nueve.

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Camino por las calles de Bronx rumbó al conjunto habitacional donde vivo, pasando por la comandancia, la preparatoria, el parque y finalmente mi edificio.

Obligando a subir las escaleras casi casi a mis pies soportar un poco más, hasta que llego al piso donde vivo, doblando hacia la derecha.

Mi cuerpo se detiene en abrupto y mi respiración se atasca.

-¿Que estás haciendo aquí?- susurro alterada, mi madre podría verlo y seria horrible. Tomo su muñeca y lo arrastro escaleras abajo a pesar que estoy muriendo por haber caminado tanto.

-Me arrugas el traje- se queja tratando de zafarse de mi mano, pero en su lugar enreda sus dedos con los míos. Lo miro sorprendida y nerviosa. Pero lo ignoro.

Suelto bruscamente su mano cuando llegamos a la planta baja y lo acorralo a la pequeña oficina vacía de recepción.

-No entendí tu mensaje- dice con el ceño fruncido -Tampoco es mi novia y tampoco me intimida tu hermano, es decir, solo eres mi amiga- rueda los ojos.

Su amiga...

-No necesito que me dé explicaciones, Señor Bieber- mi voz sale como si fueran dagas, pero hacia mí misma.

-Señor Bieber- dice burlonamente y me da una sonrisa ladeada a lo que yo frunzo los labios.

-Tengo que irme- murmure, checando si alguien que conozco no está cerca y cuando me doy cuenta que no salgo disparada hacia las escaleras.

-Vendré esta noche, deja abierta tu ventana- dice antes de cruzar la puerta y caminar tan elegante y apresurado a la vez.

¿Que estaba pensando ese hombre?

Ruedo los ojos y subo de nuevo las escaleras, llego a mi casa y cuando estoy en mi habitación me tiro a la cama, donde en un dos por tres me quedo dormida.

Despierto y la luz de mi habitación está apagada, la luna es la única que alumbra un poco entrando por mi ventana. Bostezo y me encamino al baño, donde me doy una ducha y salgo en busca de mi ropa, donde solo cojo mi pijama rosa con pececitos amarillos.

Alguien toca la ventana y por un momento mi corazón se detiene, miro hacia esta y mi corazón deja de latir fuerte cuando Malia entra por esta con palomitas y chocolates.

-Jueves de chicas- dice con advertencia mirándome a lo que yo sonrió con los labios cerrados y me encamino a la cama donde ahora esta ella.

-¿Haz hablado con Johan?- pregunto por el chico que andaba tratando a mi amiga desde hace un par de meses.

-No se decide y yo tampoco- alza los hombros llevando la barra de chocolate a su boca.

-¿Tu no decides qué? A lo que se te gusta- ruedo los ojos por sus tonterías.

-Tu hermano me mando mensaje en año nuevo, me dijo que me veía muy bonita en el vestido- susurró a lo que la mire sorprendida, sus mejillas se tiñeron y sus labios delgados se apretaron en una línea delgada.

-Es un milagro del cielo- murmuro y ella me golpea en el brazo a lo que me quejo.

-Johan es lindo, pero no es lo que necesito- dice simplemente y cuando estoy a punto de replicar alguien toca la ventana, haciendo que ambas miremos.

El chico de cabello rubio largo está del otro lado, lleva pantalón negro, tenis negros y un hoodie negro, donde tiene el gorro puesto, pero su cabello lo delata por que cae en su cara.

Miro a mi amiga asustada antes de correr a la ventana y dejarlo pasar. El camina hasta mí y mirándome directamente a los ojos, donde aprecie su iris miel y trague duro por el nerviosismo.

-Regina, vengo en la mañana- mi amiga murmura detrás de nosotros y cuando la veo alza los pulgares y una sonrisa enorme.

Ruedo los ojos sin que ella me vea.

-Linda pijama- dice el chico haciendo que vuelva mi mirada a su ser y como si fuera un mounstro me alejo del cinco pasos.

-¿Qué haces aquí? Mi madre puede oírte- susurró con el ceño fruncido. Su sonrisa sigue ahí y no sé cómo puede hacer para que se mantenga tan... lindo.

-Dije que vendría- dice suspicaz y se tira a mi cama, donde pone una mano en el costado de su cabeza y el codo en la cama sosteniéndose.

Bufo y me doy vuelta hacia la puerta, donde le pongo el seguro.

-Y bien, que quiere hacer Señor Bieber?- digo aburrida, apoyando mi cuerpo en la puerta, donde su mirada recorre todo mi cuerpo haciendo que me ponga de nuevo nerviosa.

-Me haces sentir muy viejo- hace un puchero y luego palmea la cama invitándome a lo que niego, pero me da una mirada de cachoro y me acerco lentamente.

-Considerando que tienes seis años más que yo y que eres de la alta sociedad, tengo que llamarte así- explico con ironia, me siento en la orilla de la cama y lo veo desde arriba. Su sonrisa se ha borrado.

-No soy diferente a ti- me mira con cierto enojo, sus palabras son secas y su lenguaje corporal dice "aléjate"

Lo miro, contemplándolo, admirando como juego con los tirantes de su hoodie y me río. Él era tan pacífico y tan simple cuando estaba conmigo, pero cuando esta vestido de traje sin mí, parece tan elegante y sin expresión -Había investigado en Google su "vida"-

-¿Quieres hacer algo?- murmuro haciendo que él me mire de muevo y sus ojos mieles penetren mi alma.

-Lo que más te parezca divertido- alza las cejas mirándome seductoramente. Ruedo los ojos con las mejillas teñidas.

-Uh, oh- pienso llevando una mano a mi barbilla haciéndome la interesante -Te diría que fuéramos a Staten Island, pero ando en pijama- sonreí viendo mi atuendo.

El me mira a los ojos y siento mis manos sudar, se para de la cama y observo sus movimientos a lo que revisa cada puerta, a lo que me quedo confundida. Cuando encuentra la de mi closet, busca entre las prendas, así que me acerco a su cuerpo. De un instante a otro, pone un Hoodie color negro con letras blancas que dice "Babe"

Toma mi mano con la suya que esta cálida y se acerca a la ventana donde me detengo.

-Dónde vamos?- susurró. Frunzo mi ceño cuando toma mis manos jalándome más hacia la ventana donde ya casi tengo medio cuerpo fuera -No iré en pantuflas- me quejo ya que estoy bajando a toda prisa por las escaleras.

-No importa, nadie va a saber quién eres- dice riendo. Baja primero por las escaleras y cuando yo bajo antes de que siga bajando los últimos escalones, toma mi cintura y me baja para luego caminar a un auto, un poco viejo.

Lo miro con las cejas alzadas, es un lindo auto de los 90's color azul.

-Es el mejor auto que te he visto conducir- murmuro cuando estamos dentro del auto frio. 

Oh, no Justin! {jdb}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora