Capítulo 26.

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No pasó mucho,quizás una hora desde que se fue Alan cuando vino un policía.

—Vamos—dijo dando un golpe con la porra en las rejas, salimos en orden y seguimos al policía, nos acompañaban un par de guardias.

Caminamos por un pasillo hasta llegar a una pequeña sala.

—Métanse ahí y ponerse los trajes, luego les explicarán las normas del lugar—dijo el policía empujandonos a la habitación, era una muy pequeña sin un solo mueble.

El policía tenía detrás un enorme armario de varios metros dónde estaban los trajes de presos, fue mirando un poco nuestra estatura y tamaño, agarró los trajes calculando las tallas y nos lo tiró.

—tienen 2 minutos para ponerse el traje, dejen en aquella cesta la ropa que os quitéis—dijo señalando una pequeña cesta de plástico que estaba en la esquina—los zapatos también, aquí fuera os daremos las botas y acérquense para que les quite las esposas.

Nosotros nos acercamos extendiendo los brazos y nos fue desatando uno por uno.
Sobe un poco mis muñecas doloridas.

—Oye¿me tengo que cambiar con ellos?—le pregunté un poco seria a el policía.

—Vas a tener que bañarte en duchas mixtas dónde van a querer violarte así que cambiate y deja de quejarte—dijo cerrando la puerta de un portazo.

Los chicos se me quedaron mirando.

—No miréis—ordené sonrojada y me fui hacia una esquina y poniéndome de espaldas, allí comencé a quitarme la ropa.

Me coloqué el mono naranja que contenía un numerito en negro sobre el pecho, me quedaba grande a pesar de que seguramente me hubiera dado la talla más pequeña.

Me di la vuelta encontrándome con los chicos que me miraban un poco descarados, a ellos le quedaban también grandes, al que mejor le quedaba era a Zabdiel.

La puerta se abrió de golpe dejándonos ver a el policía que con una seña nos indicó que saliéramos, nos sentamos en unos pequeños bancos que había al salir de aquella habitación y nos probamos varias botas negras hasta dar con nuestra talla.

Las prendas y los zapatos olían un poco regular, al parecer no la limpiaban desde hace algún tiempo y daba un poco de asco.

—Vale chicos, escúchenme porque solo lo diré una vez—empezó a decir un policía mientras seguíamos sentados en los bancos—tienen horarios para todo y deben cumplirlo, hay horario de duchas todos los días de 6 a 7, pueden decidir no ducharse algún día pero si alguien se queja de vuestro olor serán obligados a ducharse, de 7 a 8 el desayuno, de 2 a 3 la comida y de 8 a 9 la cena, están obligados a ir al comedor y no pueden sacar nada de ahí, desde las 6 de la mañana hasta las 12 de la noche tienen libre para andar por fuera de las celdas sin contar los horarios de comedor, hay un baño que pueden usar cuando quieran, pero a las 12 se cierran las celdas y se revisan que estén dentro.
Hay una enfermería y una librería pequeña donde pueden pasarse de vez en cuando y es un lugar tranquilo porqué nunca hay nadie, los presos les dirán dónde están las duchas, el comedor, la enfermería...también hay un patio al aire libre dónde pueden salir de 5 a 7—terminó por fin de decir el policía.

Cogí aire fuerte conteniendo las ganas de llorar apretando mis labios.

Unos guardias entraron por la puerta agarrandonos y haciéndonos caminar.

Estos nos llevaron a empujones por los largos pasillos, cuando llegamos por fin a la zona de celdas atravesando una gran puerta de metal con seguro, al pasar nos encontramos con un larguísimo pasillo lleno de celdas y muchos presos andando por ahí o dentro de estas.

Sus miradas estaban clavadas en nosotros, algunos miraban con deseo, otros con asco y de todas las maneras posibles, vi entre las celdas un cuarto con el logo de baño y justo enfrente también entre las celdas había una puerta inmensa con pinta de ser las duchas, al menos así sabía dónde estaban, aunque pensaba no ir a las duchas en años.

—Al final de este pasillo está la enfermería, comedor,librería ,la puerta que les lleva al patio y unas escaleras que llevan a la planta de arriba dónde sólo hay mas celdas—dijo señalando hacia arriba ya que desde abajo se podían ver.

—Al final de este pasillo está la enfermería, comedor,librería ,la puerta que les lleva al patio y unas escaleras que llevan a la planta de arriba dónde sólo hay mas celdas—dijo señalando hacia arriba ya que desde abajo se podían ver

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(ALGO ASÍ)

El guardia nos llevó por el pasillo y se paró en seco delante de dos celdas completamente vacías.

—Cuatro de vosotros duermen juntos, los otros dos comparten celda con otros presos—nos dijo el guardia para que le diéramos una respuesta.

—Yo compartiré con otro, no me importa—dijo Zabdiel.

Yo sabía que le importaba, obviamente preferiría compartir celda con uno de nosotros pero no lo dijo, el guardia le señalo una celda y Zabdiel asintió.

—Yo compartiré con otro—dijo Richard y el guardia señalo otra y este también asintió.

Nos miramos los 4 que quedábamos,  tendríamos que hacer dos parejas para dormir, el guardia como vio que tardabamos mucho me puso a mi directamente con Erick y a Joel con Chris.

Nos señalo a cada pareja una celda, lo único bueno era que estaban las 4 seguidas una al lado de la otra, la mia estaba entre la de Zabdiel y la de Chris y Joel, pero daba un poco igual porque nos separaba una pared de cemento, aún así me convendría tenerlos cerca.

El hombre se fue y todos miramos un poco alrededor y los presos no nos quitaban el ojo de encima, yo sinceramente tenía miedo, me metí en mí celda, ahí me sentía un poco más segura, subí hacia arriba de la litera indicándole a Erick que yo me quedaría con esa cama y él con la de abajo.

Antes de entrar me fijé que había un gran reloj en el centro de las celdas y aún quedaba una hora para la hora de la cena.

Estrellita si les gusta⭐💬

CNCO «Encarcelados»||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora