veintiocho.

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Cuando despierto, la cama esta fría. El se ha ido.

Suspiro antes de salir de la habitación. Mi mama me ve preocupada desde el sillón y mi hermano me ve con una cara de compasión, papá bebe una taza de café, tiene los ojos rojos.

-Preferiría que no me vieran así- murmure. tome un vaso de leche antes de sentarme en la sala. Las noticias estaban pasando en la televisión, obviamente había hecho en en vivo de todo el asunto, por lo que apuntaron mi cara desastrosa en el momento en que salí.

Todo normal hasta que la imagen de Justin y mía aparecieron en grande, con un titulo nada discreto "Al rescate de su novia" podía ver nuestros cuerpo juntos abrazados. Mi respiración se atoro en mi traquea cuando apareció el pequeño beso.

Pude escuchar un grito de sorpresa de todos.

En ese momento mire a Evan, estaba estático procesando la información de lo ocurrido.

-Regina- dijo por fin -No lo puedo creer de ti- me miro con esos ojos de decepción.

-Puedo explica...- no me dejo terminar por que se puso de pie apunto de caminar hacia su habitación molesto.

Paro su caminar y se dio la vuelta sin mirarme -De todos los chicos, te haz venido a fijar del hombre mas estúpido de la vida- negó con la cabeza aun sin poder creerlo.

-No lo conoces- murmure con rabia.

-Se lo que es, es un maldito bastardo drogadicto aprovechándose de tu inocencia- espeto. El camino decidido hasta mi quedando frente a frente, tan cerca que me intimidaba, por sus ojos aniquilantes y su altura prominente.

-Así como tu estas aprovechándote de la inocencia de mi mejor amiga- susurre, con la sangre hirviendo. Pude escuchar un gemido de sorpresa de mi madre y una tos de mi padre. -No puedo creer que estuve apunto de morir y que el único que se preocupo por cuidarme toda la maldita noche, solo fue el- dije sin pensar a lo que todos me miraron.

-Estuvo en tu habitación?- me miro con los ojos abiertos llenos de rabia.

-Al menos no hace lo que tu con Malia todas las malditas noches- empuje su cuerpo haciendo que se golpeara con la esquina de la mesa, cerro los ojos fuertemente reteniendo sus manos para luego llevarlas a su cara hasta sus cabellos y jalarlos. Camine hasta mi habitación pero su voz me detuvo.

-Te prohíbo que vuelves a ver a ese drogadicto- demando a lo que lo me di media vuelta, lo mire con la ceja alzada y como si el diablo se llevara mi alma camine hasta el.

-Tu no eres mi padre- apunte su cuerpo con mi dedo indice.

-No lo seré pero te aseguro que soy mejor que el- pude ver a mi padre del otro lado de la sala con la mirada baja. -papa, yo...- el hombre de cabellos rubios se puso de pie y se acerco a mi abrazándome a los hombros.

-Cometí muchos errores pero tu no tienes por que juzgarme, así como tu nos estas juzgando a todos- me abrace a su cintura, escondiendo mi cara que derramaba un par de lagrimas.

-No haré nada, pero no lo quiero cerca de ti- especulo antes de caminar hasta su habitación.

-¿Adivina? Tus palabras ya no valen- murmure.

-¿Adivina? Soy tu tutor legal después que mi papa entrara a un centro de rehabilitación y mi mama no pudiera ni alimentarnos- dijo antes de cerrar su puerta con un golpe fuerte.

Mire a mis padres suplicantes, pero ellos solo bajaron la mirada. Bufe antes de encerrarme en mi habitación.

Para la noche, mis ventanas estaban tapizadas con madera, ni siquiera pude ver el sol descender. No tenia celular, por que había caído al retrete y no había uno de casa.

Mirando el techo, a oscuras pude escuchar unos toques en mi ventana. Me acerque peligrosamente, como si alguien mas me viera pero la puerta estaba cerrada.

-¿Regina?-

-Justin- deje escapar en un suspiro, aliviada.

-¿Qué esta pasando?- pude ver su cara preocupada por una muy pequeña abertura.

-Mi hermano se ha enterado- lo mire tratando de no romperme. Ya no lloraria, por que ya no podía hacerlo, prácticamente me había secado.

-¿Estas bien?- dijo preocupado. Sus cejas se alzaban en compasión. Negué.

-Te necesito, Justin- baje la mirada, me sentía perdida. Escuche un suspiro de su parte.

-Regina, lucharé por esto- aseguro. Sus palabras sonaron en mi acelerando mi corazón.

-Regina- una voz detrás de mi me hizo saltar del susto.

Trague saliva antes de voltear a ver a mi papá que tenia una cara de sueño; pues eran mas de la una de la madrugada.

Voltee a ver hacia la ventana y en el empaño podía ver su letra prolija.

"Vendré en media hora"

-Papá- dije en un suspiro tratando de calmar mis nervios. -Yo... uh... estaba... la ventana...- me cortó.

-Cariño, necesito hablar contigo- se sentó en la cama y palmeo. Me senté a su lado, rozando nuestros hombros.

-Lo quiero mucho- solté por fin. Sentí un gran alivio al decirle a alguien mas lo que sentía. Todo el tiempo había guardado todo y ahora, todo era diferente.

-Te contaré una historia; cuando tenia 17 conocí a una chica super bonita, talentosa, inteligente, todo lo que yo podía desear... ahí experimente mi primer amor, arriesgaba todo por ella, tantas cosas que hice por ella y para ella, me hicieron darme cuenta que si podía amar, que si sabia hacerlo, a pesar de que ella era mas grande que yo, aun que sus padres me odiaran y la gente de ese tiempo se burlara de mi, no me importo, por que yo la amaba; el punto es, quiero que experimentes esto, se feliz, explora el mundo con o sin tu amor, haz lo que tu corazón mande- toco mi pecho cerca de mi corazón. -La vida es solo una y quiero que seas tan feliz como yo lo fui en aquellos tiempos, claro tendrás otros amores hasta que encuentres el tuyo, el que sea por siempre para ti- me sonrió para luego rodearme los hombros con su brazo.

-Te quiero tanto, gracias papá- bese su mejilla y me recosté en su hombro cerrando los ojos disfrutando del momento.

-Te ayudaré a salir, solo necesito que no hagas ruido- murmuro sospechosamente.

Abrí mis ojos.

Me tomo la mano. Salimos de la habitación sin hacer el menor ruido posible y cada dos segundos veíamos hacia la habitación de mi hermano. Trague duro y cerré los ojos con fuerza cuando cerré la puerta y se escucho un clik.

Corrí de puntitas por toda la sala con las calcetas puestas, mi papá tomando mi mano y justo cuando íbamos a salir las llaves se cayeron al piso haciendo un ruido tremendo por el lugar.

Miré a mi papá con miedo y el hizo lo mismo.

-Esta durmiendo como una marmota, par de asaltantes- mi madre nos hizo saltar en nuestros lugares. -Apúrate antes de que se te haga mas tarde; por cierto Scott quien es esa mujer?- frunció el ceño y se llevo a mi papá de la oreja desapareciendo por el pasillo.

Me reí y salí a toda prisa.

Corrí por todo el lugar tan rápido y cuando empuje la puerta de vidrio del edificio pude ver su auto azul eléctrico. Como si fuera una bala el hombre salio de este y corrió hasta mi.

También corrí hasta chocar con su pecho.

Pude escuchar un gemido de su parte por el impacto pero no me importo, lo apreté mas a mi. Lo necesitaba tanto.

El aflojo su agarre y beso mi cara por todos los lugares.

-Pensé que nunca jamas te volvería a abrazar- lloriquee dramatizando.

-Por ti, hasta me hubiera infiltrado a la escuela- río antes de darme un beso en los labios.

Un beso tan mágico.

Oh, no Justin! {jdb}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora