¡Hola!
Acompaña a Regina Belmont en este viaje de su primer amor.
"Llego para hacer mi vida ordenada un completo desorden"
Autora original: Fernanda Gómez. No se aceptan copias ni adaptaciones. No plagiar, se original.
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Bajo a toda prisa de las escaleras rezándole a Dios para que no me encuentre con mi papá o hermano en las escaleras.
Me tropiezo un par de veces por que el vestido estrecho no me deja moverme mucho. Temo a que se rompa y tan bonito que esta.
Suspiro ya en la recepción vigilando que nadie de los vecinos me vea y por suerte Malia que esta enfrente de mi me dice que el área esta despejada.
Camino a toda prisa al auto negro mate que esta enfrente de mi edificio, con su dueño recargado aun costado del capo con una rosa en mano. Sonrió tímidamente y no puedo evitar sentirme nerviosa por el chico tan guapo que es.
-Hola- murmure llegando hasta el donde le beso la mejilla dejando un poco de labial rojo. El me sonríe grande, observándome detenidamente y siento la impresión en sus ojos haciendo que sus mejillas se tiñan por primera vez.
-Te ves...- deja las palabras al aire y aclara la garganta retomando su postura imponente cuando nota a mi amiga que esta atrás de mi.
-Bien, gatita tonta, llega a las once, te estaré esperando acá abajo, no llegues tarde aun tenemos que hacer los últimos ejercicios de álgebra- dice con rapidez para luego darme un beso y salir corriendo a las escaleras del edificio perdiéndose.
-Bien, gatita- hace énfasis en la ultima palabra a lo que ruedo los ojos con las mejillas teñidas. -Esto es tuyo- extendiendo la rosa hacia mi lo que la llevo hasta mi nariz y siento un leve olor. -Debemos apresurarnos- toma mi mano y me guía hasta el asiento del copiloto, cuando estoy adentro cierra la puerta.
Dios, ya empece con los nervios.
Treinta minutos después estamos cerca del centro de la gran ciudad. Un edificio que prácticamente esta hecho de vidrio.
-Esto es impresionante- digo aun con mirada en el edificio que esta enfrente de nosotros, es alto, demasiado.
-Ven, se nos esta haciendo tarde- me jala de la mano y a como puedo camino rápido.
-Es un hermoso vestido, pero definitivamente no es para mi- me quejo mirándome al espejo del elevador.
El color plata resaltaba en mi cuerpo palido, tenia lineas de lentejuelas horizontal, el cuello en v se une al principio de mis pechos y el largo es perfecto, haciendo que luzca alta.
-Te ves preciosa, Regina Belmont.- dice con su voz neutral y rasposa. -Tómame del brazo- me indica y extiende su brazo hacia mi a lo que lo tomo.
Las puertas se abren el en Penthouse y no puedo creer lo que mis ojos están viendo. Todo esta iluminado. Las paredes blancas brillan de lo limpias que están y el piso es de madera. Los muebles son blancos y otros son de color plata. Una pantalla enorme cuelga del techo donde se ve la cara de la señora de la fiesta. Y la maravillosa vista detrás de los ventanales.
Se ve el Empire State Building que esta ahora mismo iluminando a su alrededor. Se ve un poco lejano, pero logro apreciarlo.
-Hermoso- quedo embobada con el espectaculo que mis ojos tienen enfrente mientras el me jala por el lugar.
