gente, rubiecito?

Luke suspiró. Sabía que se había equivocado, pero era demasiado orgulloso par admitirlo. -Okey, lo siento. Solo ven ¿sí?

-¿Y si no qué? ¿Vas a seguir insultandome?-le pregunté, aún molesta.

-Vamos a tener problemas-se acerco aún más. -Y no creo que quieras tener más problemas.

-Como quieras, pero deja de invadir mi espacio personal-me levanté de la silla resiganda y lo seguí, cruzando puerta por puerta y pasando por innumerables pasillos.

Sinceramente no sé cómo no me pierdo en esta casona, es tan grande. Luego de aquellas numerosas vueltas, por fin entramos en una sala bastante parecida a un estudio. Las paredes eran blancas y había una cámara, más no había luces, ni ropa, ni cajas con maquillaje.

Me apoyé en la pared de la esquina y vi a Luke caminar hacia mí, pero no le tomé mucha importancia.

-¿Tanto te molesta que invada tu espacio personal?-me dijo acorralándome contra la pared, demasiado cerca.

-Deja. De. Molestarme. Hemmings.-marqué cada una de las palabras e intente empujarlo, pero apenas se removió unos milímetros, pues tenía mucha más fuerza que yo.

-Eres una niñita mimada-susurró, observándome desde la cabeza hasta los pies.-Apuesto a que tus padres te consentían en todo.

Apenas aquellas palabras salieron de su boca mis puños se cerraron con fuerza, sientiendo las uñas rasgando mi piel.

-¡Cállate, tú no sabes absolutamente nada sobre mí! NO TE VUELVAS A ATREVER A HABLAR DE MI VIDA ¿ENTIENDES? Rubio mal teñido-se alejó.

-¿Rubio mal teñido?

-Oh, eso si te importa, ¿no? Si, apuesto a que cuando tus amigos no iban a casa, tu mamá traía las tinturas. De hecho, apuesto a que el único mimado aquí eres tú. -solté, irritada. Su semblante se tornó serio inmediato, sabía que con aquello, él no volvería a nombrar a mi familia, porque a él no le gustó que yo nombrara a la suya.

Incómoda, logré recordar a lo que veníamos.-Bien ¿Qué querías?

-Oh, cierto-se golpeó levemente la cabeza. -Debo enseñarte como posar para mí cámara.

Sus palabras me dejaron helada. La idea de Luke mirándome en poses demasiado osadas me ponía nerviosa y también avergonzada. Él se acercó y seriamente dijo: No será el mejor trabajo del mundo, pero estoy con mi cámara, así que tómatelo en serio.

-Necesito ver tu cuerpo.

-¿Qué?-exclamé sorprendida.

-Tengo que ver que te sienta bien, poses, ropa, etc-lo dijo como si fuera lo más normal del mundo y para mí es completamente intimidante.

-Espero que no sea una excusa para verme el cuerpo, maldito necesitado-le dije, mientras tímidamente me levantaba la polera.

-¿Necesitado? Veo cuerpos casi todos los días-respondió, sin inmutarse demasiado. -Ahora, si quieres hacerlo mal el primer día que te tome las fotos, entonces paramos.

Hice una mueca, sabía que tenía razón. -Bien, ya terminé.

Había quedado solo con mi ropa interior color piel. Podía sentir sus ojos azules recorrer todo mi cuerpo, desde mis dedos de los pies hasta el mechón de cabello en la punta de mi cabeza. Giró alrededor de mi sin dejar de observarme, me toque las mejillas y estaban ardiendo, seguramente estaba sonrojada al extremo.

-Esto es tan vergonzoso, Luke. Te has dado 5 vueltas ¿Puedes dejar ya de observarme?

-Aún no capto tu punto fuerte, Bella-me tomó las muñecas y las puso delicadamente sobre mi nuca. -Creo que ya lo encontré-susurró en mi oído causándome escalofríos.

Puso sus manos sobre mi cintura como si estuviera abrazándome ¿A eso le llama trabajar?

-Bien, está será tu pose fuerte, no la olvides.

-Si, al fin lo decidiste.-baje mis brazos y volteé a verlo. -¿Te gusto tocarme? Necesitado.

-Lo más hermoso que me ha pasado-respondió burlón.

-¿Podrías dejar de ser tan molesto?

-¿Y tú de ser tan enojona y exagerada?

-Cuando te comportes como un verdadero hombre-me puse rápidamente la ropa y abrí la estúpida puerta. -Ves chicas todos los días, pero al parecer ya se te olvidó como tratar con una. Cuando lo recuerdes, me llamas-le dije burlona, le mostré mi dedo corazón y cerré de portazo.

We just gotta get out. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora