La vida de Leonel estaba llena de maltrato, tristeza y dolor. El universo lo puso frente a Javier.
Ambos eran físicamente iguales, y para la terrible suerte de Leonel, aquel chico era incluso una mejor versión de él.
Él lo llamó "Mi gemelo", pero de...
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HOY, ES EL MAÑANA QUE TANTO TE PREOCUPABA AYER
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El trato era de que Leonel se haría pasar por Javier durante cinco días. Hoy era el primero, en el cual, Leonel debía ir a la escuela y tendría ser bueno para copiar las respuestas que le diera la amiga de Javier y su objetivo era pasar ese examen.
El chico abrió los ojos, se estiró perezosamente, sonrió y se giró a abrazar esa cómoda almohada. Esa cama era tan grande y tan exquisita, que podría quedarse allí todo el día...
Eso se escuchaba como un excelente plan para el día de hoy. Iría a presentar ese examen y regresaría a dormir. Así estaría en casa y no tendría que hablar con las personas; nunca nadie se enteraría de que Javier anduvo de viaje ¡Era un plan genial! ¡Era el mejor empleo del mundo! Leo se sentía tan feliz.
Y así comenzó su primer día, sonriente se metió a bañar y con mucho tiempo de anticipación, estuvo listo.
Aún faltaban dos horas y media para presentar el examen, pero pasaría al mercado a comprarse algo para comer primero.
Tomó la mochila de Javier y la colgó en su hombro. Verificó en el espejo una vez más que se había vestido a la moda y que era una réplica exacta de Javier.
Orgulloso de su excelente capacidad de imitación, sonrió a su reflejo sintiéndose algo tonto de la forma tan fina en que estaba vestido. Era casi ilógico que un chico de tan bajos recursos económicos estuviera ahora vestido como un excéntrico riquillo.
«Con lo que cuestan estos zapatos, podría comprar comida para un mes y todavía me sobraría dinero»
Ya listo, salió de la habitación y caminó por un pasillo que llevaba a las escaleras para llegar a la planta baja.
No había hablado con nadie desde que llegó a aquella casa, pero tampoco nadie se había cruzado en su camino en este inmenso lugar, así que estaba bien. Sigiloso y sin hacer ruido, estaba a un par de pasos de la puerta cuando una voz femenina se escuchó.
