Un chico de veinte años estaba sentado en mi cama, con un ramo a su lado y una caja del otro lado.
Habia crecido, su cabello era largo y ahora estaba medio ondulado, para nada era flacucho como la ultima vez que lo vi. Se veía mas maduro. Se veía tan guapo.
-Ben- susurré. Me aventé a su brazos en el mismo instante en que se puso de pie.
-Dulce Regina- dijo en un suspiro para luego besar mi cabeza. Enterré mi cara en su pecho apretándolo mas a mi.
Ben Highmore, se había mudado hace tres años justo cuando termino octavo grado. El vivía en el departamento de enfrente con su hermana y su padre. El había sido el chico que se robo mi corazón por primera vez, recuerdo que todo el tiempo no las pasábamos juntos, a pesar de que el era mayor. El y yo eramos tan amigos que mis padres nos dejaban dormir juntos.
-Te extrañe todo este tiempo- susurré. El se inclino para rozar su nariz con la mía, como cuando eramos niños.
-Tenia que hacerme mayor- reí a lo que el se separo. -Te haz puesto hermosisima, Regina- alagó por lo que me sonroje y le di una sonrisa como una pequeña ladeando mi cabeza.
-¿Como te fue en Los Ángeles y tu carrera de actuación?- la emoción me inundaba.
-Bien, fue tan maravilloso- dijo fascinado.
Nos quedamos por horas platicando hasta que me dijo que tenia que irse. Me dio un beso en la mejilla y se fue, dejándome otra vez sola.
Abrí con entusiasmo la caja roja que había dejado y saque un hoodie de color rojo con letras blancas. Mi color favorito.
"La mayor fan de Ben Highmore"
Me reí rodando los ojos.
Me acomode en la cama para después quedarme dormida.
*
Baje las escaleras y justo cuando di el ultimo escalón me tope con mi amigo.
-Veo que te ha encantado- sonrió de lado coqueto.
-Definitivamente, creo que me lo pondré todos los días de mi vida- escuche su risa para luego abrazarme.
-Venga, te llevaré a la escuela- me soltó pero yo abrace su brazo.
Pude ver el auto ahí mismo, no podía ver a través de el por el polarizado, pero sabia que el estaba adentro.
-Lindo auto ¿no?-el muchacho de piel trigueña lo admiro por lo que lo empuje pero se resistió.
-Es una basura- solté, pero no precisamente hacia el auto. -Anda vamos, se me hará tarde- empuje con mas fuerza para que caminara y el así lo hizo, sin apartar la vista.
El camino fue divertido a pesar de que mi cabeza no dejaba de pensar en su auto ¿Se habrá quedado ahí toda la noche?, pero por primera vez no me sentía acosada, a pesar que iba con mi amigo que estaba alcanzando el mundo de la fama.
Me abrazo antes de irse y beso mi mejilla.
No pude evitar sentir algo dentro de mi, por que el había sido mi primer amor aun que no lo supiera.
La mañana paso normal en las clases, hasta que llego el momento de ir al zoo. Un dolor en el pecho me hizo sentir mal pues Justin siempre venia a buscarme a esta hora. Sacudí mi cabeza, el no iba a estar siempre.
La tarde paso tan atareada cuando tuve que llevar a un grupo de niños por todo el zoo, explicando e interactuando con varios animales.
Para cuando salí y camine hasta mi conjunto habitacional, el auto seguía ahí, con su dueño aun lado tomando un café frió. Vestía todo de negro y a pesar que la noche casi ya estaba cubriéndonos, portaba lentes de sol.
No pude evitar que mi estomago se revolviera, la garganta me asfixiara y mis piernas temblaran.
Casi podía jurar que mi corazón y mi respiración llevaban el mismo ritmo.
-Regina- suplicó cuando pase enfrente de el. La fuerza de voluntad se venció cuando lo miré.
-Oh, hola- para mi suerte había sonado tan natural. Me posicione justo frente de el.
-Necesitamos hablar, solo por un momento- sus palabras eran cansadas. Rode los ojos haciendo que no me importaba, bien, voy bien.
Mi mente estaba jugando demasiado conmigo. Sabia que escucharlo iba a hacerme creer en el pero no hacerlo iba a hacerme perderle. Y no estaba contenta con el hecho de que estaba llorando por las noches por que todo había cambiado.
-Te escucho- demande. Recargue mi peso en mi pierna derecha y cruce los brazos delante de mi pecho.
Se quito los lentes y pude ver unas enormes ojeras debajo de sus ojos.
-La encontré de casualidad en la playa, quise ser gentil con ella, no paso nada- explicó. Su mirada me rogaba por que hablara pero yo no podía pensar en otra cosa mas que en sus lindos ojos. Sin duda, mi corazón era ciego.
¡Basta! Yo no tengo por que sufrir por una persona.
-No se por que me das explicaciones, al fin y al cabo no somos nada- alce los hombros. Baje la mirada ante el dolor de mis palabras.
-¿Entonces por que estas tan molesta?- susurro. Se acerco peligrosamente a mi -Se que estas celosa- su voz juguetona me hizo medio sonreír, pero rápidamente me puse seria.
-¿Yo? ¿Celosa? ¿De ti? en tus mejores sueño- hice una sonrisa falsa, sin mover otro musculo de mi cuerpo.
-Ni ella, ni nadie podrá hacerme cambiar de opinión con respecto a ti, Regina- dejo escapar un suspiro haciendo que mi corazón se estrujara.
-¿Como puedo estar tan segura de eso?- moví mi cabeza esperando por una respuesta.
-Por que me tienes hechizado ¿Acaso no lo ves? es como si todo este relacionado a ti, no puedo sacarte de mi cabeza, eres como una maldita canción que al final del día me encanta cantar, bailar, enamorar de nuevo de la vida, Regina creo no puedo vivir sin ti- podía escuchar el constante temblor en sus palabras exasperadas.
Un nudo creció en mi garganta a tal punto que estaba asfixiándome. no sabia que decir, por que claramente era la primera vez que algo así me pasaba.
Sus ojos estaban tan claros que me hacían derretirme.
-Regina- una tercera voz dijo a nuestro lado. Ben se paro a mi lado besando mi cien, pude ver su ropa deportiva y escuchar su respiración fuerte. -Tengo que contarte algo- tiro de mi pero lo detuve.
-Te alcanzo en un momento, estoy hablando con alguien- dije incomoda. Justin tenia la cabeza baja con los ojos cerrados.
-Bien dulce Regina, te espero en la recepción- asentí por lo que se fue trotando.
-¿Dulce Regina?- espeto, incrédulo por lo que mis humos de mujer alfa se bajaron al ver su cara enojada y sus ojos ardiendo.
-Justin... no es lo que parece- trate de alcanzar su mano pero la quito con brusquedad.
-Siempre quiero arreglar las cosas contigo pero tu nunca pareces ceder, estoy cansado de la misma mierda, en la que solo yo me esfuerzo y en mas mínimo error tenga que arrodillarme a tus pies- su mirada estaba quemando mi alma -¿acaso no puedes madurar?-
Lo mire atónita. Mis ojos empezaron a arder, juraba que estaba escuchando mi corazón caer y romperse en miles y miles de pedazos. La rabia también me consumió por lo que bufe.
-Grandes noticias, estas hablando con una menor- solté con rabia, mirándolo a los ojos y como si ya hubiera comprendido las cosas balbuceo tratando de pedir perdón -Adiós señor Bieber, espero que encuentre un amor maduro- di una ultima mirada antes de dar la vuelta en mis talones y romper en llanto.
Ya no me importo ni siquiera Ben, ni mi madre, ni mi papa. No me importo que me vieran llorando por un corazón roto.
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Oh, no Justin! {jdb}
Fanfiction¡Hola! Acompaña a Regina Belmont en este viaje de su primer amor. "Llego para hacer mi vida ordenada un completo desorden" Autora original: Fernanda Gómez. No se aceptan copias ni adaptaciones. No plagiar, se original.