treinta y seis.

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El día había llegado tan rápido que me sorprendí. pero no sabia como salir de mi casa a las cinco de la tarde y no llegar en horas. 

Me desperte cuando el sol estaba resplandeciente entrando unos rayitos de sol por entre en medio de las tablas.

-Regina, apúrate tenemos que ir al supermercado- grito mi hermano del otro lado de la puerta.

-Lo siento no te conozco- grite de vuelta con molestia.

No quería salir de mis cómodas sabanas y verle la cara.

-Mi mamá no esta y no pienso ir con mi papá, tu sabes hacer esto- pude escuchar como pegaba su frente a mi puerta. Rode los ojos y me puse de pie.

-En unos minutos salgo- espeté.

Me puse una falda de mezclilla y una blusa básica blanca, mis botines y un suéter tejido azul que me había regalado el abuelo en mi cumpleaños.

Al salir simplemente camine sin mirarlo y me adelante lo mas que pude de el.

Ya en el supermercado,  metí al carrito todo lo que seguro necesitábamos; sin hablarle.

-Podrías por favor hablarme como antes?- dijo después de un momento cuando estábamos en la fila, a lo que negué con la cabeza sin verlo.

No insistió mas y cuando llegamos a la casa deje las bolsas en la mesa para después sentarme en el sillón negro.

-Escucha, se que soy un mal hermano pero por favor perdóname, no aguanto que no me hables, que no me des besos en la mejilla cada mañana o que me hables solo para burlarte de mi dedo chueco-

Lo mire con desprecio. Estaba frente a mi con una cara de tristeza, jugaba con sus manos y mordía su labio. Mi corazón se entrujo.

-Algunas cosas no cambian solo pidiendo perdón- dije con suavidad esperando por su reacción pero el solo bajo la cabeza.

-Solo no quiero que te pase nada, yo se como es ese chico- murmuro.

-No no lo sabes-

-Hace unos meses me lo encontré manejando bajo estado de ebriedad y tenia olor a marihuana, no traía consigo pero su auto era una bodega de humo ¿Es lo que quieres para ti?-

-El ya no es así y de todos modos, no me importa, el es mucho mejor persona que tú- me puse de pie y camine hasta mi habitación.

Oh, no Justin!

Cuando la tarde estaba cayendo mi hermano salio del edificio por lo que mi plan estaba saliendo bien. Mis padres lo sabían y me dejaron salir poco después de que Evan saliera.

-Estoy nerviosa- le dije al chico que iba a mi lado en el vagón pero no me hizo caso por que iba con sus audífonos.

Camine con rapidez por la acera hasta llegar al edificio de Justin y salude al guardia quien me dejo entrar.

Cuando las puertas del elevador se abrieron en el Penthouse del rubio un fuerte olor a alcohol me golpeo por lo que tape mi nariz con mis dedos.

-Justin!- grite. Mi estomago se revolvio al ver vomito en el piso.

Camine hasta su habitación y me di cuenta que habia ropa por todos lados, por lo que me asuste, parecia como si un torbellino hubiera pasado por el lugar.

-Justin?- grite de nuevo su nombre y me adentre mas a la habitación hasta que vi un cuerpo tirada en el piso del lado derecho de la cama.

Claramente era de un hombre, con cabello castaño y piel blanca. Tenia muchos bellos en sus piernas y solo tenia boxer.

Oh, no Justin! {jdb}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora