Epílogo.

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3 meses más tarde...

«La banda thiefgang ha vuelto a hacer de las suyas,esta vez robando joyas valoradas en 2.000.000 de euros,ha sido un robo bien planeado y rápidamente ejecutado,lo han echo solo en un minuto,no ha habido ningún herido,como ya es típico de esta banda,ocurrió esta mañana en Franci-»

Cambié de emisora de radio pues ya estaba harta de escuchar siempre lo mismo y me apetecía música.

—Oye Cloe, para que lo cambias, estaban hablando bien de nosotros—Dijo Zabdiel con una mueca de superioridad haciéndonos reir a todos en la furgoneta.

—Joder, que egocéntrico—solté una pequeña risita—hemos escuchado hablar de nosotros mil veces y todavía te gusta escucharlo—todos soltaron risitas y Zabdiel simplemente miró por la ventana con una mueca divertida.

—Cloe, estate atenta, estamos llegando—me avisó Johann.

Yo asentí aunque no pudiera verme porque él conducía y me puse a mirar atentamente las calles.

—Ahí está, es esa—dije señalando una casa blanca haciendo que Johann parara el coche de inmediato.

Todos observaron la casa por unos largos segundos.

—¿Estás segura de que quieres hacerlo?—preguntó Erick otra vez más.

—Nunca he estado más segura de algo—afirme mientras me colocaba unos guantes negros y un pasamontañas.

—¿Lo haces tu sola?¿o te ayudamos alguno?—volvió a preguntar Joel.

—Esto es cosa mía, dejarme disfrutar a mí—dije mientras agarraba una pistola ya cargada y abría la furgoneta.

Un gran escalofrío me recorrió el cuerpo ya que hacía mucho frío y la noche estaba sobre nosotros.

—Ten cuidado peque—escuché que decía Zabdiel para darme ánimos antes de comenzar a andar hacia la casa.

Me hacia gracia que me trataran cariñoso y me llamaran "peque" cuando tenía un arma en mis manos, sé que me juraron no matar ni herir a nadie, pero eso lo dijeron ellos, y yo lo jugaré justo después de matarlo a él.

Me adentre con facilidad pero con cuidado en la casa por la puerta usando un truco que me había enseñado Richard semanas antes, sonreí orgullosa tras abrirla y respire ondo antes de subir las escaleras.

Sabía perfectamente dónde dormía, ya había estado ahí alguna vez, y ahora me daba asco recordarlo, abrí la puerta de la manera más sigilosa posible y me metí en la habitación.

Me posicione justo delante de la cama y observé como dormía, su respiración era tranquila, demasiado, pensé en matarlo y punto, pero quería que supiera quién era yo, y con quién nunca debió meterse.

Comencé a llamarle hasta que se comenzó a despertar y yo apunté mi arma hacia su cabeza esperando que despertara.

—¿Qué?..¿Qué ocurre?—dijo medio dormido mientras se estiraba en la cama.

Su expresión cambió nada más me vio, no me reconocía por el pasamontañas pero una persona apuntandote con un arma obviamente imponía.

—Una sola palabra y será la última que digas—me sentí orgullosa al decir esas palabras, me sentía por una vez superior a él.

—¿Qui..quién eres?—tartamudeo.

Quité mi pasamontañas sin dejar de apuntarle y su expresión se volvió de asombro, y lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

—Clo...Cloe.

—Exacto, ese es mi nombre—hice una pausa dramática y comencé a dar vueltas por la habitación de un lado a otro—Mi vida ha cambiado desde la última vez que nos vimos¿Sabes?he aprendido muchas cosas, y he aprendido que valgo más de lo que tú—le señalé—me has hecho sentir durante mucho tiempo, y ahora estoy en una banda organizada dónde en un día tengo más dinero que tú en un año.Divertido¿Verdad?—dije mientras le miraba con una pequeña sonrisa.

—Yo..yo... losiento—dijo mientras lloraba a pulmón tendido.

—¿No crees que quizás es un poco tarde? fue cobarde llamar a una banda para que me matara ,cuando yo misma lo haré con mis manos.

El comenzó a negar con la cabeza mientras rezaba, a algo que no le iba a salvar.

—En realidad te voy a dar las gracias por una parte, sin ti nunca hubiera conocido a los que ahora, son mi familia.Y...creo que no hay nada más que decir—dije y ahora apunté de nuevo hacia su cabeza.

—No...porfavor—lloriqueo.

—Hasta nunca, Jacob.


CNCO «Encarcelados»||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora