trece.

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Camino de un lado a otro cuando los niños empiezan a pedirme pinturas. Hoy se había llenado bastante el lugar ya que era viernes.

Mis piernas sienten el descanzo cuando me siento en la silla de metal detras de la gran mesa. Mi cara esta llena de pintura al igual que mis manos y mandil donde los pinceles abundan. Veo a los niños felices pintando en sus hojas donde seguro hay dibujos animados.

-Un día muy duro, Regina Belmont?- su voz me hace saltar en el asiento. Lo miro enojada por el susto.

-Sí, lo bueno que ya casi termina mi turno- me quejo todos modos. Mi cabeza dolia por el estres.

Resulta que Malia cuando fue al baño hizo mucho ruido haciendo que mi papá entrara a la habitación, la chica de cabello castaño le dijo donde habíamos estado y al final vomito en sus zapatos. Ahora no puedo salir durante todo el fin de semana.

-Pareces cansada ¿Qué pasa?- Jordan se sienta a mi lado apoyando sus brazos en la mesa mirando atentamente.

Le cuento todo a mi mejor amigo y cuando le digo lo de mi mejor amiga hace una mueca, asqueado.

-Entonces te gusta un hombre mayor?- me mira con sus ojos verdes frunciendo el ceño a lo que asiento.

-Pero no debería, no estoy segura de que el quiera algo conmigo, soy muy tonta para el- me quejo y hago una mueca de tristeza mirando al cielo.

-Regina, te trato de besar, estuviste en su casa a las altas horas de la noche y no trato nada sexual- rueda los ojos con cierta desesperación -Si fuera otro tipo de chico ya te hubiera llevado a la cama a la primera-

-Y si el solo quiere hacer eso pintándome el cielo de mil colores?- el me da un golpe con su palma en la frente a lo que yo le doy uno en el brazo musculoso.

-No seas tonta, Regina- me da una mirada fulminante y apretó mis labios y abro la boca para decir una estupidez pero escucho mi nombre detrás de mi.

Su voz... gruesa y lenta diciendo mi nombre.

-Justin!- digo alarmada. Espero que no haya escuchado nada. Mis mejillas se tiñen cuando el me mira y luego a mi amigo confundido.

-Regina, nos vemos en la noche- mi amigo me da un beso en la frente y se va, sin esperar que dijera adiós. Siento la incomodidad entre los dos.

-¿Como haz estado?- su voz neutral y sin sentimientos me hace ponerme nerviosa.

-Mal, mi papá me castigo, Malia estaba demasiado abria- bufo nuevamente.

-Oh diablos! Lo siento por ti, Regina- sus ojos mieles me analizan.

-Uh sí ¿Que te trae a mi de nuevo?- pregunto tratando de que la incomodidad se vaya.

-Venia a visitarte, pero vi que estabas muy bien acompañada- rueda los ojos, la molestia en sus palabras era notable a lo que yo me rió.

-¿Celoso, señor Bieber?- digo con burla a lo que el niega con una sonrisa.

-No te equivoques, ¿celoso de el por ti? ¡Nunca! Nunca estaría celoso de alguien como tú- dice mirándome y luego hace una mueca de asco. El nudo en mi garganta se vuelve grande y trato de no sentirme muy afectada.

-Bien, mi turno a terminado, adiós- mi voz sale neutral para mi suerte, le doy una sonrisa de labios cerrados y le doy la espalda. 

Me saco el mandil y tomo un par de toallas húmedas para limpiar mi cara llena de pintura. Camino cerca de el con sus ojos puestos en mi. Camino a toda prisa hasta la estación, donde antes de entrar al vagón veo su cuerpo parada frente a mi.

-Justin, déjame en paz- frunzo el ceño esperando. Pateo el suelo molesta, mientras que mis brazos están en mi pecho enlazados.

-Lo siento- su voz ahora es suave. Sus ojos me inspeccionan desde arriba y me siento pequeña.

-Todo lo quieres resolver con un lo siento, y ya he tenido suficiente con sus humillaciones,- mi voz salen como dagas y no me arrepiento. -Adiós, Señor Bieber- aferro mi bolso mas a mi y camino a su lado para luego subir al vagón.

Las imágenes de sus ojos arrepentidos se queda en mi mente en todo el viaje.

Cuando llego a mi casa me dejo caer levemente al sillón que esta enfrente de la televisión. Mi hermano me saluda antes de salir por la puerta con su traje de policía en su mano, lo llevaba a la tintorería cuando mamá no estaba.

Mi celular vibra en mi bolso y lo saco a toda prisa pero cuando veo que es Justin, suspiro. Dejo que pasen al menos cinco llamadas y me decido a contestar con mi pulso al 100.

-¡Regina!- dice con desesperación y alivio.

-Justin- digo suavemente. La linea se queda en silencio por unos minutos hasta que el bufa.

-Puedes bajar? Por favor- pide.

-No- espeto.

-Por favor- 

-N, o- deletree.

-Subiere entonces- demando por lo que bufe.

-¡no!- bufe- ahora bajo- espete antes de colgar..

Me pongo de pie y meto mi celular al bolsillo bajando a paso lento las escaleras del edificio. Mi pulso se acelera nuevamente cuando veo su auto de lujo estacionado al principio del edificio y a regañadientes me armo de valor para caminar hasta el auto. Desde adentro el abre la puerta. Me siento y lo miro severamente.

-Lo siento, lo siento por todo, por decirte cosas que no debería, por hacerte sentir mal- se queja y apoya su cabeza en el volante -Regina, eres muy bonita, Regina tu eres la chica que me hechizo,  Regina Belmont, me encantas tanto física como mentalmente- mueve su cabeza hasta hacia mio y sus ojos se incrustan en los míos.

-Justin...- apenas y murmuro por el nudo en mi garganta. Sus palabras queman dentro de mi ser haciendo que mis mejillas se calienten y sienta tan bonito.

-Fui un estúpido hace un momento por que estaba celoso y soy un cabeza de chorlito- hace un puchero y reprimo una risa por el nerviosismo.

-Justin, no puedes hacer esto... eres mayor de edad y mi hermano es policía- explicó con el corazón en la mano. La desilusión traspasa su cara y cierra sus ojos.

-Regina, estoy dispuesto a jugarme la vida por ti- toma mi cara entre sus manos y me acerca a el despacio.

Sus iris miel recorren mis labios y mis ojos. Yo siento la vida tan feliz.

Esta apunto de besarme cuando veo el cuerpo fuerte de mi hermano pasar enfrente del carro ignorando nuestra escena.

-Tengo que irme- me separo de el bruscamente y el me mira con tristeza. Con un poco de valentía bese sus mejilla y sonriendo apenas -Te escribo esta noche, estoy castigada- explico para después salir del coche a paso rápido y correr por las escaleras de incendio tapando mi rostro.

Cuando llego a mi ventana, me quito los zapatos rápidamente y los aviento por donde sea y me arropo con las colchas simulando estar dormida.

Escucho la puerta de mi habitación abrirse y los pasos de mi hermano por el lugar hasta llegar a la ventana, cerrándola de golpe, para luego irse.

Dejo escapar el aire de mis pulmones llevándome una mano a la frente pensando en sus palabras.

Oh, no Justin!

¿Me estas tomando el pelo o de verdad te gusto?

Oh, no Justin! {jdb}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora