Capítulo 16.

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Simplemente me quedé en mi cama analizando lo que había hecho aquel chico, quizás se había levantado con el pie izquierdo, me acerqué a la bolsa a ver que traía, era poca cosa, un zumo caducado y un paquete con 4 galletitas, no las quería tomar pero agarré el zumo, sed si tenía.

Me apetecía dar una ducha y limpiarme el pelo, ya me daba igual si me pillaban, tenía que lavarme, así que me quité mi ropa, intentaba mantenerla limpia pues no tenía otra, y me metí en la ducha, acaricie mi cabellera relajandome un poco, me peine el pelo con mis dedos, no tenía otra cosa.

Tardé poco en salir, no quería coger frío, al salir me miré en el espejo, andaba un poco pálida y el pelo había perdido su brillo, aparte de los moratones que cubrían mi cuerpo.

Me seque con la toalla del otro día y me vestí, olía regular y estaba un poco manchada pero era soportable, al estar en la ducha no me había concentrado en lo que pasaba fuera, pero ahora sí, y escuchaba que estaban las chicas llorando y sollozando sin parar, a saber que coño le habían hecho aquellos depravados, escuché a un chico pegar un grito desde fuera.

-¡Le toca a la ocho!

Como bien recordaba las habitaciones estaban numeradas, así que lo que les estuvieran haciendo iban por el 8, quedábamos la 9 y yo, estaba jodida.

Unos 20 minutos habían pasado desde que escuché al chico gritar, unos gemidos también sonaron y ahora el sollozo de otra más, eran absurdas, porque coño lloraban si habían estado gimiendo, otra vez volvió a gritar uno de los chicos.

-¡La nueve!

Un fuerte sonido de una puerta justo a mi lado sonó, y la misma historia, primero gemía incluso juraría escuchar que pedía más y al salir se ponía a llorar, me parecían estúpidas.

Un nuevo grito hizo que me tensara de una manera que el miedo volvió a mi cuerpo.

-¡La última habitación!

Empecé a hiperventilar, estaba muerta de miedo, pero algo tenía claro, yo no gemiria, no caería tan bajo, me negaría ser violada hasta el último de los días.

Unos pasos se acercaron a mi puerta, entrelace mis dedos rezando a algo para que por favor me salvara, vi por debajo de la puerta una sombra, suspire y cerré los ojos esperando a escuchar la puerta abrirse, pero nunca llegó a sonar, abrí los ojos y la sombra ya no estaba, no había entrado.

Narrador omnisciente.

La conversación que tuvieron la noche anterior les había dejado un poco tocados, pero como siempre violando a sus secuestradas se le pasaban los disgustos, además no se sentían culpables, ellas decían que le tenían miedo, pero llegaba la hora de follarselas y todas gozaban y pedían más, no ponían resistencia, y todas, incluidas las más pequeñas ya no eran virgenes.

Yoandri era el encargado de dirigirlo todo un poco,era el que iba informando las habitaciones que tocaban, como cada uno iba violando a distintas, él decía la habitación que tocaba para que no repitieran ni se saltaran ninguna chica.

Pero al llegar a la última habitación, a la extra y gritarla le tocaba a Joel, este estaba muy caliente, no podía negar que Cloe era muy guapa, se sabían todos el nombre de esta chica, pues habían hablado bastante de ella la noche anterior.

Se acercó y puso su mano sobre el pomo, pero algo se encogió en su corazón, no podía hacer eso, era demasiado para él, así que se alejó dejándose con las ganas el mismo.

CNCO «Encarcelados»||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora