Capítulo 17.

3K 189 10
                                    

Abrí los ojos con extrema lentitud, cansada de la rutinaria vida de esta casona. Era otro día de fotos según las chicas. El tiempo simplemente sigue pasando voraz y aún no puedo creer que estoy aquí, que me están usando como se les da la gana y que dentro de esta basura conocí a Luke. Con pereza busqué algo cómodo para ponerme y me senté a esperar.

Comencé a pensar en el negocio en el que, asquerosamente, estoy metida. Esta gente vende nuestras fotos, gente enferma paga cierta cantidad por aquellas imágenes y luego ¿Qué hacen con ellas? Muchos debe quedárselas, pero ¿Y los que no lo hacen? Tal vez la suben a páginas, tapándonos el rostro para que no nos identifiquen. O tal vez sí. Además de eso, el bar hace que este lugar gane aún más dinero. Sentí nauseas de solo pensarlo. 

—¿Listas?—llegó Federic por nosotras y se acerco a mí cuando nadie nos veía. —Me dijeron lo que pasó la semana pasada, no te quiero ver escapar una vez mas ¿entiendes?

Fruncí el ceño, extrañada, y en un arranque de impulsividad me acerqué a él. 

—¿Por qué te preocupas tanto por mí?—me atreví a preguntar.

Apretó los labios con fuerza. —Jamás lo entenderías.

No volteó a verme y siguió caminando, vigilando que ninguna de nosotras se desviara del camino. Apunté a mi lista de compras algún poleron para abrigarme cuando tenga que pasar por este gélido pasillo. Cuando íbamos en camino a la sesión naturalmente esperaba ver a Luke, pero no fue así. Estaba Calum.

—Sorpresa chicas, Calum también es fotógrafo—comentó Rodrigo, mirándome especialmente a mí.

Todas nos miramos extrañadas, compartiendo la misma sensación de no estar entendiendo absolutamente nada.

—¿Qué hay de Luke?—preguntó Diana burlándose. —¿Ya decidieron que no les sirve?

—Sigue acá, solo tendrá más días para descansar...—explicó con frialdad. 

Su respuesta me desconcertó. ¿Desde cuándo les daban vacaciones? ¿Y a Luke? Simplemente era ilógico y muy extraño. Presentí entonces que algo estaban tramando y tuve miedo de que a Luke le hubiera pasado algo. 

Las chicas se acomodaron en el piso a la espera de que la sesión terminará, pero no lo noté y seguí sumida en mis pensamientos, abrazándome a mi misma imaginándome lo peor. Una mano me sacudió la polera, tirandola hacia abajo.

—Siéntate, Bella, te van a castigar—susurró Halley. Asentí, aun absorta y me senté casi automáticamente. —¿Qué pasa? Tienes cara de estar en un mundo paralelo en este instante.

—Es solo que encuentro extraño esto—me acerqué a ella y susurré bajito,—tengo miedo de que a Luke le hayan hecho algo.

 Halley se apretó con fuerza las mangas y cuando estaba por responderme, la voz de Rodrigo nos interrumpió.

—Isabella tu turno.

Me levanté y las chicas intentaron no mirarme tanto porque saben lo nerviosa que me pongo. Volví a quedar en ropa interior y me acosté en el piso como si estuviera en la playa tomando sol. Miré a Calum que estaba demasiado incómodo comparado con Luke, pero aun así tomo la foto y me volví a vestir. Esta vez procure no hacer escándalos.

—Buen trabajo—me dijo Halley, justo antes de que la llamaran. Se dirigió al centro del estudio y observe con curiosidad como Calum la miraba. Estaba casi segura de que harían una linda pareja, pero lamentablemente la posibilidad de noviazgo dentro de este lugar es nula.

A menos que Calum también sea como un ángel para Halley. O viceversa.

Quizás los 4 podríamos encontrar la maldita solución para salir de este encierro.

Así que mientras la sesión continuaba me puse a pensar en vías de escape. Pero no podíamos escapar solo 4 personas y dejar a las demás chicas a la deriva, aunque claramente si lográramos escapar iríamos de inmediato a la policía. Que los demanden, que los arresten y queden muchos años en prisión. Pudriéndose dentro de esta con la sucia conciencia pesándoles día a día. Si es que sienten remordimiento alguno, claramente.

No paso mucho tiempo cuando entró Noelia diciendo que venía por mí, lo cual me asustó y sorprendió bastante. La seguí, aún extrañada y Noelia cerró la puerta con fuerza.

—Tú y yo tenemos un asunto pendiente—dijo cuando ya estábamos solas en el pasillo.

—¿Otro más?—bufé.

Entramos a la que parecía ser su oficina, aunque esta vez no me ofreció asiento, pero me senté de igual forma. Ella me miró durante unos segundos, me recorrió con esos inescrutables ojos verdes e intente adivinar que quería decirme, pero me fue imposible. 

—Sé que sigues viéndote con Luke, lo tengo claro—abrí la boca para interrumpirla, pero no me dejó. —Sin embargo, te diré una cosa pequeña Isabella. No vas a hablarle de Calum a mi sobrino ¿entiendes?

—Demonios, señora. Usted tiene más secretos que la Reina de Inglaterra. ¿Y qué si lo hago?—solté sin más pensarlo.

—No me provoques niñita, tú no sabes de lo que soy capaz —vociferó, firme y directa. —Soy capaz de hacer las cosas más inimaginables, crueles y malas que alguien puede hacer para proteger su negocio ¿entiendes? Mi vida consiste en esto y no dejaré que una malcriada como tú lo arruine. Si es necesario pondré cámaras y las vigilaré las 24 horas del día. 

—Eso quiere decir que usted debe ser una señora muy débil para que solo una niñita pueda destruir su firme negocio.

—No te sientas tan poderosa. Yo no me refiero a ti—esbozó una sonrisa torcida. —Solo no te metas en mi negocio.

—No me ha respondido, ¿Y qué si lo hago?—pregunté desafiándola.

—Tu familia sufre las consecuencias—respondió sin inmutarse.

Se dirigió a la puerta y la abrió, haciendo un gesto para que me retirara. Asentí lentamente y caminé hasta la puerta.

—Usted gana, no diré nada—su cara fabricó una sonrisa de triunfo. —Pero no porque usted me lo dice, sino porque yo si quiero a mi familia. Y ellos me quieren de vuelta.

La sonrisa se borró de su rostro. Si, ella me asusta pero no voy a dejar que sus ojos manipulen mi pensamiento. Haré lo que creo correcto porque no quiero ver sufrir a mi familia por un capricho, así que si no debo decirlo simplemente no lo diré.

Por ahora.


We just gotta get out. (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora