Capítulo 4.

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Dicho esto, sonó la sirena indicando que las clases se terminaban por hoy, agarré mi maleta y la coloqué en mi espalda,y me puse los guantes que guardaba en esta, ya que hoy hacía especialmente frío.

Fuimos saliendo todos de las clases, como siempre, los pasillos estaban llenos de niños y niñas intentando salir los primeros empujando se unos a otros,yo iba andando tranquilamente , hoy por fin era viernes, la estúpida semana había acabado y además no tenía deberes.

Podría quedar con Marina si se recuperaba para ir a algún lado.

Conseguí salir entre tanta multitud de el instituto y ahora me tocaba caminar sola.

Iba de camino a casa,con los guantes,el chaquetón y las manos metidas en los bolsillos,hacía mucho frío.

Como no tenía con quién hablar, no tuve más opción que contemplar el paisaje, mi casa estaba en una calle transitada, pero hasta llegar a ella hay que pasar por un parque con muchos árboles,dónde no suele haber mucha gente,por no decir nadie.

No me solía importar pasar por ahí,pues siempre iba con Marina,y los pocos días que ella no venía llamaba a Juan,un amigo que conozco desde hace mucho y él me daba un aventon a casa con su moto, pero justo hoy no había venido y me tocaba ir sola a casa.

Aunque observaba todo con detenimiento siempre he sido un poco despistada,y de repente escuché un frenazo de coche a mis espaldas,casi ni me dio tiempo a girarme cuando tenía unos brazos agarrandome fuerte, empecé a gritar pero sinceramente no creía que nadie me escuchara.

Pude observar un poco lo que había a mi alrededor, una furgoneta grande y blanca, unos hombres, con pinta de no ser muy mayores mirándome y agarrandome dolorosamente, no pude saber cuantos eran exactamente,solo vi que me dirigían hacía la furgoneta cuando escuché una voz un poco grave con un acento extraño que dijo «ya»,en ese momento un olor muy fuerte inundó mis fosas nasales haciéndome caer en un profundo sueño sin saber lo que pasaría después.

(...)

De pronto desperté en una habitación oscura, recordaba con claridad lo que había pasado antes, pero solo esperaba que fuera un sueño,fui despertando cada vez más y en el momento que puse un poco de atención empecé a escuchar sollozos, mire a mis lados, por lo que pude contar eran 9 chicas,conmigo 10,sentadas en sillas.

Estas sillas estaban alineadas una al lado de la otra,las chicas estaban atadas de pies y manos inmovilizadas, mire hacía abajo y yo me encontraba en su misma situación,las chicas me miraban sin parar,al parecer era la última en despertar, todas lloraban, yo solo contemplaba todo sin poder creer lo que estaba ocurriendo.

Las chicas parecían ser muy jovenes pero un poco más grandes que yo o de mi edad,me miraban extrañadas porque yo era la única que no lloraba,en esos momentos las lágrimas no salían de mis ojos,solo pensaba y reflexionaba,siempre he pensado que llorar en estos momentos no servía de nada.

Unas palabras interrumpieron mis pensamientos.

—Chica¿tu-tu no tienes miedo?-dijo la que parecía más grande de todas,unos 20 años.

Yo asenti levemente,obviamente que tenía miedo y la observé durante apenas unos segundos hasta que otra habló.

—¿Y por qué no lloras?¡no eres consciente de lo que nos va a pasar!—dijo muy alterada e impertinente, yo resople y mantuve la calma.

No respondí a la chica y decidí preguntar.

—¿Cuánto tiempo lleváis aquí ?

Una chica empezó a hablarme pero casi ni la escuchaba por los sollozos de las demás.

—¡Escuchadme!—dije fuerte ganandome la atención de las chicas—no sirve de nada llorar,porfavor responderme.

Las chicas se aguantaron un poco el llanto,aún así se escuchaban algunos lloriqueos,la chica de antes me volvió a hablar para responder mi pregunta.

—Nos hemos ido despertando de poco en poco,ninguna sabe nada y nadie ha venido aquí por ahora,desde la primera que despertó hasta ahora habrá pasado una hora,tú eres la última en despertar—dijo y empezó de nuevo a salirle las lágrimas de los ojos.

Empecé a pensar,y por desgracia,mis sospechas se empezaban a hacer presentes,algo me decía que era obra de killersfive,un escalofrío me recorrió la espina dorsal y no era solo por el frío, las lágrimas amenazaban por salir,pero todavía me tenía que asegurar, así que mantuve la calma.

Estrellita y comentario si les gusta⭐💬

CNCO «Encarcelados»||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora