Una rafaga de aire me recibé y por un momento me maldigo por haber optado por un vestido blanco de encaje largo de atras y corto de enfrente en la parte de la falda.
Malia me mira preguntando si estoy bien cuando su mano toca la mía que esta completamente fría, a lo que yo solo digo que si con la cabeza.
Caminamos hasta llegar a la recepción y el mismo hombre de ayer nos sonrie.
-Buenas noches señoritas ¿Reservación?- pregunta de manera elegante con una sonrisa gatuna a lo que me pongo nerviosa.
-Regina Belmont- dice mi amiga cuando mis palabras no salen de mi garganta. El revisa la lista y frunce el ceño, para después mirarme.
-Señoritas- ambas volteamos al hombre que habla detras de nosotras. Lleva un traje negro y su cabello esta amarrado en una cola de cabello.
Sonrio nerviosa pero grande, vaya si que era muy guapo de cerca.
-Hola- murmuro aun con la sonrisa.
-Ellas son mis invitadas, Stephan- su voz severa se refiere al hombre que esta detras de la mesa. -Por aquí- nos mira esta vez a nosotras y abre la puerta a lo que Malia entra primero y la sigo, para posicionarnos en la entrada, mirando el palacio que es.
-Se que ayer vine, pero no te felicite por el gran restaurante que tienes- murmuré cuando el se posiciono a mi lado.
-Me encanta este, por que fue el primero en construirse- dice simplemente para luego llevar su mano a mi espalda baja e insitarme a caminar por lo que vi a mi amiga nerviosa para que caminara.
Caminamos hasta el fondo, donde hay una mesa sumamente arreglada con velas y frutas, lo miro sosprendida.
-Wow- dice mi amiga levemente, con los ojos abiertos como platos.
-Mesa para tres- dice el con una sonrisa tan imborrable.
-En realidad me gusta comer sola, así que me iré a sentar por alla- dice mi amiga señalando una mesa a lo lejos a lo que la miro suplicante pero solo me ignora pasando enfrente de nosotros.
-Bien, entonces solo seremos tu y yo- el tira para atras una silla y me siento lentamente tomando la falda de mi vestido para que no quede aplastado. -Luces muy linda- murmura seriamente a lo que yo sonrio levemente y siento mis mejillas arder.
-Entonces... este gran palacio es tuyo- digo pasando por el dedo por el borde de una copa de agua.
-Sí, es completamente mio- dice con ego y lo miro sonriente tratando de no decir lo mal educado que fue eso.
-Bueno, tendras al mejor chef pero jamás te compararas a la comida que mi madre hace- explico y me pongo nerviosa cuando el me ve atentamente a los ojos.
-Tus mejillas se han puesto rojas- dice con burla y me rió sin gracia, tratando de que se bajen. -Y bueno no he probado la comida de tu madre, no puedo decir nada- explica para después mover su mano por los aires y pronto un mesero llega con la carta.
-El especial de hoy es el que quiero probar- dije bajando la carta aun lado.
-Uh, te va a encantar- lame sus labios para después sonreir un poco.
-Como estas tan seguro?- ruedo los ojos, ni que fuera la gran cosa.
-Yo lo he cocinado- dice mirandome por arriba de la carta, a lo que quedo sorprendida.
-Bien, eso fue extraño- murmuro para mi misma y agradezco que mi voz no sea tan fuerte aveces por este tipo de cosas.
Cuando ambos ordenamos la comida, nos quedamos en completo silencio a lo que solo juego con la orilla del mantel tratando de no hacer contacto visual.
Admitó que Justin es muy guapo, su piel es blanca y su cabello rubio brilla con la luz, sus labios son delgado y rosados, su nariz es respingona, admirando su mano puedo ver un par de tatuajes que se medio esconden debajo del traje.
-Beberas alcohol o prefieres jugo?- dice sin mirarme a lo que desconecto mi mirada de sus manos grandes. ¿Cuando llego el camarero?
-Uhm, jugo de durazno- digo apenas por su mirada.
-Bien, Regina- dice y a lo lejos puedo escuchar su voz pidiendo nuestras bebidas. Mi amiga me mira del otro lado y me hace señas a lo que la miro confundida. Me rio cuando la veo fruncir el seño. -Segura que tu amiga se sentira bien sola?- dice llamando mi atención a lo que lo miro.
-Perfectamente- digo entre risas nerviosas. -Bien, Justin, cuentame de ti- digo amablemente cuando ponen pasta enfrente de mi y se que es la entrada.
-Qué quieres saber?- dice enrollando la pasta en su tenedor mientras que con la cuchara hace que no se caiga.
-Cuando cumples años?-
-1ro de marzo- dice antes de llevar la pasta a su boca.
La hora pasa y se que su color favorito es el azul, tiene dos hermanos que son menores que yo, le encanta la comida y su deporte favorita es el hockey, también que nacío en Canada pero sus papás se mudaron a New York cuando su hermano menor nacío.
Cuando el postre llego a nosotros no pude evitar sentirme en el paraíso cuando lo probé, la crema y el chocolate hacían explosiones en mi boca.
-Te convengo, eh- dice de la nada con una sonrisa ladeada.
-Disculpa?- digo confundida. Limpio mi boca con la servilleta de tela que tengo en mi regazo.
-Ya sabes...- susurra lentamente apretando delicadamente rápido mi mentón con sus dedos largos y guiña su ojo.
-Uh, Justin no estoy entendiendo- sonreí nerviosa por su cercania y me puse sería cuando su mano toco la mía.
-Eres muy bonita, Regina Belmont- besa el dorso de mi mano con delicadeza y me mira fijamente y comprendo haciendo que frunza el ceño y quite mi mano.
-Oh, no Justin!- la incomodidad y el coraje recorre mi cuerpo y mis manos se ponen calientes. Toda sonrisa se borra y tiro de la silla hacía atrás.
Camino a toda prisa fuera del restaurante con las pisadas de mi mejor amiga detras de mi gritando mi nombre.
Era obvio que un hombre como el no iba a querer nada bueno, sus intenciones no eran buenas.
-¡Regina!- su voz gruesa me llama y quiero correr lejos de ahí pero los tacones y el frió no me dejan. -Lo siento, lo siento- dice tan cerca y derrepente ya esta enfrente de mi obstruyendome el paso.
-Escucha, no se que clase de personas crees que soy, pero yo no busco sexo ni mucho menos dinero ¿Por eso me presumías todos tus restaurantes?- lo miro severamente y el se voltea mirando hacía la calle a lo que dejo escapar un grito de sorpresa y frustración- Por que sea de Bronx no significa que necesito de tu estúpido dinero, mi vida va estupenda con lo que tengo, no necesito favores ni tampoco necesito que hagamos un trato, se lo suficiente mujer que soy para decirte algo ¡Métete tu dinero por donde no te da el sol! O sea ¡Por el culo!-grite tan rápido y tan enojada que ni siquiera me di cuenta que la gente estaba mirándonos raros.
Tome la mano de mi amiga, pase alado de el sin dirigir mi mirada hacia el y rápido conseguí un taxi.
El alma me dolía, no había sido humillada nunca antes y hoy era el caso, dolía, dolía mucho por saber que parecía una buena persona... pero fallo.
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Oh, no Justin! {jdb}
Fanfiction¡Hola! Acompaña a Regina Belmont en este viaje de su primer amor. "Llego para hacer mi vida ordenada un completo desorden" Autora original: Fernanda Gómez. No se aceptan copias ni adaptaciones. No plagiar, se original.