Conteste al momento en que mi hermano entro a la habitación. Mi sangre se congelo al verlo ahí parado esperando a que hablara a la persona que estaba del otro lado de la linea.
-Hola, Malia- sonreí nerviosa, viendo sus mejillas rojas pero mirada dura.
-Qué?- una risita soltó el chico que había llamado.
-Ah, la tarea de álgebra, si ya la hice te la paso en media hora, ahora me tengo que ir por que mi hermano esta molestando, adiós te quiero- colgué, sin esperar que dijera algo.
-Solo quería saber si te moriste, llevas como dos horas perdida- rodó los ojos antes de que dijera algo sobre Malia, pasando de largo a su habitación.
Camine a la puerta y la cerré con el pie, llevando de nuevo mi celular a la oreja.
-Hola- dije en el momento en que la otra persona se rio.
-Hola, soy Malia no me encuentro disponible, peeeeep- bromeo haciendome reir levemente -Estas disponible esta noche?-
Para ti estoy disponible todo el tiempo.
-Sí, es viernes- aclaré.
-Bien, te pasaré a buscar a las 10- y colgó.
Deje escapar un quejido por esa repentina llamada, aun viendo su numero en la pantalla. Mire la hora y vi que iban a ser casi las siete de la noche, por lo que me adentre al baño, para darme un baño caliente en la tina.
Las escancies daban un color al agua encima de mi, calentando suavemente mi piel, dándole un tono menos pálido.
Salí después de media hora contemplando mi cuerpo desnudo en el espejo.
Vi a través de la ventana que aun caía un poco de nieve así que me puse unos vaqueros, una camiseta amarilla con estampandos de corazones, un hoodie negro y mi gorro de lana blanco, sin faltar mis botines negros.
Para a eso de las 9:40 me encontraba muriendo de frío en la acera de enfrente de mi casa. Mis manos estaban cubiertas por guantes y había agregado una bufanda roja.
El humo salia mi boca cuando dejaba escapar un suspiro al sentir el aire frió golpeando mi cara.
Un auto deportivo de lujo se estaciono enfrente de mi. El chico bajo de este, llevando sus manos dentro del bolsillo de su hoodie blanco.
Sonreí acercándome a el, abrazándolo por detrás. Su cuerpo se tenso pero en el momento en que toco mis manos que estaban en su pecho se relajo.
-Por un momento creí que ibas a secuestrarme- inclino su cabeza por encima de su hombro hacia atrás observándome con esos ojos tan lindos. Sonreí.
-Nunca te confíes de una cara bonita- lo regañe en broma. Se dio media vuelta, donde tomo mis manos de nuevo y las llevo detrás de mis espaldas para apretarme a su cuerpo, que estaba apoyado al auto.
-Nunca te confíes de una cara bonita- hizo una vocecilla chillona haciéndome reír.
-Bien, ahora que me haz atrapado que piensas hacer conmigo?-
-Sorpresa- beso la punta de mi nariz antes de soltarme y tirando de mi hasta el asiento del copiloto.
Cuando ambos estuvimos dentro, emprendió el viaje.
Los edificios que iluminan se hicieron presentes cada vez mas. La ciudad que nunca duerme estaba en su máximo esplendor, todo el mundo estaba aun en las calles y los taxis iban de allá para acá, sin descanso y algunos atorados en el trafico.
Para cuando el auto bajo la velocidad, pude ver el edificio de Justin enfrente de mis narices. Claro, nos bajamos en el estacionamiento subterráneo.
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Oh, no Justin! {jdb}
Fanfiction¡Hola! Acompaña a Regina Belmont en este viaje de su primer amor. "Llego para hacer mi vida ordenada un completo desorden" Autora original: Fernanda Gómez. No se aceptan copias ni adaptaciones. No plagiar, se original.