treinta y ocho.

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Justin puso la colcha en todo mi cuerpo mientras el doctor guardaba todas sus cosas en su maletín. Chaz me miraba preocupado a pesar de que estaba demasiado ebrio.

No escuche nada mas por que me quede dormida. Al parecer todo estaba bien después de que vomite por lo que el doctor solo me dio pastillas para la temperatura. 

Cuando desperté, el sol estaba ascendiendo por la ventana de Justin, quien dormía a mi lado con la mitad de su cuerpo encima mio. 

Aun no me sentia bien y las nauseas habian regresado, por lo que me quede despierta. 

Despierta admirando la belleza de Justin quien parecía un angel, sus pestañas rozando con su mejillas, su piel suave, su labios rosas medio abiertos, su nariz perfectamente afilada, sus lunares. Lleve mi dedo indice hasta sus labios y los acaricie pero el chico ni siquiera se movió, seguí el recorrido hasta sus pestañas y las moví suavemente, moví mi dedo hasta llegar a uno de sus lunares y lo contemple, seguí acariciando su piel hasta que una sonrisa se coloco en sus labios. había despertado. avergonzada retire mi dedo y me escondí bajo las colchas. El rió y pronto tomo mi mano posicionandola en su mejilla, me destapo y me miro enternecido.

-Como te sientes cariño?- su voz era rasposa pero tranquila. 

-Mejor- mentí. 

Pronto la paz se vio interrumpida por Chaz que entraba por la puerta con una bandeja de comida. 

-Hola, preciosa- me sonrió -Hola, zorra- lo miro de mala gana por lo que reí. Me senté en la cama a como pude y este posiciono la bandeja en mis piernas. -Preparado completamente para ti por el restaurante mas famoso de la ciudad- 

-The Bieber Palace?- fruncí el ceño a lo el rodó los ojos.

-Claro tontuela- canto. y pronto salio del lugar caminando como toda una diva y mando un beso al aire antes de cerrar la puerta.

-Puedes dejar de mirarme?- me queje cuando no despegaba su mirada de mi, me ponía nerviosa que me viera comer. 

-No puedo creer que hasta comiendo parezcas tan dulce- su voz era seria pero sus ojos mostraban felicidad. 

-No digas tonterías- podía sentir mis mejillas rojas. Aparte la mirada de su ser y probé unas galletas que se veían deliciosas. 

Grave error. Mi cabeza empezo a doler, las nauseas regresaron, mi piel empezo a picar mucho y la termperatura empeoro. 

Pronto el malestar se me pauso cuando vi a mi hermano en la puerta de la habitación con la cara completamente roja, Chaz estaba detrás de el jalando su hombro. Justin se puso de pie y yo solo me quede mirando la escena.

-Hijo de puta- se abalanzo hasta Justin quien solo llevaba boxers y golpeo su cara por lo que grite. 

-Evan calmate tranquilo- camine hasta el con la poca fuerza que tenia y lo jale hasta mi. El me miro por un momento y pronto me arquee al sentir un fuerte dolor en mi estomago.

En ese momento mi hermano dejo de prestarle atencion a el chico que estaba con su amigo en el suelo. 

-Regina que tienes?- pregunto desesperado. 

Empece a llorar del dolor en mi estomago.

-Tu hermana esta enferma y tu solo vienes a empeorarla- pude escuchar la voz de Justin. era molesta y adolorida. 

Mi hermano no contesto pero si tomo mi cuerpo y me saco a pasos rápidos del elevador.

-Donde diablos la llevas?- Chaz hablo por primera vez. El dolor seguía. 

-Aun hospital, inútiles- espeto antes de que el elevador se cerrara. cerré mis ojos, la luz estaba molestándome. 

Pronto no supe nada.

*

Abrí los ojos, pero los volví a cerra cuando lo blanco de la habitación me aturdió. 

-Evan?- pronuncie su nombre al verlo en el sillon dormido. Parecia cansado y que habia llorado.

-Regina- dijo al momento y se puso de pie. 

-Que hago aqui?- murmure. Mi mano estaba canalizada.

-Al parecer eres alérgica al coco, ayer pudiste sacarlo cuando lo vomitaste pero en la mañana cuando volviste a comerlo tu cuerpo reacciono muy mal- explico detenidamente. 

-Evan sobre Justin...- empece a hablar pero el solo alzo su mano cortándome.

-Algunas cosas no deben de ser habladas para no lastimar- dijo simplemente antes de salir de la habitación dejándome con un nudo en la garganta. 

Maldita sea, mi corazón dolía. Habia traicionado la confianza de mi hermano y ahora solamente no había perdido a Evan sino también a Justin. 

parecía que todo estaba en mi contra y eso me aterraba. estaba tan acostumbrada a la presencia de Justin que tenerlo lejos era algo así como la muerte. Sus besos eran tan tranquilizantes, sus caricias, sus palabras, sus miradas; de solo pensar que posiblemente no los vea de nuevo me dejaba sin aliento, sin respiración. El era esa magia que le faltaba mi vida, con el había experimentado tantas cosas que no podría hacer jamas con nadie mas, por yo se que el es el amor de mi vida y yo el suyo.

Nos queríamos mucho y ser separados era la cosa mas triste que me pudo haber pasado. 

Mis lagrimas no tardaron en salir. 

Todo estaba acabado. 

En la noche por fin me habían dado de alta por lo que cuando llegue a casa mi madre estaba esperándome con comida recién hecha. Comí en silencio mientras mi hermano se quejaba con Malia en la sala. Mi madre solo me veía con tristeza y antes de que me encerrara en mi habitación me abrazo tan fuerte que sentí que todo estaba bien por un momento. Desafortunadamente para cuando me quede sola todo había sido un tormento para mi, las lagrimas no dejaron de salir toda la noche hasta que me quede dormida. 

Oh, no Justin! {jdb}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora