CNCO «Encarcelados»||Terminada

Capítulo 39.

Llegamos cada uno a su celda y no pude evitar sonrojarme al notar la mirada de Erick y recordar lo que acababa de hacer, en ese momento me acordé de un gran detalle y salí corriendo a enfermería, Erick seguro que se tuvo que quedar confundido.

Cuando por fín llegué a la puerta de la enfermería di 3 pequeños toques hasta que me dieron permiso.
Abrí la puerta con cuidado y me adentre cerrándola a mis espaldas.

—Ho-hola—dije un poco avergonzada, una de las enfermeras me miró y sonrió amable.

—Hola¿Que necesitas?

—Pues mira...hoy hice una cosa, sin cuidado.—dije rascándome la nuca.

—Follaste sin condón¿verdad?—yo asentí—y necesitas una pastilla del día después—yo volví a asentír sonrojada.

La chica sonrió y se dirigió buscando las cosas en un pequeño cajón, por fín sacó una pastilla, me la tomaría en el desayuno con agua.

—Gracias de verdad—dije dirigiéndome hacia la salida.

-De nada.

Cuando estuve apunto de salir me di la vuelta.

—Oye,y..¿sería mucho pedir un par de condones?

La chica pegó una pequeña carcajada y sacó dos condones de su bolsillo y me los entregó, yo sonreí agradecida y me dirigí hacia mi habitación, solo quedaban 5 minutos para el desayuno, así que me metí en mi habitación evitando la mirada de Erick.

Subí a mi litera y dejé los condones debajo de mi almohada y volví a bajar saliendo por la puerta de la celda.

—¿Vienes?—le pregunté a Erick con una pequeña sonrisa.

Él asintió extrañado por mi felicidad y se levantó siguiendo me.
Pasé por las puertas de al lado avisando a el resto y nos dirgimos hacia el comedor.

Como ya era constumbre agarrabamos las bandejas y nos sentabamos en nuestra mesa, la comida era normal y aproveché un momento para tomarme la pastilla del día después, intentando que nadie se diera cuenta.

—Cloe¿Para que es esa pastilla?—preguntó Richard.

Todos levantaron su mirada y yo me quedé unos segundos en silencio pensando en una escusa que poner.

—Nada, simplemente me dolía un poco la cabeza y se la pedí a la enfermera.

Todos parecieron creerselo pues siguieron hablando como si nada, yo miré hacia Joel y este me dirigía la mirada, no pude evitar sonrojarme y el dio una pequeña sonrisa de lado y después siguió con su desayuno.

(....)

Estábamos de nuevo en las celdas y otra vez yo estaba sola, últimamente los chicos quedaban mucho en una celda para hablar y yo me la pasaba sola, era aburrido pero tranquilo.

—Hola Cloe—dijo Erick entrando por la puerta de la celda.

—Hola—respondí un poco cortante.

Él subió a mi litera dónde yo estaba tumbada, me sorprendí por su acción pero no me moví, él se tumbo a mi lado boca arriba y yo le miré un poco de reojo, la situación y el silencio era extraño pero no incómodo.

—Cloe¿te puedo hacer una pregunta?—preguntó después de un par de minutos en silencio.

—Claro que si.

—¿Confías en nosotros?—se sentó en la cama mirándome.
Yo imite su movimiento.

—¿A qué viene esa pregunta?

—Responde.

—Bueno, si, supongo—dije bajando la mirada.

—Por qué no te han sacado tus padres de aquí¿hay algo que no nos has contado?—dijo poniéndose justo enfrente mia y me agarró las manos, yo bajé mi mirada un poco avergonzada y pensaba que ya era la hora de decírselo.

—No...no acepté que pagaran para sacarme.

—¿Y por qué?, no te entiendo,somos horribles—hablo incluso con algo de enojo—primero matas a un policía por nosotros, nos ayudas cuando te tratamos fatal y aún así, después de todo, no quieres salir de la cárcel.—su voz comenzaba a flaquear y a temblar—deberías volver a llamar y irte.

Levanté mi mirada y sobre sus mejillas caían unas lágrimas silenciosas, unas de verdad, sabía que no lloraba en mucho tiempo y se notaba que lo necesitaba, apreté un poco más sus manos que me agarraban captando la atención de él, sus ojos lucían un poco rojos pero brillaban todavía con su hermoso color verde.

—No sois horribles,al menos no del todo—solté una pequeña risita para relajar el ambiente—de verdad que no pienso así, conozco vuestra historia Erick.

Se sorprendió un poco y con mis palabras solo conseguí que cayera una lágrima más.

—Raquel, juro que te sacaremos de aquí—se secó las lágrimas y yo sonreí brevemente—quizás no será la vida que te esperabas, pero sí será feliz.

De pronto noté como unía sus labios con los míos y su mano agarraba mi nuca,era rudo pero tierno.

De pronto sin dejarme pensar me soltó,saltó hacia el suelo desde la litera y salió de la celda despidiéndose con la mano y una pequeña sonrisa.

Yo llevé mis manos a los labios que todavía hormigueaban por la sensación.

(.....)

Comíamos tranquilamente el almuerzo, yo estaba de buen humor y los chicos hablaban sobre el resto de presos.

Sorry por tardar en actualizar😅❤ QUEDAN POCOS CAPÍTULOS😊