SI NO VUELVO A TENER MOTIVOS PARA SONREÍR, RECORDARÉ TU ROSTRO PARA TENER UN POCO MÁS DE FUERZA PARA SEGUIR
Jumara iba entrando a la casa de Leo para buscar a Javier cuando sonó su teléfono con un mensaje de texto. Lo sacó del bolsillo de su pantalón pensando que se trataba del padre de Javier, y se detuvo a leerlo, pero el mensaje era de un número desconocido.-Jumara, ¿dónde estás?, me urge verte para hablar contigo. Soy Leonel.
-¡Jav! -Ella se emocionó y habló a su novio, mientras respondía el mensaje:
-Estoy en tu casa buscándote.
La respuesta llegó casi inmediata.
-¿Estás sola?
-¡Voy, espérame! ¡Estoy revisando las cosas de la tía de Leo a lo mejor encuentre algo que nos sirva! -respondió su novio a lo lejos.
-¡No tonto! Estoy con Javier. Estamos buscándote por todos lados
Jumara iba a guardar su teléfono cuando sonó otra vez.-Estoy llegando a mi casa. Me urge que hablemos. Sal un momento tú sola.
Jumara suspiró, giró en redondo y salió de la casa. Una camioneta negra toda polarizada acababa de estacionarse.
-¿Leo, estás ahí? -Preguntó la chica.
Luego miró a todos lados, no había nadie. Estaba muy oscuro ya era de noche y solo había una tenue luz en la calle. Se acercó muy lento, jugando con sus largas uñas, nerviosa sin saber exactamente por qué.
-¿Leo? ¿Eres tú?
-Sube. Está abierto.
Le llegó otro mensaje a su teléfono.
Ella lo dudó un momento, pero era Leo quien quería hablar con ella. Así que abrió la puerta y se quedó en shock cuando lo vio. De la impresión dio un pequeño brinco, soltó su teléfono el cual fue a parar al suelo y tapó su boca ahogando un grito. Leo estaba dormido en aquel asiento trasero pero en su pierna había sangre, y él estaba inmóvil ahí.
Cuando pudo reaccionar, alzó su mirada para ver al conductor, pero ya no había nadie, no se percató del momento en el que aquella persona bajó de la unidad. La puerta estaba abierta.
No le tomó mucha importancia y desesperada metió su mano para mover al chico y tratar de despertarlo.
-¡Leo, despierta! ¡Leo! -Jumara lo movió una y otra vez y el otro nunca reaccionó.
De pronto sintió que alguien tiraba de ella por la espalda. Aquella mano escurría por su cintura aprisionándola, sintió otra mano en su garganta estrujándosela, impidiendo que pudiera gritar.
-¿Me extrañaste dulzura? -susurró el hombre a su oído- creo que tú y yo dejamos algo muy delicioso pendiente.
-¡Rómulo, por favor no me lastimes! ¡Te lo suplico! -Jumara comenzó a llorar, su voz casi no se oía por la presión a su garganta.
-Eso dependerá de si tu novio es obediente conmigo. Odiaría tener que asesinarte para hacer que entienda quién manda -habló pegado al oído de la chica.
-¡No!, porf...
Rómulo utilizó con rapidez el mismo pañuelo húmedo que había usado en Leo. Ella pataleó un poco, pero rápidamente se quedó profundamente dormida. La subió en la camioneta, en el asiento del copiloto y la ató con el cinturón de seguridad. Se subió de nuevo al asiento del conductor y arrancó a toda velocidad.
-Tan fácil como quitarle un dulce a un bebé.
Rómulo encendió un cigarro y satisfecho con lo que había hecho, se retiró de allí llevándose a Jumara y a Leonel con él.
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No Eres Mi Gemelo
Teen FictionLa vida de Leonel estaba llena de maltrato, tristeza y dolor. El universo lo puso frente a Javier. Ambos eran físicamente iguales, y para la terrible suerte de Leonel, aquel chico era incluso una mejor versión de él. Él lo llamó "Mi gemelo", pero de...