Capítulo 42.

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Unos pequeños ruidos me despertaron de el sueño en el que estaba, me estire un poco y frote mis ojos, no sabía que sonaba pero me había despertado, en un momento me tranquilice e intenté escuchar que era eso.

Me quedé callada y me sorprendí al escuchar que eran pequeños gemidos, que obviamente procedían de Erick ya que los escuchaba justo debajo mía.

Me quedé un momento estática, no sabía que hacer o cómo reaccionar, en realidad entendía su situación, se quería masturbar y no tenía otro lugar para hacerlo tranquilo.

No podía negar que me excitaba los sonidos que escuchaba y no pude evitar asomarme hacia abajo, él estaba boca arriba y con los ojos cerrados y la boca entrabierta soltando pequeños gemidos, su mono estaba bajado y la fina sábana solo le cubría hasta la mitad del pecho, y se podía notar como subía y bajaba la mano por su pene por debajo de las sábanas.

Varias opciones rondaban mi cabeza, la primera y más sencilla, hacerme la dormida y no volver a tocar el tema, la segunda, seguir durmiendo y decírselo al día siguiente para que no lo volviera a hacer, y la última, la mejor, pero más arriesgada era bajar y ayudarle con lo que estaba haciendo.

Estaba demasiado nerviosa pero algo me dijo que debía hacer algo y disfrutar y comencé a bajar la litera, ahora me encontraba mirándole mientras se tocaba y se veía realmente tierno y sexy para decir verdad.

Cuando estaba justo al lado me arrepentí y por lo nerviosa que estaba me decidí dar la vuelta y caminar de nuevo a las escaleras para subir.

De repente noté como una mano me agarraba de la cintura, y cerré los ojos demasiaado nerviosa, me giró y era él,  se había sentado sobre la cama y ahora me miraba a los ojos.

—Hago esto para evitar tocarte, por favor pídemelo—me dijo Erick con un tono de suplica.

No me hizo falta pedírselo pues me tiré sobre él dándole un apasionado beso, él rápidamente me dio la vuelta quedando sobre mí, él se había subido los calzones pero notaba su erección claramente marcada.

Intensificó el beso metiéndome la lengua y acariciando mi cintura y los pechos por encima del traje, yo abrí mis piernas un poco quedando él entre medias y comenzó a frotarse soltando pequeños jadeos.

El mono cubría solo su parte inferior del cuerpo y yo tocaba con mis dedos suavemente su delgado torso mientras él me agarraba fuerte de la cintura.

Comenzó a quitarme el traje mientras yo le ayudaba, me lo bajó hasta dejármelo por las rodillas y ahora me posicionó de lado y se tumbo detrás en forma de cuchara.

Su mano comenzó a deslizarse por mi cadera y jugaba con la cinturilla de mis bragas mientras notaba como su erección crecía aún más sobre mi trasero.

De pronto metió su mano por mi ropa interior acariciando y haciendo movimientos circulares en mis partes, haciéndome soltar un gran suspiro.

Poco a poco introdujo un dedo y después el segundo, soltaba pequeños jadeos mientras él me iba dilatando poco a poco.

—Cloe, necesito entrar ya—dijo a los pocos minutos y me volví a tumbar boca arriba quedando él encima.

Me dejó un pequeño beso sobre los labios tranquilizandome un poco y bajó del todo mi ropa interior.

—Espera, el condón—dije justo antes de que se bajara él la ropa interior.

—Mierda.

—Tengo, debajo de mi almohada.

El me miró extrañado pero no hizo preguntas así que se estiró hasta llegar y sacar uno de ellos, se bajó los pantalones y se lo comenzó a colocar.

Acarició con suavidad mi cuerpo entendiendo mi nerviosismo y se alineó con mi entrada haciendo un poco de presión, puse una pequeña mueca de dolor y me mordí el labio intentando no soltar quejidos.

Una vez que estuvo dentro ambos soltamos un sonoro suspiro y esperó unos minutos a que me acostumbrara, mientras, acariciaba con mucha suavidad mi cuerpo y daba besos a lo largo de mi cuello y en la boca.

Al rato comenzó a moverse muy despacio de alante a atrás, por la poca luz que había veía su frente brillar por el sudor, rezaba por que no nos escucharan,había como siempre ruido, pero no quería que supieran que uno de los que follaba eramos nosotros.

Empezó a aumentar su ritmo y yo soltaba pequeños jadeos que se mezclaban con los suyos y los callamos con besos.

—Ahh..aahh E..Erick—comencé a gozar por que ya iba a un ritmo fuerte y la litera chirriaba.

Yo cerré mis ojos y enterré mis uñas en su espalda, notaba su mirada sobre mí, aunque mis ojos estuvieran cerrados.

—Eso es, gime mi nombre—dijo con una voz temblorosa y ronca.

—Aaah Erick..Ah—mis gritos hicieron que aumentara su velocidad y yo llegué al orgasmo en un profundo gemido—¡Aahh!

Y mi grito fue suficiente para que llegara él dentro del condon gimiendo mi nombre.

Nada más terminar se quedó estático mientras recuperabamos el aire y luego salió poco a poco, se quitó el condón usado tirándolo por algún lugar de la habitación.

Me sorprendió que con cariño me subió la ropa interior y me cerró el mono, también se subió su ropa interior y se colocó el mono.

Yo lo miraba atenta y cuando él me dirigió la mirada me dedicó una pequeña sonrisa y vino para tumbarse a mi lado y abrazándome por la cintura, yo apoyé mi cabeza sobre su pecho que todavía tenía la respiración agitada.

No hicieron falta más palabras y ambos nos quedamos profundamente dormidos.


CNCO «Encarcelados»||TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora