Capítulo 19.

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No sabía como reaccionar, me quedé estática y lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, quería morirme, me sentía la peor persona del mundo, lo peor era que algunos policías mal heridos desde el suelo me habían visto, comencé a temblar y pensaba que me caía cuando noté unas manos en mi cintura agarrándome con fuerza, ni me fijé en quién era, solo que corrió conmigo encima hasta meterme dentro de la camioneta, segundos después escuché la puerta cerrarse de un portazo y el coche arrancar.

Estaba estática en una esquina de la camioneta, abrazando mis piernas mientras lloraba, los chicos solo miraban para ver como salían de ahí que estaban rodeados de policías, daban volantazos y a veces se notaban baches de cuándo atropellaban a alguna persona.

A los minutos todos se relajaron porqué habíamos conseguido despistar a los policías, los chicos estaban sudando, algunos con heridas, se miraban entre ellos en silencio, poco a poco se fueron sentando en el suelo o en algunos asientos, estaban callados suspirando fuerte intentando recuperar el aliento, se escuchaba mi sollozo y resonaba por toda la camioneta.

-Joder¡pon la radio para no escucharla!-dijo enfadado aquel tal Johann hacía Yoandri.

Levanté la mirada y los observé con miedo.

-Johann, no seas estúpido-dijo tranquilo el de ojos claros.

-¿Ahora la vas a defender Erick?¡que coño te pasa!-le recriminó.

Se llamaba Erick, aquel chico delgado de profundos ojos verdes.

-Esa chica acaba de salvar mi vida-dijo Joel -y si no te callas puedo hacer que pierdas la tuya-concluyó.

La furgoneta se quedó en silencio, yo intenté no llorar más, tenía los ojos llenos de lágrimas pero sin hacer ruido, el resto se había sentado en los sitios.

La furgoneta era enorme, dos asientos delante, piloto y copiloto, otros dos justo atrás, estos asientos miraban hacía la parte trasera y luego había otros tres que miraban al frente, justo detrás había un espacio y ahí era donde estaba yo.

Al tiempo, Yoandri apretó el botón de la radio poniendo música y habló alto haciendo que todos nos enteraramos.

-Será un viaje largo, así qué os podéis dormir o acomodar si queréis, no se dónde vamos a ir, Johann descansa ahora porqué luego conduciras tú-dicho esto nadie habló ni le recriminó nada.

Yo miraba atentamente por las ventanas, estaban tintadas todas menos las de delante, el paisaje era bonito o al menos a mí me lo parecía, un poco tenebroso y bastante oscuro ya que todavía era de noche, estábamos en una gran carretera con árboles enormes a nuestro alrededor, y no pasaba casi ningún coche, solo alguno cada mucho tiempo.

CNCO «Encarcelados»||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora