veintiuno.

67 6 3
                                    

El sábado había llegado tan tranquilamente que dude en que fuera mi vida, no hubo drama, no hubo noticias, no hubo ni siquiera peleas con comido entre mi hermano y yo. 

Me acosté en la cama pensando que hacer, pues ya iba a oscurecer y no había hecho nada productivo mas que pasarla con Malia quien estaba sufriendo por la materia de español a pesar que le explicaba una y otra vez. 

Sentí mi celular vibrar debajo de mi almohada así que lo saque y abrí el mensaje.

"¿Estas lista? Llego en 20 minutos" 

me quede helada por que no esperaba ese mensaje. Gracias al cielo me había duchado hace poco.

Me puse de pie para ajustarme rápidamente unos jeans rotos, una blusa de manga larga gris con los brazos de color rojo, recogí mi cabello en una coleta alta y me puse mis botines de tacón. Me lave los dientes y justo cuando estaba terminando mi maquillaje una llamada entrante hizo que mi celular se prendiera. 

-Salgo en unos minutos- dije en el momento que conteste.

-Bien, te espero, linda- dijo suavemente para después colgar.

Emprendí mi camino hasta la habitación de mi madre y asome la cabeza en la puerta,  la vi sentada leyendo una revista.

-Mama me das permiso de salir? Iré con tu ya sabes quien- susurre para después ver hacia el pasillo.

-No llegues en la mañana, iremos a la iglesia- me sonrió con los labios cerrados a lo que asentí y salí corriendo del departamento sin hacer ruido.

Cuando baje, el chico de 23 años esperaba medio sentado en el costado del capo del auto, con las piernas en el suelo una delante de otra y con los brazos cruzados dejando brillar su brazalete de oro y diamantes incrustados. vestía una hoodie rojo, unos jeans blancos rotos y unas zapatillas deportivas blancas. Se veía tan diferente con otro tipo de vestimenta tan... ordinario. 

-Me encanta el estampado de tu camisa- la tiro de la tela hacia el, con una sonrisa tan hermosa.

La mire tratando de no ruborizarme. En letras rojas decía "mía"

-Si, por que soy mía- recalque con una sonrisa traviesa.

-Y también mía, lo sabes- alzo ambas cejas recalcando para después besar mi frente y abrir la puerta del asiento de copiloto de su lindo auto nuevo color azul eléctrico.

-Cuantos autos tienes?- lo mire con el ceño fruncido. Olía a nuevo y los asientos de piel brillaban y en el volante en medio decía sus iniciales.

-Solo dos, por ahora- alzo los hombros restandole interés y no volví a hablar.

Condujo durante una hora hasta que se detuvo en una parte, en donde la gente se aglomera. 

Trague duro por el nerviosismo antes de salir del auto. Me sonrió mostrando confianza y tomo mi mano. Sintiendo mi sangre recorrer mi cara la apreté dándole a entender que estaba bien. Caminamos contra la multitud, hasta que me di cuenta. 

Estábamos en el Madison Square Garden. 

En la cartelera se veía el partido de los Knicks, de New York y los visitantes que eran los Hornets de Carolina del Sur. Salte con entusiasmo mirando a Justin; tenia sentimiento encontrados.

-Aquí veníamos- dijo simplemente para luego abrazarme por los hombros inmovilizando  mi cuerpo con mis saltitos entusiasmados.

-Es la primera vez que voy a entrar- susurre contra su pecho. me separe de golpe y tome su mano para caminar a paso rápido hasta las escaleras del estadio. 

Me quede observando la gran fila para entrar así que trate de caminar hasta el final pero la mano de Justin me detuvo.

-Nuestros asientos ya están apartados- me guió hasta adentro del lugar y tal cual niña pequeña observe todo a mi paso. Era tan espectacular que no sabia ni como describirlo.

Nos sentamos justo en la orilla de la cancha de baloncesto con los asistentes caminando de un lado a otro mientras los lugares terminaban de ocuparse. 

-Comprare algo- dije recordando que no había comido. 

-Te acompaño- aviso poniéndose de pie por lo que lo tome por los hombros y bese su mejilla a lo que el sonrió grande mirándome.

-Estaré bien, extrañame mucho- le ordene antes de darme la vuelta y caminar hasta el área donde esta la comida.

En la fila, saque mi celular revisando mis notificaciones y me llamo la atención que miles de chicas me etiquetaran en una foto en especifico de un canal de chismes. Inquieta abrí el la foto y leí la descripción.

"Justin Bieber esta noche en el Madison Square Garden con  Regina Belmont" la foto era preciosa, ambos estábamos tomados de las manos subiendo las escaleras con sonrisas alegres en nuestras caras. sin duda guarde la foto.

-Linda foto, lo que mas me gusta es la pulsera que brilla en su muñeca, que yo le regale- recalco la ultima frase con veneno en sus palabras.

-Disculpa?- mire hacia su dirección. La chica de cabello castaño que me había advertido de Justin en la cena de su madre me miraba con una sonrisa grande de labios cerrados, como si no hubiera hecho nada. 

-Uh, la pobre no sabe que yo fui novia de Justin durante un año- hizo un puchero con lastima falsa. -Cariño, hay que investigar mas- toco mi hombro con su dedo para luego hacer una mueca de asco. 

-Justin es libre de hacer lo que quiera- alce los hombros restando importancia. le di la espalda avanzando en la fila, a estar a una persona.

-Te dijo que el otro día estuvimos juntos? Me la pase súper genial con el, fue como la primera vez- su murmuro en mi odio me hizo que pasara un escalofrió y simplemente cerré los ojos tratando de no alterarme.

Pedí mi hot-dog y un refresco grande para ambas, tratando de huir de la chica hasta que me hizo parar de golpe con su agarre en mi hombro. Rodee los ojos para después verla.

-Leila Banks es un nombre muy difícil de olvidar, así que no te extrañes si Justin gime mi nombre- 

-Claro, es tan difícil de olvidar por que la mayoría de las perritas se llaman así- la mire por ultima vez con una sonrisa triunfante en mi cara y una cara de enojo por parte de ella.

Camine hasta Justin quien revisaba su teléfono con el ceño fruncido y justo cuando me senté de golpe, el lo guardo para mirarme seriamente.

-Traje refresco para ambos- anuncie para luego llevar la pajilla a su boca quien lo acepto gustoso. -Por cierto, me encontré a Leila Banks, dice que te adora- dije simplemente aun dándole de beber viendo sus labios, ya que no podía ver sus ojos por el enojo que emanaba mi cuerpo.

-Regina...-dijo aun con la pajilla en su boca, buscando mi mirada. tomo el vaso que estaba en mis manos para sostenerlo con su mano, así tomar mi mentón con su otra mano, entre su dedo indice y pulgar, penetrando mi alma a través de sus ojos puestos en los míos.

-No me importa ella, bien?- sonreí a medias para luego abrazarlos por los hombros y apretujearlo escuchando sus quejidos debajo de mi. Pude ver a la chica con la cara roja frente a mi, diciéndole algo a su amiga que estaba alado.

Puse mi cabeza en su pecho, acurrucándome junto a el cuando el juego comenzó.


Oh, no Justin! {jdb}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora