El fin de semana había llegado y todo iba tan normal como siempre. Justin me texteaba todo el tiempo.
Después de la cena simplemente me trajo a casa, con un ramo de rosas enorme.
Saliendo del zoo simplemente camine las cuantas cuadra a mi casa. El cielo despejado de estrellas, pronto llovería.
Cuando llegue a casa, hice lo mismo de todos los días. Cenar e ir a mi habitación.
Sonreí al ver el ramo, tan colorido, tan vivo. Me acerque hasta el y toque sus pétalos con mi dedo indice. Pero una en especial llamo mi atención.
¡Oh dios! ¡es falsa!
La saque de su lugar y me quede sorprendida por lo que venia después de este en un pequeño papel.
"Justo cuando esta muera, mi amor morira por ti- JB"
-Llegue en el momento- su voz grave me sorprendió. Le sonreí tan grande, con el corazón latiendo fuertemente.
-Te quiero- dije simplemente por lo que el abrió los ojos sorprendido y sin pensarlo dos veces lo abrace con mis brazos en su cintura. -Te quiero, Justin-
-Te quiero, Regina Belmont- dejo escapar en un susurró. -Tanto que no me importaria si tu hermano estuviera enfrente- me apretó mas a su cuerpo enfundado en un traje negro.
La lluvia apareció frente a mi ventana, con algunos rayos.
-Justin...- llamé aun en sus brazos pero con mi barbilla en su pecho. El inclino la cabeza hacia abajo poniéndome atención. -Besamé-
-Habia esperado todo este tiempo- sonrió. Lentamente se inclino mas, rozando sus labios con los míos. Alzo su mano hasta mi cara, acariciando con el pulgar mis mejillas rosadas.
Podía sentir mi cuerpo temblar bajo de el por su cercanía. Mi respiración era lenta, sin quitar mi mirada de sus ojos que viajaban de mis labios a mis ojos. Cerré los ojos esperando a que por fin sucediera.
Y sucedio.
Sus labios se juntaron con los míos, sintiendo su sabor dulce. Subí mis manos hasta el cuello de su saco y apreté con mis puños la tela, acercándolo mas. El me apretó mas a su cuerpo por la cintura. El beso era tan lento pero lleno de amor.
El beso era tan mágico que podía sentirme en un mundo mítico de la antigua Grecia. Dentro de mi ser podía sentir el calor de la situación, estaba tan cálido cuando lo siento cerca de mi.
Era como estar volando.
Me separé lentamente por falta de aire. Pero sin duda fue el mejor beso que he dado en toda mi vida.
Abrí mis ojos captando sus ojos mieles. Sin creer lo que paso sostuve su mirada, esperando alguna reacción de el, pero parecía en un estado de shock al igual que yo.
Dimos un salto cuando un rayo alumbro mi habitación.
-Creo que te quedaras esta noche- sonreí con timidez.
-Todos modos no pensaba irme- hizo lo mismo que yo.
Nos acostamos en la cama, debajo de las sabanas.
Lleve mi mano hasta su cabello rubio, jugando un poco. Lo mire a los ojos mieles que me observaban detenidamente haciendo que mi cara se calentara.
-Eres tan preciosa, Regina Belmont- susurró por lo que le sonreí con los labios cerrados.
-oh, no Justin!- me queje por lo que enterré mi cara en la almohada para que no viera que tan roja estaba.
-Eres tan ruidosa, también- se burlo. Pude sentir como su mano grande llevo un mechón de cabello detrás de mi oreja y luego su respiración en mi oído -Y lo mejor que solo eres para mi- dejo un beso mojado en mi cuello por lo que sentí mis piernas temblar.
No me moví.
-Señor Bieber, usted esta abusando de mi- reí contra la almohada.
-Regina, me matas toda la pasión- dijo como un niño pequeño haciendo una rabieta. Esta vez si lo mire y pude ver su ceño fruncido.
-Ven aquí, Drew- me dio una mirada de muerte pero me importo poco. Lo jale hasta mi, abrazándolo, poniendo su cabeza en mis pechos -Eres un osito caliente-
-Como no quieres que este caliente- ironizo por lo que me reí.
-Cállate, mejor-
-Callame- dijo suavemente por lo que jale su cabello hacia atrás, para que me viera, pude ver su cara de dolor pero le di un pequeño beso en los labios. -Eres una gatita salvaje, pero me encanta- gruño antes de enterrar su cara en mis pechos, apretándome a todo su ser.
Empezamos a hablar sin rumbó alguno. De lo primero que se nos viniera a la cabeza, era todo lo que decíamos.
-Tu mamá es de esas típicas latinas que golpea con la chancla?- pregunto con curiosidad. Sus ojos se abrieron por lo que me reí.
-Algo mucho peor- dije con misterio -Con la cuchara, la temible cuchara de madera- alce mi ceja al recordar todos esos momentos. El solo abrió los labios, sorprendido.
-Uhm, en donde te pegaba?- frunció su ceño.
-Mayormente en mis...- alce mis cejas de nuevo, dandole a entender que era en mi trasero.
-Necesito esa cuchara- sonrió antes de darme un beso pequeño.
-Es el secreto de la casa- guiñe el ojo y chisque mi lengua.
El empezó a reír por lo bajo e hice lo mismo, por esa acción estúpida. No podía parar de reír hasta que escuche unos ruidos en el pasillo. Mire hacia la puerta al mismo tiempo que Justin se recargaba en sus codos para ver de igual manera.
Parecía como si se quejara, y luego muchos pasos torpes. Y me asuste cuando escuche que golpeaba mi puerta y luego un gemido. Pude reconocer ese sonido y abrí mis ojos.
-Tu hermano esta teniendo una buena noche- murmuró divertido.
-Con mi mejor amiga- susurré, exaltada. Me puse de pie y llegue hasta la puerta, abriéndola un poco.
Pude ver el cabello castaño de mi amiga volando por los aires antes de que su cuerpo entero entrara a la habitación.
Sonreí hacia Justin quien tenia una mueca de disgusto.
-Esta noche hay acción- se burlo antes de tirarse a la cama por lo que camine hasta el y me tire a su lado.
-Y no por parte de nosotros- dije antes de darle un beso pequeño y acomodarme para dormir.
-Eso es todo?- se quejó a lo que respondí con un "Uhm" y el hizo un ruido de sorprendido.
-Descansa, oso caliente- me burle.
-Descansa, gatita tonta- dijo de la misma manera a lo que golpee su pecho con mi mano. -Eres una salvaje-
No dije nada mas y me quede dormida.
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Oh, no Justin! {jdb}
Fanfiction¡Hola! Acompaña a Regina Belmont en este viaje de su primer amor. "Llego para hacer mi vida ordenada un completo desorden" Autora original: Fernanda Gómez. No se aceptan copias ni adaptaciones. No plagiar, se original.