La vida de Leonel estaba llena de maltrato, tristeza y dolor. El universo lo puso frente a Javier.
Ambos eran físicamente iguales, y para la terrible suerte de Leonel, aquel chico era incluso una mejor versión de él.
Él lo llamó "Mi gemelo", pero de...
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NO HACEN FALTA EXPLICACIONES CUANDO LAS ACCIONES YA REGARON SU VENENO EN EL ALMA
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Eran las 10 de la mañana cuando Leonel escuchó que tocaban a la puerta de su hogar. Por la forma desesperada y ruidosa del sonido supo inmediatamente que era Jumara. Siempre su objetivo en su visita era uno: Tirar la puerta.
-¡Ya voy! -Anunció el chico mientras rápidamente se ponía una camisa, pues estaba limpiando su habitación y se la había quitado.
Al llegar a la puerta de su pequeña y modesta casita, su sonrisa se transformó en un rostro enojado pues detrás de su novia, estaba ese chico, el tal Javier.
-¿Qué hace él aquí?
Jumara entró para abrazar a Leonel, le dio un fugaz beso en los labios a forma de saludo y tiró de él para que se hiciera a un lado y Javier pudiera entrar.
-Amor no seas grosero por favor, Javier solo quiere platicar contigo un rato -Jumara tenía tomado de la mano a Leonel, esperando que así el chico estaría tranquilo.
-Escucha Leonel, tengo una propuesta de trabajo, te conviene, te lo aseguro -Javier no se iba a andar con rodeos ni vueltas innecesarias, tenía una buena propuesta y la arrojaría así tal cual andaba en su cabeza. Tomó asiento en el sillón más cercano a él. Su porte era como siempre, relajado y con una amplia sonrisa.
Leonel suspiró cansado, tener a Jumara pidiéndole escuchar al otro lo hizo sentir remordimiento de haberse comportado grosero, después de todo, su doble no tenía la culpa de que él estuviera estresado por culpa de Rómulo.
-Mira Javier, tengo demasiados problemas en mi vida, como para lidiar contigo -Leonel se pasó la mano por su cabello castaño oscuro- entiéndelo, yo no soy tu gemelo. No tengo idea de por qué nos parecemos tanto, pero eso no significa que seamos familia o algo así. Tengo muchos problemas, discúlpame pero no tengo tiempo para ti.
Jumara lo abrazó, enredando sus dedos en el cuello de su novio, sabía que Leonel era tranquilo y noble, muy seguramente aceptaría trabajar para Javier en cuanto confiara en él.
