Capítulo 21.- Yo no quiero ser tu amiga

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LO MÁS DIFÍCIL DE UN PRIMER BESO, ES ANHELAR EL SEGUNDO Y NO PODER TENERLO

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LO MÁS DIFÍCIL DE UN PRIMER BESO, ES ANHELAR EL SEGUNDO Y NO PODER TENERLO.

—Este pastel es el más delicioso que haya probado nunca —Leo degustaba emocionado aquel postre, estaban comiendo del mismo plato, ambos en el suelo sobre una alfombra color verde oscuro—no recuerdo cuando fue la última vez que comí uno —se saboreó...

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—Este pastel es el más delicioso que haya probado nunca —Leo degustaba emocionado aquel postre, estaban comiendo del mismo plato, ambos en el suelo sobre una alfombra color verde oscuro—no recuerdo cuando fue la última vez que comí uno —se saboreó— Mmmm, ¡Delicioso!

—Este es mi favorito —Nimue degustaba con cierta timidez aquel rico pastel, aún así, tenía incluso uno de sus dedos en su boca con un poco de chocolate— me encanta.

—Veo porqué te gusta —al alzar su mirada hacia ella, Leo notó un poco del postre en su barbilla, alzó su mano sonriendo— tienes aquí un poco.

Con su pulgar y con mucho cuidado, limpió la mancha en ella.

Nimue cerró los ojos por esos segundos, cuando él iba a retirar su mano, ella la tomó. Leo se quedó en silencio admirándola, en realidad aquella chica era muy linda, sus ojos eran curiosos, a ratos se veían azul oscuro, en otros momentos como en este, parecían color gris.

Sus labios eran pequeños, pero muy rosados, no traía maquillaje y no lo necesitaba para nada, su piel se veía muy suave. Su cabello negro era largo, estaba atado en una simple coleta. Leo bajó su mirada, admirado lo bien que encajaba su mano con la de ella, ni siquiera con Jumara se había sentido así.

De pronto, reaccionó de que se había quedado pensando mucho tiempo, el plato del pastel que los separaba ya no estaba allí, Nimue se estaba acercando sin soltar su mano, ella estaba invadiendo su espacio, iba a besarlo, ya estaba muy cerca.

—Nimue, no —se lo dijo casi en un susurro, temiendo hacerla sufrir— créeme Nimue, yo no te merezco a ti. Puedes encontrar a alguien mil veces mejor que yo.

—Yo no quiero a otro Javi, yo te quiero a ti —ella lo tomó por las mejillas, él la sostuvo por los hombros para que no pudiera besarlo— ¿Javi, cómo sabes que no me quieres a mí?, nunca me has dado la oportunidad de demostrar nada.

—No es eso Nimue, tú no eres la de la culpa. El problema es que una relación con Javier... digo, conmigo, no te conviene. Tú eres una buena chica y yo solo soy dañino para ti. No te hago bien Nimue, tienes que entenderlo, no soy bueno para ti.

No Eres Mi GemeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora