Oh, no Justin! {jdb}

treinta y dos.

No paro de correr a pesar de que varias personas nos veian extraño, pues Justin no solo corría como loco, sino que también hacia ruidos extraño.

Paramos en un punto en que las vías de tres se unían y con la vista hacia el paraíso elevado.

-Esto me ha dejado cansado- se inclino hacia adelante poniendo sus manos en las rodillas tratando de tomar aire.

-No puedo creer que corrí tanto- me queje, tratando de respirar profundo.

Justin se empezó a reír de la nada y luego tomo mi cintura, acercándome a su cuerpo. Su sonrisa se extendió y sus ojos me inspeccionaron.

-Te he dicho que soy el hombre mas afortunado de esta vida, por tenerte?- beso mis labios cortamente.

-Nos están viendo, Justin- sonreí ruborizada. El alzo los hombros y beso nuevamente mis labios.

-No me importa- dijo por lo bajo, rozando su nariz con la mía con suavidad. -¡No me importa que el mundo sepa que te amo!- grito haciendo que varias personas nos voltearan a ver y se quedaran mirando fijamente al ver de quien se trataba.

-Justin, ya estas ebrio- me reí, con vergüenza. Tome sus manos quitandolas de mi cintura. -Es hora de volver-

-Uhm, pero primero una segunda parada- termino su segunda lata.

Yo apenas y me sentía con bien, en la mitad de la lata.

-Bien- tome sus manos y empece a caminar.

El efecto del alcohol se estaba apoderando de mi. Debía admitir que me gustaba el sabor a jugo de naranja.

Para cuando me termine la primera lata, íbamos en el auto de Justin. El manejaba a toda velocidad y cada momento aceleraba haciendo que mi cuerpo se agitara.  Justin aceleraba cada cierto tiempo haciendo que el auto hiciera un sonido exitante.

-¡Oh dios me has traído al toro de Wall Street!- me abalance hasta él y lo abrace por un momento y después correr hasta el toro de metal.

Estire mis labios, dándole un beso a la escultura y pronto sentí el flash.

-Es lo mas ridículo de esta noche- se burlo. Su voz se oía mas adormilada que la mía y se tambaleaba mas que yo.

-Te reto a que toques sus testículos-  lo mire desafiante.

-No me mires así, me das miedo- tapo su cara con ambas manos, sonriendo.

-¡Solo hazlo!- demande por lo que el me miro con desagrado y dejo caer los hombros.

-Bien, pero no tomes foto- rodé los ojos.

Justin se acerco a la parte trasera del toro, sentándose en el suelo.

-Es que eres un quejica- me burle.

-Mi dignidad esta apunto de romperse- se quejo como niño chiquito. Hizo un puchero.

-Pensé que esa ya la tenías rota desde que me conociste- me burle de nuevo. Sabia que lo haría enfadar.

Me miro entre cerrando los ojos y después a la parte del toro. Acerco su mano lentamente hasta que los toco.

-No se siente tan mal- dijo cuando los toco.

-No es la gran cosa- saque su teléfono, esto debía estar registrado.

Acerco su cara hasta el y beso el frió metal y después me miro.

-¡Te dije que no fotos!- gruño poniéndose de pie.

-Oh no te preocupes, es vídeo- sonreí.

Tomamos otra lata cada quien. Eran las últimas.

Tomo mi mano de nuevo y empezamos a correr hasta el auto.