Despierto de golpe en la eterna oscuridad. Me cuesta asimilar donde estoy y me doy cuenta que no conozco donde me encuentro.
Me destapo de las sabanas azul rey, mirando por la gran ventana donde la ciudad esta en su maximo explendor. Las luces aun estan presentes alumbrando la habitación un poco y siento ganas de ir al baño.
Analizo la habitación en busca del baño, y cuando lo encuentro, me deslumbro por que todo esta tan blanco e impecable. Hago mis necesidades y me lavo la cara para que el maquillaje no se vea tan horroroso.
Camino fuera de la habitación en busca de alguien, revisando cada habitación.
Abro la ultima puerta que esta ya casi cerca de las pequeñas escaleras donde desde el barandal se ve la gran sala, una televisión mas grande que mi cama, una pequeña mesa, una alfombra y un arbol de navidad en la otra gran ventana donde apenas se puede ver una terraza donde hay una mesa.
Suspiro antes de entrar a la habitacion y encontrarme con la espalda de un hombre. Tiene tatuajes en su espalda blanca y ancha.
-Justin Bieber- murmuro para mi misma. Me adentro a la habitación hasta donde esta el.
Dejo escapar el aire de mis pulmones antes de tocar su hombro y moverlo haciendo que se despierte.
-Regina Belmont- murmura. Su cara apenas y se ve por la la luz de los edificios de junto. Sus grandes ojos color miel me miran todo el cuerpo.
-Necesito que me lleves a casa- murmuro con las mejillas hechas volcán apunto de estallar.
-Regina Belmont- dice mi nombre en un suspiro antes de tirarse a la cama de nuevo.
-Bueno, solo prestame veinte dolares- digo molesta.
-¿Estas loca? ¡No te voy a dejar ir!- dice desesperado. Retrocedo unos pasos de la cama y aprieto mis labios en una linea delgada.
-Como fue que llegue aquí?- pregunto avergonzada.
-Te desmayaste y no tenia animos dd cruzar la ciudad- dice con su voz gruesa y neutral -Qué hacias ahí?- esta vez me mira severamente.
-Salí con Malia, ¡Malia!- grito en desesperación antes de salir de la habitación en busca de mi celular donde le mando un mensaje preguntando donde esta.
Miro el reloj y son las cuatro de la mañana ¿Cuanto estuve ahí? ¿Cuanto estuve dormida?
-Regina, te llavaré a casa apenas y el sol salga- su voz me hace darme la vuelta lentamente. Esta apoyado en el marco de la puerta. El cansancio se refleja en sus ojos así que solo asiento.
-Justin- digo deteniéndolo haciendo que me de una mirada sin sentimiento haciendo que mi estomago se revuelva -Gracias- murmuro. El da un leve asentimiento y se va cerrando la puerta.
Me acerco a la gran ventada y apoyo mi frente en el frió vidrio y suspiro. Dios que abre hecho, no recuerdo mucho de lo que paso ni cuanto tome, mi mente queda suspendida desde el momento en que bese al chico.
Chillo cuando a mi mente se viene la idea ¿Y si le dije algo vergonzoso? ¡Dios! Si le dije que me atrae, moriría de pena o si le dije que odiaba que me ignorara.
Sacudo mi cabeza tratando de alejar esos pensamientos y me deslice en la la ventana aun con la mirada en la gran cuidad que esta debajo.
Libremente sabia que estaba cerca de toda la locura de la ciudad. Los edificios con luces alumbran mi cara y la luna apenas logro verla. Todo se habia salido de mis manos.
Estoy apunto de dejar caer una lagrima de frustración. Estaba enojada conmigo misma. No puedo creer que fui tan inconsciente, tan bruta.
Dejo caer un par de lagrimas mas cuando los brazos cálidos del hombre me jalan hacia su cuerpo estrechándome.
-No llores- dice con ternura. Me doy la vuelta en sus brazos, enrollo mis piernas en su torso y mis brazos lo abrazan por sus hombros, sus piernas están a los costados de mi.
-No hice nada malo?- murmuro entre sollozos, haciendo que el deje escapar una risa.
-No que yo sepa, apenas te vi caíste en mis brazos- su tono burlón me hace reír en su pecho fornido.
-Gracias, gracias por traerme aquí, aun que no se como fue que te encontré- dejo escapar un suspiro y hago un puchero separándome del abrazo pero aun con mis piernas enrolladas en su cuerpo.
-Que fue lo ultimo que recuerdas?-
Mis mejillas se encienden ante el recuerdo del chico tocando mi entrepierna.
-Estaba con Malia- digo ignorando sus ojos severos. Mis mejillas se vuelven rojas y mi cuerpo se calienta.
-No me gusta que me mientas- dice con enojo frunciendo su ceño así que desplomo mis hombros.
-Estaba besando aun chico, quiso llegar a lo siguiente pero salí corriendo al baño- me río nerviosa esperando algún movimiento brusco pero el solo me acerca a su cuerpo en un abrazo.
-Siento que quiero ahorcarlo por tocarte, pero por suerte te vi y saliste corriendo- se burla de nuevo y no vuelve a hablar.
La alarma suena en mi oído y me muevo incomoda bajo la colcha. Algo caliente esta envuelto en mi cuerpo casi aplastándome. Su pierna y su brazo están en mi cuerpo delgaducho. Puedo ver sus brazos desnudos impregnados en tinta negra.
-Justin, tengo que ir casa- murmuro contra su cara cuando bajo a mi cuello un poco de tela, sus pestañas están rozando con sus mejillas, sus labios están entre abiertos y rozados, su torso esta desnudo y su cabello esta revuelto. Se ve tan angelical. -Justin, necesito irme- grito lo suficientemente fuerte haciendo que el se mueva confundido.
Sus ojos se abren admirándome y dejándome ver su color miel. Son hermosos y tranquilos. Sus labios se extienden en una sonrisa y yo le doy una. Dios, el era un hombre muy hermoso. El hombre mas lindo de todos.
-Me encanta la vista- murmura mirándome directamente con una pequeña sonrisa. Sus dedos rozan con la piel de mis mejillas hasta llegar a mi boca haciendo que me ruborice cuando sus dedos tocan mis grandes labios que están entreabiertos.
-New York es hermoso- digo rápidamente con los nervios a flor de piel poniéndome de pie, haciendo que el me miro con el ceño fruncido.
No vuelve a hablar en lo que queda del camino a mi casa y cuando estamos enfrente de mi edificio con el sol apenas tocando el suelo me despido de el con un beso en la mejilla y salgo corriendo hasta mi departamento, donde Malia esta durmiendo.
Oh, no Justin! Estoy confundida.
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Oh, no Justin! {jdb}
Fiksi Penggemar¡Hola! Acompaña a Regina Belmont en este viaje de su primer amor. "Llego para hacer mi vida ordenada un completo desorden" Autora original: Fernanda Gómez. No se aceptan copias ni adaptaciones. No plagiar, se original.